“HACIA UNA
FEMINIDAD MAS CONSCIENTE: DESPERTANDO LA SENSUALIDAD Y LA CREATIVIDAD DEL
ARQUETIPO DE AFRODITA A TRAVES DE LA DANZA DEL VIENTRE.”
Graziella Negri Benavente
7 de Septiembre del 2010
Abstract
En el
presente estudio se analiza la posibilidad de despertar en la mujer su
sensualidad y su creatividad a través de la danza del vientre. Su combinación
con la chacroterapia y la aromaterapia invita a la mujer a conectar con estas
cualidades de una forma lúdica en un clima de hermandad entre mujeres,
haciéndose más consciente de su feminidad.
Índice
1. Tema ………………………………………………………………………………………….
2. Objetivo……………………………………………………………………………………….
3. Hipótesis de investigación…………………………………………………………...……...
4. Antecedentes ………………………………………………………………………………...
5. Justificación: interés del proyecto
………………………………………………………….
6. Alcance del proyecto y límites
…...…………………………………………………………
7. Metodología de investigación ………………………………………………………………
8. Marco teórico …………………………………………………………………………………
8.1.
¿Qué es un Arquetipo? ……………………………………………………………………
8.1.2. El Mito de Afrodita ……………………………………………………………...
8.1.3. Afrodita en la mujer madura…………………………………………………..
8.1.4. Las Diosas de cada mujer …………………………………………………….
8.1.5. Las Diosas de la sexualidad………………………………………………… .
8.2.
La danza del vientre ……………………………………………………………………...
8.2.2. Sus orígenes …………………………………………………………………...
8.2.3. La danza del vientre terapéutica
……………………………………………..
8.2.4. Los movimientos de la danza del vientre…………………………………….
8.2.5. Los beneficios físicos…………………………………………………………..
8.2.6. Los beneficios emocionales…………………………………………………...
8.3.
La feminidad consciente: ¿En qué consiste?
...........................................................
8.4.
El segundo chacra y la aromaterapia…………………………………………………...
9. Investigación
………………………………………………………………………………
10. Resultados …………………………………………………………………………………
11. Contraste de hipótesis y discusión
………………………………………………………
12. Conclusiones ………………………………………………………………………………
13. Recomendaciones y futuras investigaciones
………………………………………..…
14. Bibliografía …………………………………………………………………………………
-
La Danza Mágica del Vientre, Beatriz
-
La Danza Mágica del Vientre, Shokry
Mohamed
-
La Danza del Vientre Paso a Paso, Laura
Cooper
-
Ser Mujer,Varias Autoras
-
Los frutos de la Virginidad, Marion
Woodman
-
El Camino de la Diosa, Guadalupe Cuevas
-
Las Diosas de la Mujer Madura, Jean
Shinoda Bolen
-
Las Diosas de cada Mujer, Jean Shinoda
Bolen
-
El arte de la aromaterapia, Robert
Tisserand
-
La Biblia de los Chakras, Patricia
Mercier
15.Anexos ………………………………………………………………………………………
Libera a tu Diosa Interior, artículo
extraído de la revista Psicología Práctica.
Danza
del Vientre, artículo extraído de la revista Cuerpo Mente.
Bailes Orientales.
Alberto Marín Baró.
1. Tema
Se trata de conectar con el aspecto creativo y sensual de nuestra
feminidad, el arquetipo de Afrodita, a través de la danza del vientre.
2. Objetivo
El presente estudio pretende analizar y demostrar que la danza del
vientre constituye una herramienta válida para conectar a la mujer con su
creatividad y con su sensualidad, haciéndola más consciente de su feminidad.
3. Hipótesis de investigación
La danza del vientre constituye una herramienta válida para
despertar y conectar a la mujer con el aspecto sensual y creativo de su esencia
femenina.
4. Antecedentes
Existe en la actualidad la necesidad por parte de muchas mujeres
de redescubrir y reconectar con su identidad genuinamente femenina, así como el
deseo de realizarse como mujer y como persona, un punto de encuentro entre la
libertad y la raíz del propio ser. Se trata de vivir una nueva y más profunda
feminidad, una feminidad consciente.
5. Justificación: interés del proyecto
Se trata de demostrar que la danza del vientre constituye una
herramienta útil para ayudar a la mujer a conectar con una parte de sí misma de
una forma lúdica y en un clima de hermandad con otras mujeres.
6. Alcance del proyecto y límites
Este estudio tiene como objeto explorar una situación novedosa:
despertar la sensualidad y desarrollar la creatividad mediante la danza, la chacroterapia y la
aromaterapia.
7. Metodología de investigación
Se trata de un estudio teórico en el que se contrasta información
de distintas fuentes bibliográficas y se propone un Proyecto Didáctico
Innovador.
8. Marco teórico
8.1. ¿Qué
es un arquetipo?
C.G. Jung introdujo el concepto de arquetipos en la psicología.
Consideraba que los arquetipos son pautas de comportamiento instintivo
comprendidas en el inconsciente colectivo, que es la parte del inconsciente que
no es individual sino universal, con contenidos y modos de comportamiento que
son más o menos los mismos en todas partes y en todas las personas.
8.1.2. El Mito de AFRODITA
Mitología
Afrodita es la diosa del
amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica
Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione.
En el caso de la primera
historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta
los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De
ahí que se le conozca como “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de
dios”. Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros,
primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a
la morada de los Inmortales.
Afrodita es partícipe de
un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios
del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra). A parte de Ares,
Afrodita estuvo involucrada amorosamente con Adonis y con Anquise,s con quien
tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio) y a Lirno. Junto con su hijo
Eros, era la diosa del amor por excelencia.
Según una
filosofía tardía, Platón diferenció dos tipos de diosa, la Afrodita Pandemo, la
popular, y la Urano, la diosa del amor puro.
Para todos los pintores, es la excusa ideal para representar el ideal de belleza.
En la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor, el sexo y la
belleza. Sus poderes son inmensos: protege a los esposos, fecunda los hogares y
está presente en los partos. También simboliza la pasión desencadenada que
destruye las uniones legítimas e incita a los mortales a toda clase de
voluptuosidades y vicios. Sus atribuciones son los secretos de las doncellas,
las sonrisas, los engaños, el placer, el amor y la dulzura.
Para la analista jungiana Jean Bolen, autora del libro Las Diosas de cada Mujer, Afrodita era una
diosa alquímica, una cualificación adecuada para el proceso mágico y el poder
de transformación que ella, por sí sola, poseía. Era la más bella e
irresistible de todas las diosas, y tuvo muchas aventuras y descendencia.
Creaba amor y belleza, atracción erótica, sensualidad, sexualidad y nueva vida.
Entablaba relaciones por voluntad propia y nunca fue victimizada, siempre
mantuvo su autonomía como diosa virgen y tuvo relaciones como diosa vulnerable.
Inspiraba la poesía y el discurso
persuasivo, y simboliza el poder transformador y creativo del amor. En todas
sus relaciones, los sentimientos de deseo fueron recíprocos, y valoraba más la
experiencia emocional con los demás que su independencia de ellos o los
vínculos permanentes.
El arquetipo
El arquetipo de Afrodita rige el
disfrute del amor, la belleza, la sensualidad y la sexualidad en las mujeres.
Este arquetipo impulsa a las mujeres a realizar la función creativa y
procreativa. Las relaciones son importantes pero no como compromisos a largo
plazo con otras personas, ya que busca consumar relaciones y generar nueva vida. Este arquetipo puede expresarse a través de
la relación física o de un proceso creativo. Lo que valora es puramente
subjetivo y no puede medirse en términos de éxito o de reconocimiento. Es
un arquetipo de Afrodita motiva a las
mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a
valorar el proceso creativo y a estar abiertas a cambiar.
Cualquier cosa o persona que sea
impregnada por la belleza de afrodita es irresistible. Se produce una atracción
magnética, una “química” entre dos personas que desean la unión por encima de
todo. Sienten el impulso de acercarse y de conocer al otro. Aunque este ímpetu
puede ser meramente sexual, el empuje suelen ser más profundo y representa un
impulso psicológico y espiritual. El deseo de conocer y de ser conocido es lo
que produce afrodita.
La conciencia de afrodita está
presente en todo trabajo creativo, incluyendo el que se hace en soledad. En
este caso el diálogo de relación se encuentra entre la persona y el trabajo,
del cual emerge algo nuevo. Se trata de una interacción entre el artista y el
vacío, a partir de lo cual se crea algo que previamente no existía. Para la
autora, tanto en la buena comunicación como en el proceso creativo existe una
interacción, y el descubrimiento o nacimiento de algo nuevo es un elemento
clave en la creatividad y en la comunicación.
Afrodita como portadora de visión
Para que un sueño se haga
realidad, primero hay que tenerlo, creer en él y luego realizarlo.
· Toni Wolf describe la figura de la “mujer
hetaira” como un tipo de mujer cuyas relaciones con los hombres tiene
cualidades eróticas y de compañía. Puede ser la mujer que les inspira o su
musa. Esta hetaira fertiliza el lado
creativo de un hombre y le ayuda a realizarlo.
Hombres y mujeres necesitamos imaginar que nuestro sueño es posible, y
tener a una persona que nos considere tanto a nosotros como al sueño con la
conciencia de Afrodita potenciadora del crecimiento. Bajo esta cualidad de portadora de
visión hace que otras personas puedan
florecer y desarrollar sus dones, lo que el psicólogo Robert Rosethal llamó el
efecto Pigmalión que describe el poder de esperanzas positivas en la
conducta de los demás. Sería la
capacidad de estimular y presentar desafíos a los demás, para sacar el mejor
potencial de otro ser humano. La autora asocia este efecto pigmalión de Afrodita con su capacidad de alquimia, proceso
físico por el cual se mezclan sustancias para transformar metales inferiores en
oro. Según ella, las personas experimentamos la alquimia de Afrodita cuando nos
sentimos atraídos por otra persona, cuando creamos y transformamos algo en otra
cosa, y cuando apreciamos y somos capaces de embellecer y dar valor a aquello
sobre lo que ponemos nuestra atención, porque está impregnada de nuestro amor.
Culto
Afrodita tenía sus propios festivales, las Afrodisias, que se celebraban por toda Grecia pero particularmente en Atenas y Corinto. En Corinto, las relaciones sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método de adoración a Afrodita.
Afrodita estaba asociada y era con frecuencia representada con delfines, palomas, cisnes y los árboles de granadas y limas. Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.
Su equivalente romana es Venus. Sus homólogas eran Ishtar en la mitología mesopotámica, Ashtart (Astarté en griego canónico) en la sirio-palestina y Turan en la etrusca.
Venus es llamada con frecuencia con el epíteto Venus Ericina ("del brezo") por el monte Erice (Sicilia), uno de los centros de su culto.
Creatividad
Afrodita constituye una tremenda
fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la
fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida o una nueva
creación, ya sea en el plano físico entre un hombre y una mujer o en cualquier
otro proceso creativo. Para muchas personas, la creatividad también es un
proceso “sensual”, es una experiencia sensorial en el momento en que abarca el
tacto, el sonido, las imágenes, el movimiento, y a veces incluso el olfato y el
gusto. Un artista sumergido en un proceso creativo, al igual que un amante,
muchas veces descubre que sus sentidos son potenciados. Mientras trabaja en una
imagen visual, una frase verbal o un movimiento de danza pueden interactuar
múltiples impresiones para crear el resultado final. Afrodita, como fuerza
creativa, puede implicar a una mujer en un intenso esfuerzo creativo tras otro.
Cuando finaliza un proyecto surge otra posibilidad que le fascina.
El cultivo de Afrodita
Afrodita es el arquetipo más
involucrado en la experiencia sensual o sensorial, por ello cualquier
experiencia centrada en el aquí y ahora y de agudeza de percepción requiere de
su presencia.
Las actitudes críticas y de
culpabilidad erigen obstáculos al disfrute de hacer el amor o de hacer arte.
Tales obstáculos surgen cuando las personas tienen una prohibición contra el
placer, el juego y otras actividades “no productivas”, lo mismo que contra el
sexo. Muchas personas juzgan la búsqueda del amor y de la belleza como algo
frívolo cuanto menos, o pecaminoso.
Para la autora, “cuando las
mujeres ven el valor de Afrodita e intentan desarrollar este aspecto en ellas
mismas, dan un paso mental fundamental para activar este arquetipo. Después
necesitan darse tiempo y la oportunidad para que se desarrolle Afrodita; quizás
a aprendan a dar y recibir masajes, o tomen clases de danza del vientre para
estar a gusto con su cuerpo y disfrutar del mismo, requisito previo para gozar
haciendo el amor”.
La cultura apoya una serie de diosas a través de una serie de
papeles que permite hacer a las mujeres, y que desembocan en los estereotipos
con imágenes positivas o negativas. En las sociedades patriarcales, los únicos
roles aceptables suelen ser los de la doncella, la esposa y la madre. A
Afrodita se la condena como la “puta” o la tentadora, que constituyen una
desvalorización de la sensualidad y de la sexualidad de este arquetipo, y, en
consecuencia, de la mujer.
8.1.3. Afrodita en la mujer madura
Afrodita aporta vivacidad a la
psique, una vivacidad que imbuye a la
vida de amor y belleza y que potencia la capacidad de vivir el presente. Los
aspectos sombríos de este arquetipo, como el ignorar las consecuencias de sus
actos, ya que sólo existe el presente así como traicionar la confianza y la
fidelidad, tiene como consecuencia la supresión de Afrodita, que es lo que
suele suceder, aunque es mucho mejor buscarle un lugar en el ámbito de la
creatividad, el trabajo, la imaginación y el matrimonio.
La Afrodita que envejece bien lo
consigue porque ha cultivado su sabiduría y el arquetipo ya no guía su conducta
pero tampoco la ha abandonado. Esta mujer conserva la capacidad de fascinarse
con la belleza que aprecia en el mundo y en las personas, saborea la
experiencia y por tanto disfruta de la vida. Su capacidad de vivir el presente,
que le dio problemas en su juventud, se convierte en un don positivo que le
otorga calidad de vida a la jubilación y a la vejez. Al margen de la edad esta
mujer es sensual.
La sensualidad de Afrodita se haya
en disfrutar de la buena mesa, del sexo
pleno y de un buen masaje. Ser sensible a la experiencia es una faceta
característica de las mujeres que valoran la experiencia sensorial de la vida.
Afrodita admira la belleza y ama lo que contempla, cualidades que nos hacen
sentirnos vivos. La capacidad de enamorarnos de personas, objetos o lugares no
desaparece con la edad siempre y cuando Afrodita siga manteniéndose activa.
Los años de madurez también dan
tiempo para desarrollar los aspectos creativos de Afrodita cuando hay más
tiempo para cultivar las aficiones al hacer remitido los papeles de madre,
esposa, trabajadora y ama de casa “malabarista”.
En nuestra cultura no se espera
que las mujeres de edad avanzada se enamoren o se muestren sexys o sensuales. Sin
embargo, este arquetipo puede florecer otra vez
a los 60 o 70 años o surgir por primera vez, Según la autora, en su
propia experiencia con sus pacientes ha observado que, a cierta edad, la magia
de dos personas que se enamoran se centra más en la belleza del alma que en la
de los cuerpos.
8.1.4. Las Diosas en cada mujer
La autora Jean Shinoda Bolen, en su libro
Las Diosas de cada mujer lanza la pregunta de cómo pueden las diosas mitológicas del pasado patriarcal
ayudarnos a analizar nuestra realidad actual o a alcanzar un futuro
igualitario.
Estas diosas arquetípicas nos
sirven para analizar muchas pautas de comportamiento y rasgos de personalidad
al recordarnos fuerzas y cualidades dentro de nosotras o de las que carecemos y
que necesitamos desarrollar, o que vemos en otras personas que nos rodean y que
no comprendemos. En otras palabras, son mitos que evocan nuestra realidad
interior.
Para la autora, toda mujer tiene
un papel fundamental en el desarrollo de su propia vida, por lo que necesita aprender
a ser la protagonista o heroína de su
propia vida. Para lograrlo ha de hacer elecciones conscientes que le permita
moldear sus vidas. Al igual que no era consciente de los poderosos patrones
culturales que gobernaban sus vidas, tampoco es consciente de las poderosas
fuerzas internas que influyen en lo que hace y en cómo se siente. Estas fuerzas
las presenta la autora en su libro bajo la forma de las diosas griegas.
Estos patrones o arquetipos internos
marcan las diferencias entre las mujeres, dependiendo de cuál de las
diosas esté activa en ellas. También existen muchas diosas dentro de una sola
mujer. El conocimiento de estas diosas proporciona a las mujeres un medio de entenderse a sí mismas. La autora
deriva esta hipótesis de la perspectiva jungiana que establece que las mujeres están influidas
por poderosas fuerzas internas, o arquetipos, que pueden ser personificadas por
las diosas griegas. Una vez que la mujer se vuelve consciente de las fuerzas
que influyen en ella, obtiene el poder que ese conocimiento proporciona, ya que
estas “diosas” son fuerzas poderosas e
invisibles que moldean la conducta e influyen en las emociones. Estos patrones también afectan a las
relaciones con los hombres.
Erich Neumann, analista
jungiano, utilizaba la mitología como instrumento para describir la psicología
femenina. Para la autora esta asociación
proporciona una poderosa herramienta de compromiso interna al evocar el mito
sentimientos e imaginación y tocan temas que forman parte de la herencia
colectiva de la humanidad. En ellos hay una resonancia de verdad sobre la
experiencia humana compartida.
8.1.5.
Las Diosas del amor y de la sexualidad
Una figura arquetípica central para la sexualidad femenina es la de la Diosa del Amor y la Sexualidad llamada de diferentes formas: Inanna, Isthar, Afrodita, Astarté (la del útero). El deseo es considerado sagrado y es inspirado por estas diosas tanto entre humanos como entre animales. Estas diosas manifiestan su deseo de manera activa. Un antiguo himno Isthar recita: “Yo devuelvo el macho a la hembra, yo soy la que embellece el macho para el macho”. Una característica de estas diosas es su virginidad, entendida como integridad, la que a la vez tienen amantes, pero sin ser definidas por su relación con el varón.
No aparecen como esposas de un dios, sino que ellas son las diosas por derecho propio ligadas a un hijo-amante que es sacrificado para volver a resucitar de nuevo
cada primavera, simbolizando los ciclos de la vida vegetal y su paralelismo con la vida-muerte de los seres humanos.
Toda la mitología que rodea a estas diosas y sus amantes es muy interesante a nivel simbólico y está ligada a la transformación y los procesos de muerte-renacimiento. Jean Sinoda Bolen considera a Afrodita como una diosa alquímica de gran valor en los procesos de maduración psicológica a partir de nuestra capacidad de relacionarnos de manera profunda con otro ser humano y también a través de la creatividad.
Ligado a los cultos en los templos a las diosas del amor aparecen las llamadas “Prostitutas sagradas”, aunque el nombre no es muy afortunado, ya que no tiene que ver con la prostitución tal y como hoy la conocemos. Las mujeres se ofrecían como parte de un acto en honor a la diosa en el contexto de rituales,
danzas extáticas, haciendo el amor con extranjeros que llegaban a la ciudad. En ese momento, de alguna forma, las mujeres personificaban a la diosa. Los rituales
seguramente tendrían similitud con los rituales tántricos.
Una figura arquetípica central para la sexualidad femenina es la de la Diosa del Amor y la Sexualidad llamada de diferentes formas: Inanna, Isthar, Afrodita, Astarté (la del útero). El deseo es considerado sagrado y es inspirado por estas diosas tanto entre humanos como entre animales. Estas diosas manifiestan su deseo de manera activa. Un antiguo himno Isthar recita: “Yo devuelvo el macho a la hembra, yo soy la que embellece el macho para el macho”. Una característica de estas diosas es su virginidad, entendida como integridad, la que a la vez tienen amantes, pero sin ser definidas por su relación con el varón.
No aparecen como esposas de un dios, sino que ellas son las diosas por derecho propio ligadas a un hijo-amante que es sacrificado para volver a resucitar de nuevo
cada primavera, simbolizando los ciclos de la vida vegetal y su paralelismo con la vida-muerte de los seres humanos.
Toda la mitología que rodea a estas diosas y sus amantes es muy interesante a nivel simbólico y está ligada a la transformación y los procesos de muerte-renacimiento. Jean Sinoda Bolen considera a Afrodita como una diosa alquímica de gran valor en los procesos de maduración psicológica a partir de nuestra capacidad de relacionarnos de manera profunda con otro ser humano y también a través de la creatividad.
Ligado a los cultos en los templos a las diosas del amor aparecen las llamadas “Prostitutas sagradas”, aunque el nombre no es muy afortunado, ya que no tiene que ver con la prostitución tal y como hoy la conocemos. Las mujeres se ofrecían como parte de un acto en honor a la diosa en el contexto de rituales,
danzas extáticas, haciendo el amor con extranjeros que llegaban a la ciudad. En ese momento, de alguna forma, las mujeres personificaban a la diosa. Los rituales
seguramente tendrían similitud con los rituales tántricos.
Al parecer, estos rituales se remontaban al neolítico, donde se celebraba el matrimonio sagrado, que reconocía la sexualidad como el poder de regeneración necesario para propiciar la fertilidad y el bienestar de la comunidad. En determinadas épocas del año, los humanos hacían el amor sobre los campos, para apoyar el crecimiento de las plantas. Lo humano y la naturaleza están estrechamente comunicados, y el estado del mundo tiene que ver con el estado de las relaciones. Estas sociedades eran bastante igualitarias y parece ser que bastante pacíficas. La opresión de las mujeres, la represión de la sexualidad femenina y la explotación de la naturaleza son procesos que se dan simultáneamente durante la paulatina instauración del patriarcado. La materia es considerada impura y el cuerpo se va separando del espíritu.
8.2. La danza del vientre: ¿Qué
es?
El nombre "danza del
vientre" deriva probablemente del francés dance du ventre. La mayor
parte de las bailarinas modernas toman ese dato como históricamente probado,
mientras que otros lo ven como un término peyorativo con el que los turistas
denominaron el baile que conocieron al viajar a Oriente Medio a principios del
siglo XIX. La danza del vientre se ha llamado también "danza
oriental", nombre con el que se engloban en realidad los estilos de
Oriente Medio y del Próximo Oriente. Otro nombre es raks sharki, término
árabe para danza del este, aunque primordialmente ese término se usa para
el estilo egipcio de cabaret, ahora el término más usado en Norteamérica.
Según el Método SarabiR, es un arte
milenario más conocido en Occidente (erróneamente) como “danza del vientre” que
se ha convertido en un sistema efectivo para potenciar la autoestima y la
feminidad de la mujer. Esta danza no es sólo un arte antiguo, sino también un
ejercicio sano, una forma de entretenimiento, un lenguaje corporal y mucho más.
Sus movimientos son los
esenciales de la naturaleza: circulares, espirales, infinitos, y sus orígenes
se pierden en el tiempo, puesto que es más antigua que la escritura misma.
Tiene un carácter universal, dado que a lo largo de la historia, distintas
civilizaciones han practicado danzas con movimientos similares. Pero además de
ser muy divertido, a nivel terapéutico sus beneficios son múltiples. En la
práctica de la danza se combinan movimientos corporales dinámicos con otros más
lentos, lo que origina un equilibrio armonioso en el organismo, tanto
físicamente como a nivel emocional y sentimental. Se puede practicar a
cualquier edad ya que no requiere ninguna preparación física ni ningún tipo de
cuerpo específico, incluso históricamente ha sido de ayuda durante el embarazo.
Y aunque la mayoría de sus practicantes son mujeres, cada vez hay más hombres
que quieren conectar con su lado femenino.
La práctica continua de la danza oriental permite a uno
adentrarse en sí mimo y explorar qué pasa con su cuerpo, su alma y en
definitiva con su vida.
8.2.2. Sus orígenes
Paula Lena, historiadora y bailarina argentina afirma que “La danza del vientre
deriva de los ritos sociales sagrados (danzas de muerte, de nacimiento, de
conexión con las divinidades, de pedidos y agradecimientos y danzas de trance)
que durante miles de años se fueron desarrollando y transformando en lo que hoy
llamamos Medio Oriente. De las cuevas a los templos, a las tabernas y plazas y
mercados, en harenes y palacios, en casinos y escenarios, la danza del vientre
de Medio Oriente tuvo su lugar. Sus ejecutantes y sus códigos cambiaron de
acuerdo con el momento histórico”.
Por otro lado, en el libro “La
Danza del Vientre Paso a Paso” de Laura Cooper se afirma que “bailar es un vívido y
palpitante elemento de la existencia humana. Como todo lo que está vivo, el
baile cambia con el mundo que le rodea. Aunque ahora no lo parezca, las raíces
de la danza del vientre están firmemente ligadas a los rituales religiosos
centrados en la adoración de deidades femeninas y/o en la fertilidad. Muchos
objetos antiguos, que muestran mujeres suavemente redondeadas con grandes
pechos y caderas, apoyan las teorías antropológicas que afirman el elevado
estatus de las mujeres, basado en su capacidad de dar vida, dentro de las
estructuras arcaicas. Las primeras comunidades paganas adoraron, por lo general
a una deidad matriarcal y exaltaron la magia y la fascinación que les producía
la capacidad de las mujeres de crear vida. Hay numerosas pruebas históricas que
permiten relacionar las danzas de fertilidad de estas culturas - en las que se
recreaba simbólicamente el momento del nacimiento- con la actual danza del
vientre. Los bruscos movimientos de cadera, las contracciones musculares y los
espasmos liberados, así como los movimientos ondulantes, recuerdan a las
reacciones del cuerpo durante el parto.
Pero ¿cómo se metamorfosearon
estos rituales hasta llegar a convertirse en una forma de entretenimiento?
Los datos al respecto son escasos
y vagos, pero hay quien afirma que fueron tribus gitanas las que primero
sacaron esta danza a las calles y las introdujeron en el teatro. Los gitanos
provenían de la India y hablaban una lengua basada en el hindú llamada romaní.
Alrededor del s. V d. de C., y como resultado de la opresión local, la
necesidad de trabajo y el destierro, los gitanos romanís se desplazaron
a otras partes del mundo conocido. Algunos Académicos sugieren que fueron
primero al oeste, a Afganistán y a Persia, y que desde allí algunos emigraron
al norte, a Turquía y a Europa, mientras otros fueron hacia el sur siguiendo la
costa hasta que llegaron a Egipto y otros lugares del norte de Africa. Una de
las formas que tenían de conseguir alimento en su nomadismo era proporcionar
entretenimiento actuando para la gente de los lugares en los que paraban.
La cultura romaní dejó una
gran influencia en muchas de las zonas por las que los gitanos pasaban, y el
hechizo de su danza permanece fuertemente arraigado en Asia Central, donde las
comunidades islámicas han crecido durante siglos, especialmente en Turquía y en
Egipto. La sofisticada estructura religiosa islámica tuvo una influencia enorme
en todas las formas de entretenimiento y de celebración, incluida la danza.
Así, como resultado de la segregación cultural por sexos, a las mujeres
islámicas solo se las permitía entretenerse y celebrar entre otras mujeres y en
espacios cerrados.
La Danza del vientre se desarrolló de forma
diferente en cada país al que emigraron los gitanos. En Turquía, después de que
el sultán Fatih Mehmet II conquistara Constantinopla en 1453, los
gitanos se asentaron en la recién bautizada ciudad de Estambul. Cuando había
ocasiones de celebración, las mujeres se entretenían con grupos exclusivamente
femeninos de bailarinas e instrumentistas, llamadas chengis. Estas trabajaban en grupos
organizados, llamados kol, formados por un representante, las
bailarinas, las instrumentistas, y actuaban en los baños, los harenes y otros
lugares comunitarios femeninos. Estos grupos crearon un estilo artístico que ha
sido la raíz de muchos de los movimientos de las caderas, los cimbreos, las
variadas expresiones faciales, así como el uso del velo y del sonido, que pueden retrotraerse
directamente a estos chengis gitanos, que fueron muy apreciados y
extremadamente populares hasta finales del siglo XI.
La vitalidad de esta danza fue
gradualmente decayendo cuando el poder del Imperio Otomano comenzó a disiparse.
El notable colapso económico, la agitación social y las modernizaciones minaron
las bases de los grupos chengis hasta convertirlos en una lejana sombra
de su antiguo esplendor. En la Turquía de hoy, la danza chengi ha terminado siendo la danza del vientre,
y primordialmente más una atracción turística que un entretenimiento secular.
Al tiempo que los gitanos
continuaban su migración hacia el sur, hacia Egipto, las bailarinas, por una
vez, se liberaron de las limitaciones en cuanto al público; las actuaciones no
se celebraban solo para mujeres ya que también bailaban en público en
procesiones de boda y enfrente de las cafeterías y de los mercados, donde el flujo
de dinero era mayor. Llamadas ghawazee, su repertorio consistía en una
mezcla de danza y música que incluía sus propios y exclusivos movimientos del
torso, danzas nativas y actuaciones improvisadas con velos, palos, espadas y
velas.
Hay quienes sostienen la teoría
de que la práctica de la danza en público generó la idea de añadir monedas al
vestido de las bailarinas. Cuando las gitanas bailaban, la gente que se paraba
a observarlas tiraba monedas a sus pies a modo de propina. No teniendo lugar
seguro para guardar sus ganancias lo cosían en su ropa para mantenerlo a salvo,
cuando no lo usaban para comprar joyas que siempre podían llevarse puestas.
Por lo general, las autoridades
toleraban el baile en público porque lograban un beneficio sustancial gracias a
los impuestos sobre los ingresos de los bailarines. Sin embargo, las quejas
religiosas y la opinión pública sobrepasaron a los beneficios económicos y el
baile ghawazee en público se perdió en la ciudad del Cairo en 1834. Las
penas por saltarse la ley eran duras, incluían un castigo físico la primera vez
y años de trabajos forzados por reincidencia. Terminando usualmente en
destierro.
En algún momento entre 1849 y
1856 la prohibición fue levantada y el baile volvió a estar permitido en el
Cairo, aunque continuó la sanción respecto a bailar en público. El baile se
introdujo en un entorno parecido al music-hall y así nació el baile egipcio de
estilo Cabaret. A comienzos del siglo XX recibió el nombre de danza del vientre.
La expansión de la danza del vientre en
América y Europa se debió al flujo de turistas, cada vez mayor, hacia Oriente
Medio. Las troupes de danza eran contratadas por extranjeros y llevadas
para hacer exhibiciones en Londres, París y Chicago, practicando su exclusivo
estilo de música y baile. Su arte fue alabado por su particular vitalidad y
condenado como lascivo y escandaloso por su clara exhibición física. La
popularidad de la danza del vientre, a pesar de la intensa vigilancia moral,
resultaba innegable y se multiplicó durante la Exposición Universal de Chicago
en 1893 con la publicidad que rodeó a una bailarina llamada Little Egypt.
Supuestamente de origen sirio, Little Egypt provocó una ola de
controversia. Su baile, centrado en el torso y la pelvis, fue muy imitado, y de
una forma tan exagerada que hasta ella misma comenzó a protestar contra las
impostoras por distorsionar su práctica hasta la vulgaridad más evidente. Este
es uno de los primeros ejemplos de cómo la danza del vientre se corrompe en una
representación pública obscena.
La versión más fantasiosa y a
veces distorsionada de la danza del vientre se difundió rápidamente
convirtiéndola en un tema popular en libros, representaciones artísticas y
películas de Hollywood, que,
como industria del entretenimiento hambrienta de sexo ha
alimentado una imagen de la bailarina como tentadora burlesca, cosa que no
atraía a la mayoría de la población femenina.
Beatriz Merino, autora del libro Despertar de la Diosa afirma que “Así
como los tiempos cambiaron la danza también lo hizo. Tomó, por tanto, un
diferente sentido y un nuevo significado. La expresión de la sensualidad y la
conexión con la tierra a través de la sexualidad comunicada a través de los
movimientos de la danza, ya no servía a la mujer para desvelarle los secretos
de la vida, sino para entretener y estimular a los espectadores, Y así las
nuevas creencias reprimieron los antiguos rituales que representaban a la
Diosa, haciendo desaparecer la Danza del Vientre en muchas partes del mundo.
Mientras que en otros lugares pasó de ser una danza ritual y sagrada a ser una
danza de entretenimiento.”
Shokry Mohamed en su libro La Danza Mágica del Vientre comenta que “Los primeros elementos
parecen encontrarse en Las Pirámides”. Afirma que “Yo no tuve la suerte de
encontrar referencia alguna en el interior de Las Pirámides de Guiza, pero al
viajar Shakara y en el interior de la
“Pirámide Escalonada” hay unos grabados que parecen representar una secuencia
coreográfica, así que puedo certificar esta afirmación.
Cronología
* En el Siglo I antes de Cristo,
Marcial (escritor hispano romano) describe con estas palabras a las bailarinas
fenicias llegadas al puerto de Gades: “podían mover los músculos del estomago
mientras permanecían totalmente rígidas”.
* En la Hégira (periodo en que Mahoma
huye de la Meca a Medina aproximadamente 622 años después de Cristo) se
restringe la representación de danza y canto, quedando relegada a la Corte de
los Sultanes.
* Al expandirse el Islam, se enriquece
recibiendo influencias de las distintas regiones, como Irán y Turquía, Magreb y
Al- Andalus, por lo que se le concede un nuevo reconocimiento al considerarse
un arte más, junto a la poesía y la música.
* Siglo XIII, se radicaliza el Islam y
empieza su declive.
* Siglo XVI, al finalizar el periodo de
los mamelucos, la danza del vientre empieza a bailarse en “lugares de dudosa
reputación”.
* Siglo XVIII – XIX, sólo bailan en
publico los hombres (disfrazados de mujer)
* Siglo XIX, hay dos tipos de
bailarinas, las ghawazee (gitanas) y las awalim.
* En 1930 Badia Masabri (libanesa) crea
el Café Badia en el Cairo, que revoluciona
la danza egipcia por dos motivos principalmente: tanto las ghawazee como
las awalim bailaban en pequeños sitios (en un corrillo en la calle, en el interior
de una casa, en una reunión familiar…) mientras que en el Café Badia se empieza
a adaptar las coreografías a escenarios grandes donde se pueden realizar
desplazamientos, vueltas y giros.
Se solía bailar en grupo,
pero empiezan a destacar algunas componentes de los grupos empezando a bailar
en solitario dando mas libertad a la coreografía (improvisación). Algunas de
las grandes bailarinas de danzadle vientre salieron de este Café.
Visión espiritual de la esta danza
En sus orígenes la danza oriental
estuvo íntimamente ligada a la religión, una religión cuya esencia era la
conexión con el Principio Femenino del Universo. Se danzaba para pedir a la
tierra fertilidad y para pedir agua al cielo. En aquellos momentos la religión
era algo natural, parte esencial de la vida diaria y totalmente ligado a la
tierra. Estaba relacionada con la tierra y a la vez con las mujeres por su
fertilidad. Se hacían rituales en honor a la deidad femenina ya que, al ser la
mujer la que creaba vida se le atribuían poderes mágicos.
Se realizaban danzas rituales y de
fertilidad en honor a la Diosa, danzas eróticas acompañadas de cantos y ritmos,
con el fin de crear estados alterados de conciencia. Las mujeres, sacerdotisas
y participantes en el ritual entraban en un trance que favorecía el contacto
con la divinidad, permitiendo expresar en el mundo todo un Universo de
sentimientos, poder y sensaciones a través de sus cuerpos.
Con la llegada del
Cristianismo o el Islam (religiones monoteístas masculinas), se intenta
erradicar la danza femenina por su relación con la sexualidad. El resultado fue
un empequeñecimiento de la imagen que las mujeres tenían de sí mismas, así una
mujer con pleno poder se convierte en una mujer no aceptada (incomoda,
antisocial…) y su forma de expresión a través del baile se relaciona con lo
demoníaco y por tanto prohibido.
La danza es una forma de
conexión con el lado oscuro de la psique femenina (los hombres lo hacen a
través del sonido de los tambores), ayudándolas a liberar las cualidades escondidas
para volver a ser mujeres completas en plena posesión de su fuerza.
El recuperar los
arquetipos femeninos que se han dejado relegados por miedo y prohibiciones
ayuda a la mujer reencontrase con su esencia a través de la danza.
8.2.3. La danza del
vientre terapéutica
Beatriz
Merino Guardiola, en su libro “Despertar de la Diosa”
afirma lo siguiente:
“Cuando una mujer quiere
averiguar sobre los orígenes de la Danza Oriental, tan solo tiene que
retroceder en el tiempo y observar todos los procesos de crecimiento y cambio
que se han producido en su cuerpo, mente y espíritu desde el momento en que fue
engendrada. La Danza es la representación más pura y auténtica de esta
evolución. En ella se funden pasado y futuro para permanecer en un eterno
presente que contiene en sí mismo todo lo que ha sucedido y habrá de suceder.
Una vez te inicias en la Danza sabes de dónde partes, y a dónde vas a
llegar…tal vez descubras que el final es el comienzo, pero eso ya no te
importará –porque te darás cuenta que lo verdaderamente relevante es “EL
VIAJE”.
Uno de los motivos por los que la
Danza Oriental cautiva de forma tan llamativa a las mujeres occidentales es,
precisamente, la experiencia enriquecedora que les aporta. Les deja una sensación
de “deja vu”, como algo previamente vivido. Por otro lado, los movimientos
ondulantes y suaves de este baile se adaptan con tal perfección al cuerpo de la
mujer, que una vez sentidos, no quiere abandonarlos. A través de ellos percibe
el estado de rigidez muscular instaurado en su cuerpo a causa de obsoletas
normas sociales, culturales y religiosas.
Entonces la persona nota que a
través del proceso de aprendizaje técnico de esta danza, su cuerpo recupera la
memoria genética de antiguos rituales llenos de sabiduría ancestral.
En el momento en que la mujer
empieza a prestarse así misma verdadera atención, el conocimiento de nuevos
mundos se hace accesible a la conciencia. Tímidamente al principio, su cuerpo
empieza a revelarle secretos guardados en su piel, en sus músculos y en sus
articulaciones. Si la persona está receptiva y muestra una actitud comprensiva
poco a poco se ira creando una complicidad entre su ser y la Danza que
permitirá que se produzca una positiva comunicación entre cuerpo, mente, emociones
y espíritu. Todo esto la irá llevando paulatinamente a observar cambios en su
vida, comenzando por notar una mayor flexibilidad tanto corporal como mental.
Nos hallamos en un mundo en el que la imagen
de la mujer ha sido utilizada de forma despiadada. El estereotipo que no
representa crea en nosotras a veces un sentimiento de extrañeza, de confusión y
de rechazo que nos relega a un estado disociativo e irreal, que incluso puede
llegar a conducir a algunas hasta la muerte (anorexia nerviosa). Nos venden la
idea de que si no somos de esta forma o de esta otra nadie nos querrá, no
tendremos éxito y en resumen, no seremos felices. Y al final la profecía se
cumple, porque al rechazarnos a nosotras mismas hacemos que los demás nos
rechacen también. Así que en una jungla de imágenes femeninas confusas, la
Danza del Vientre puede ayudar a la persona en la búsqueda de su propia
identidad, no solo como mujer, sino como ser humano. Esta disciplina ayuda a
reconocer nuestras necesidades y deseos, dejando de lado los prejuicios
sexuales y de rol.
La Danza del Vientre es una manifestación
artística, emocional y espiritual que es modelada por la personalidad,
intuición y creatividad de cada mujer que baila. La Gran Maestra de la Danza
es: LA VIDA MISMA. La historia de nuestra vida está escrita en nuestro cuerpo y
puede volverse a contar y comprender en el intenso momento de la
interpretación. La Danza Oriental es un recurso para que surja la inspiración
que nos ayudará a encontrar un camino para conectar con nuestra energía,
voluntad y verdadera fuerza interior. Poco a poco el sendero se torna claro y
dinámico desvelándonos nuestros auténticos deseos, los cuales nos permiten
entendernos y conocernos mejor. Nos hacemos con una seguridad que no
desfallece, aún cuando el futuro en apariencia se nos presente incierto.
La Danza del Vientre nos enseña
una actitud, un nuevo modo de
abrirnos a nosotras mismas. Es una herramienta que nos suministra el coraje y
la energía creativa para saber de nosotras a un nivel más profundo. Es un
camino de disfrute y entendimiento, aunque todo dependerá de cómo sea aprendido
y porqué.
Al empezar el aprendizaje de la
Danza hemos de partir de la observación de nuestro cuerpo, tanto desde un punto
de vista interno como externo. Hemos de acercarnos a él sin prejuicios, ni
ideas preconcebidas.”
8.2.4. Los movimientos de la danza del vientre.
La Tierra está
representada en los movimientos de cadera de subida, bajada, lados, dentro y
fuera, separando los brazos del cuerpo. Se mueve una energía que estimula la
comunicación abierta, expansiva, de alegría de vivir y de instinto..
El Mar está representado
en los movimientos ondulantes de cadera (todos menos el círculo) que
interpretan los ciclos lunares y el movimiento de las olas y las mareas. Se
mueve una energía de intimidad, suave, de recogimiento, de protección, de
emotividad.
El Sol y el recorrido de
los planetas alrededor se representa con los círculos completos de la cadera.
La energía que se fomenta es de serenidad y perfección, incitando al juego y a
la hipnosis.
Los movimientos de cadera activan
el chacra abdominal desbloqueándolo y liberándolo, aumentando la
capacidad de amar al otro sexo, de sentir placer sexual y el deseo de vivir.
Las Estrellas están
representadas por los movimientos de pecho. La energía que se estimula es la de
diversión y juego.
El Cielo y las Orbitas de
los planetas lo representan los movimientos de cabeza. Aumentándose la energía
de libertad y de libre albedrío, llegando incluso a alterar el estado de
conciencia con un objetivo determinado.
Otros movimientos como las
ondulaciones del torso y abdomen también llamadas camello simulan el andar
del propio animal y reflejan y fomentan el silencio, la precaución, la
sabiduría, el paso del tiempo y lo introspectivo.
El shimie o vibración de
caderas o pecho capta al máximo la energía de la Tierra para celebrar cualquier
forma de vida que comience una persona, un sentimiento o una ilusión.
Los movimientos de hombros son
la pura seducción; se busca la energía de la complicidad y de la comunicación
invisible con el exterior.
Los movimientos de brazos representan
los pájaros, el viento, la caída de las hojas de los árboles, moviéndose la
energía de expansión y ligereza elevando el cuerpo hacia el cielo, como símbolo de elevación y superación
personal.
Los movimientos de las manos
muestran simbolizan la entrega y el dar.
8.2.5. Beneficios Físicos de la Danza del
Vientre
El cuerpo es la Autoestima.
Me posiciona en el mundo y determina lo que puedo y lo que no puedo hacer. Es
el “Yo puedo”, es nuestro Cerebro Reptil.
Al posicionarnos en nuestro
cuerpo sentamos las bases de la confianza, ya que sentir que puedo es la
confianza en uno mismo y nos da Autoestima.
1.
Toma de Conciencia Corporal
Para conectar con nuestras
emociones y con lo que sentimos es imprescindible conectar, primero, con
nuestro cuerpo. La Danza Oriental constituye una herramienta maravillosa para
conseguir dicha toma de conciencia corporal gracias a la técnica de la disociación, que permite conectar con el cuerpo al disociar cada
parte del cuerpo del resto, de una forma lenta y progresiva.
Así, la persona va tomando conciencia
poco a poco de que tiene “hombros”, “pecho”, “cadera” etc. a la vez que va
soltando la musculatura y liberando tensiones. Y va descubriendo aspectos de sí
misma hasta ahora desconocidos. Empieza a relajarse, a sentirse bien.
2. Relajación tonificación muscular: Firmeza y
Flexibilidad
La relajación de la musculatura
contribuye enormemente a disolver nudos musculares, contracturas y tensiones,
aliviando los dolores y las limitaciones en el movimiento. Automáticamente la persona se siente mejor, ya
que descubre las verdaderas posibilidades de su cuerpo. Deja de sentirse
limitado y empieza a experimentar con el movimiento.
El calentamiento del cuerpo pasa
por la movilización de las principales articulaciones del cuerpo, como los
hombros, las muñecas, las caderas, las rodillas y los tobillos. De esta forma,
el cuerpo va recuperando poco a poco su flexibilidad y su movimiento natural.
La rigidez se va soltando y la persona comienza a sentirse más flexible y más
ágil, menos limitada.
La danza del vientre se basa,
principalmente, en movimientos de cadera, manos, muñecas, torso y hombros que,
por lo general, son las articulaciones más afectadas por las enfermedades óseas
actuales, y que se derivan de la rigidez y del bloqueo energético causado por
las distintas disfunciones psíquicas y emocionales o por las malas posturas
adquiridas en las profesiones de hoy en día.
3. Alineamiento de la Columna Vertebral
La danza del vientre es una
“correctora nata” de la alineación de nuestra espalda., ya que para bailar esta
danza es imprescindible “encajar” la cadera, es decir, traer el cetro de
rotación de la pelvis a su sitio.
Muchas personas, especialmente mujeres, sufren
en la actualidad de Lordosis Vertebral causada por andar con el “culo
fuera” o tener un culo “respingón”. Esta deformación es potenciada por los
cánones estéticos imperantes en la actualidad, que considera esta parte del
cuerpo femenino como unos de sus principales elementos de atracción del sexo
opuesto.
Tiene su sentido, ya que todo
esto deriva de las culturas primitivas, en las que las hembras utilizaban esta
parte de su cuerpo como reclamo para el macho con el fin de incitarle a la
cópula. En aquellos momentos, este aspecto era un elemento clave para la
preservación de la especie humana.
La columna tiene unas curvaturas
naturales que hay que respetar, tal y como sugiere la técnica Pilates, pero de
ningún modo ha sido concebida para ser un elemento de “exhibición” o de
“conquista”. Todo lo contrario. La Columna vertebral es nuestro soporte físico
en la vida. Es la que nos lleva y la que nos sostiene. Nos aporta la estructura
física necesaria para vivir y para movernos, para manifestarnos en el plano
físico.
Equivaldría a las bases y la
estructura de una casa o de un edificio, a la que se le van añadiendo otros
elementos con posterioridad. Para funcionar tiene que estar bien cuidada y
todos sus componentes tiene que estar bien encajados. Es todo un engranaje de
piezas y elementos que empieza desde abajo, desde el coccis, situado en
la pelvis.
Desde el punto de vista
energético, el lograr un correcto alineamiento de la espalda favorece el flujo
de energía a través de ésta en dirección a la cabeza, permitiendo que la energía telúrica o de la tierra haga
todo su recorrido ascendente al encuentro con la otra energía, la cósmica, que
nos entra por arriba, por la coronilla.
La energía de la tierra, que es
nuestra energía vital, al ir al encuentro de la energía cósmica desbloquea
cualquier atasco o bloqueo energético que pueda existir en cualquier punto de
la columna, aportando una sensación de ligereza y de bienestar. Este libre
fluir de energía a través de nuestra columna también tiene numerosos beneficios
psíquicos y emocionales.
Y por último, como cualquier otra
disciplina de danza, todos los ejercicios
de estiramientos están dirigidos a lograr una correcta alineación de la
espalda, trabajan la verticalidad del cuerpo y refuerzan la musculatura
adyacente a la columna, dotándola de fuerza y sujeción.
8.2.6. Beneficios Emocionales.
El cuerpo es un vehículo de
expresión emocional; se expresa con arte mediante el movimiento.
Al conectar con tu cuerpo
comienzas a sentir cosas; son sensaciones que te conectan con el aquí y ahora,
con el presente. A través del cuerpo te comunicas contigo misma; es como si se
tirara un puente entre lo que haces y lo que sientes.
Sabemos que desde hace años la
danza existe como terapia; es más, desde el principio de la vida del ser humano
la danza ha sido una terapia, por no decir una forma de expresar, comunicar, de
crear y de vivir.
El cuerpo siempre se ha considerado como la
expresión física del vínculo existente entre el mundo interior y exterior: Está
diseñado para el movimiento, y éste es tan natural e importante para la vida
como el respirar. El movimiento equilibra, sana, despierta e infunde energía.
Se genera energía psíquica que transformamos en fuerza y conocimiento. Coordina
nuestras respuestas físicas y enlaza los hemisferios cerebrales juntando lo
intuitivo y lo racional. Es lo que nos da individualidad y carácter. El gesto
une la persona interior con la exterior, y nos sirve como puente para llegar a
los aspectos divinos.
La danza invoca y desafía las
energías. La acción de estas energías depende menos del talento para danzar que
del hecho de su participación en la danza. Cualquiera que pueda mover alguna
parte de su cuerpo puede participar en la danza mágica, aunque no sea más que
con el parpadeo de sus ojos o el ritmo de su respiración. El grado de energía
invocada viene determinado por la participación y el significado que se asocia
con el movimiento. Todos los gestos y movimientos han de ser simbólicos; y
cuanta mayor significación vinculemos el
movimiento, mayor será también la liberación de la energía.
Al bailar, la mente reacciona a
un nivel más profundo e instintivo. Permite que los pensamientos de todos los
días se pierdan en el ritmo de la música. Cuando la danza toma el mando, todas
las restricciones y las inhibiciones de la mente consciente desaparecen. La
danza es el arte del cuerpo, la expresión del ser interior a través de la
conciencia del propio cuerpo y del espacio que éste ocupa.
La Música árabe
Es una música que funciona a más
ciclos por segundo (cps) que el ritmo al cuál funciona nuestro hemisferio
izquierdo, que funciona a 62 cps. La música árabe funciona a un ritmo entre 70
y 80 cps, ante lo cual el hemisferio derecho, el que “siente”, el emocional,
responde inmediatamente generando movimiento y fuerza.
Se sabe que al utilizar ciertas
músicas se pueden inducir determinados estados en la persona. En este sentido,
la música árabe te conecta con una amplia gama de emociones que son expresadas
a través del movimiento del cuerpo.
8.3.
La Feminidad Consciente: ¿En qué consiste?
Tras las huellas de nuestra evolución común: la búsqueda de lo femenino
abandonado.
Las tres eras principales del
desarrollo humano han sido la matriarcal, la patriarcal y otra emergente. El
corte entre los dos arquetipos ha creado una grieta en la realidad colectiva, y
el abandono del Principio Femenino por la sociedad ha comportado crisis
sociales, políticas y espirituales, así como problemas personales e
interpersonales.
Durante el dominio de la
sociedad Patriarcal se implantó el
principio masculino, desterrando el Principio Femenino. Anteriormente existía
el matriarcado, bajo el gobierno de Gran Madre. La aparición de la energía
masculina, bajo el Patriarcado, propició el desarrollo de nuestra propia
individualidad para poder invitar y acoger lo Femenino en la conciencia. Mientras
que lo Masculino separa, controla, discrimina, conquista, aguanta, supera,
lucha y crea, lo Femenino recibe, permite, transige, absorbe, disuelve, une
conecta y gesta. La receptividad paciente y acrítica de lo Femenino posibilita
que surjan a la conciencia las partes del alma reprimidas, negadas, disociadas
e inconscientes. Nos invita a honrar y disfrutar del cuerpo y de la materia,
como reflejos instintivos y correspondencia entre el alma y el espíritu. Nos
sensibiliza a las imágenes del alma, para que podamos percibir nuestras heridas
emocionales enterradas durante décadas o vidas enteras y que han obstruido el
flujo libre de la energía y han inhibido nuestra capacidad de entender, de
relacionarnos y de amar. Lo Femenino invita a permitir en lugar de poseer, a
soltar nuestro apego a la sabiduría, poder y amor.
Nos invita a vivir todas las
cosas terrenales como aspectos integrales de nuestra totalidad, despertando
nuestro sentido de la responsabilidad hacia este planeta. Nos enseña a escuchar
y a seguir los ritmos espontáneos de nuestro desarrollo, a reconocer y a sentir
la voluntad sagrada del cuerpo y del alma.
Riane Eisler, en su ensayo La transformación social de lo femenino: de
la dominación a la colaboración
solidaria describe que en la historia existieron períodos en los que los grupos humanos eran más igualitarios y se
veneraba a una deidad femenina. La posterior opresión de las mujeres condujo a
la represión de los valores femeninos, mientras que el despertar de la
conciencia de la identidad femenina, suprimida hace mucho tiempo, conduce a la
feminidad consciente El trabajo
psicológico que se requiere para integrar conscientemente el Principio Femenino
acelerará el nacimiento de una sociedad solidaria. Afirma que “una
espiritualidad que respete a las mujeres y a la naturaleza es esencial para
construir un futuro sostenible”.
Para Robert
M. Stein, “Ser una mujer conlleva hacerse consciente del papel que juega lo
Femenino interiormente”. La psicología profunda ha probado que tanto las
cualidades masculinas como las femeninas se encuentran en el alma de cada
persona. Según él, en nuestra cultura occidental ha habido un desarrollo
excesivo de la perspectiva masculina, lo que ha desembocado en una
glorificación de la razón, de la objetividad, la separatividad, la ausencia de
compromisos y el desprecio por todos los sentimientos subjetivos y las
emociones vitales. Esta poderosa fuerza o espíritu masculino es la principal
responsable de la opresión de lo Femenino. Precisamos, por tanto, la liberación
de lo Femenino y sus atributos más que la liberación de las mujeres.
Tras la idea generalizada de la
mujer objeto, que es claramente una distorsión masculina perversa de lo
Femenino, debe existir una esencia fundamental de la Diosa. Estos modelos
plásticos, asexuados de la Diosa dorada, están bien lejos de la belleza
seductora y del encantamiento sonriente que irradia Afrodita. La fría
separación, la distancia inamovible e intocable que mantiene la mujer-objeto,
no tiene ninguna conexión con la diosa griega. Más bien al contrario. La gran
atracción que ejerce Afrodita es su disponibilidad a la entrega, a rendirse
voluntariamente a la herida del amor con un anhelo sin disfraz, que en sí mismo
es irresistible. Afrodita simboliza un don divino que no pertenece sólo a las
mujeres, sino que pertenece a la vida entera. El mundo pierde su belleza
armoniosa, anhelante y cautivadora, cuando esta Cualidad Divina Femenina, que los griegos llamaron Afrodita, es tan
denigrada que se convierte en esa máscara amarga, estéril y de plástico falso
de la mujer objeto.
El autor afirma que “cuando
pienso en lo femenino, Mis primeras imágenes son de suavidad, amabilidad,
sensibilidad, receptividad, calidez, humedad, intuición, solidez y capacidad de
nutrir. Agua, tierra receptiva y fértil: el útero. Aceptación del todo,
nutrientes, maternales y uterinos son fundamentales. Sin embargo, no me es
desconocido el encanto erótico, embrujador y apasionante de Afrodita.”
Hacemos de madres de nosotras mismas: la curación de nuestra relación
con las mujeres y lo Femenino.
Para Kathie Crlson, “Debemos ver las raíces del comportamiento de
nuestras madres en nuestro interior, transformarlas y perdonarlas en nosotras
mismas. “
Está ampliamente aceptado que los
egos de las mujeres son femeninos. Solucionar nuestras relaciones con nuestras
madres, tanto con la persona real como con las imágenes que hemos ido
recolectando durante años es un primer paso para la creación de nuestras
identidades distintas e independientes como mujeres. Hay que separar nuestras
propias identidades como distinta de la de nuestras madres y del arquetipo de
la madre. También podemos aprender a honrar los legados del mundo-madre,
escogiendo lo que queremos heredar. Para ello se puede usar la imaginación creativa para expresar las
partes latentes de nosotras mismas para
hablar con las voces que normalmente son silenciadas.
La niña interior: piedra de toque de la
identidad femenina
Emily Hancock, en su libro The Girl Within, afirma que hacia la pubertad,
se desvía el sentido femenino de la niña, al enseñarle su madre a ser una dama,
cortando sus vías naturales y viéndose obligada a entrar en el molde cultural.
Mediante la recapitulación de los recuerdos tempranos de la niña interior
podemos recuperar el sentido del ser que éramos antes de que se impregnaran las
proyecciones y las expectativas de los demás. Este ser más natural o esencial
existe dentro de todo el mundo con independencia de la relación con los demás:
posee su propio estilo, sensibilidad, alegrías y miedos. Los sentimientos
esenciales de cada niña sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus relaciones
con los demás, están enraizadas en su vínculo con su madre. Ella es nuestra
fuente y nuestro modelo de ser una mujer.
¿Cómo
puede ser definida una mujer conforme a su sentido interno de ser al no poder
contar con su madre para orientarla?
Deberá
atravesar un territorio desconocido sin mapas ni consejos que la guíe, ya que
las leyes del patriarcado nos han
llevado a aplaudir las cualidades masculinas que exhibe la mujer moderna,
animándola a que se comporte como un hombre, rebelándose contra las propias
fuerzas femeninas que se hallan en el corazón de su identidad, y sin ser
consciente del corte que existe entre lo que ella es realmente y lo que parece
que es. Luego entonces ,¿cómo puede entonces una mujer, hija del patriarcado, realizar
su verdadero ser?
Según un
estudio realizado por Emily Hancock,
las respuestas se hallan en la niña interior, animosa, juguetona y satisfecha
de entre ocho y diez años que toda mujer lleva en su memoria de cómo puede
llegar a ser. Esta zona ocupa una zona intermedia de la infancia, un espacio interino entre la
fantasía y la realidad que alimenta la pertenencia creativa. Juguetona, aunque ya con objetivos,
ha abierto la puerta de la edad de la razón. Combina una intensa imaginación
con ciertas capacidades y un anhelo aventurero.
Poco a
poco, mientras se anima a su hermano a desarrollar su iniciativa y ejercer su
independencia, a ella se la encamina a la sumisión. Tal vez la madre moldee
sutilmente sus actividades para que se ajusten a los estereotipos femeninos. En
consecuencia, muchas niñas que son ágiles atletas a los nueve años, a los once
se convierten en jóvenes señoritas, más débiles e inseguras. Sus cuerpos se van
ablandando con el tiempo, La experiencia de la adolescencia no es de asunción de poder, como en los
niños, sino de ampliación de riesgos, a consecuencia de lo cual sus libertades
son coartadas, advirtiéndolas de su vulnerabilidad femenina. Cuando una niña se
juzga conforme a cómo la ven los demás, su confianza en sí misma queda
subvertida por la imagen que tiene de su propia persona, que se compara con un
ideal femenino imposible, ya que para alcanzarlo debe separase de muchas partes
de sí misma, perdiendo su propia posición de ser sintiéndose “otra”.
Por otro
lado, las mujeres de todas las edades son consideradas como objetos y están
desvalorizadas. Su sensualidad está explotada en la publicidad de todo tipo y
las niñas son sexualizadas mucho antes
de la adolescencia, domesticando su espontaneidad natural. Al ponerse las
máscaras proporcionadas por la cultura, una niña pierde fácilmente de vista
quién y qué es, más allá de la fachada femenina que adopta en su juventud. Las
mujeres que participaron en el estudio de esta autora recuperaron su auténtico
sentido femenino de ser ahondando en el territorio interno de la memoria y de
la imaginación en dónde se esconde la niña interior.
La autora
concluye afirmando que ”en la alianza entre la niña que posee la iniciativa y
la mujer que conoce su potencialidad de generar, reside la fuerza creativa que necesitamos
para llegar a ser plenamente nosotras mismas”.
Marion Woodman afirma que “las hijas del patriarcado tenemos
que aprender a amar la materia, la
naturaleza y nuestros propios cuerpos.
Connie Zeig comenta en su libro Ser Mujer “Nos hallamos hoy en día en medio de una
transición psicológica en la que muchas mujeres han salido de la Femenino
Consciente hacia un estilo más activo y centrado en lo masculino. Sin embargo,
también ha empezado la próxima etapa: muchas mujeres hemos comenzado a expresar
sentirnos insatisfechas con estas vías recién encontradas, lamentando nuestra
feminidad perdida.” La analista jungiana June
Singer llama a este síndrome “la tristeza de la mujer de éxito”, que
procede de haber perdido el contacto con nuestra feminidad por haber dado
prioridad a la identidad individual a costa de los valores de relación. La
salida de esta mundo-padre supondrá el nacimiento a la feminidad consciente, es
decir, una nueva manera de vivir en todos los niveles, personal, interpersonal
y cultural.
Para otra autora, Manisha Roy,
a pesar del éxito externo, las mujeres identificadas con su lado masculino
sufren de una autoestima muy baja a
causa de la pérdida de su yo femenino en alguna parte de su vida. Son “hombres
“ de éxito pero no mujeres autosuficientes Se pregunta por qué le resulta tan
duro hoy en día a una mujer ser ella misma, es decir, totalmente femenina, y
totalmente productiva. Para esta autora la respuesta a esta pregunta estaría en
la ausencia de relación entre su ego y sus arquetipos, tanto femeninos como
masculinos, reprimidos y desvalorizados en ambos sexos. La intuición, el
sentimiento, la subjetividad, la capacidad de relación, las reacciones
emocionales serían rasgos asociados con la
manera femenina. Durante las últimas décadas, las mujeres comprendidas
entre los treinta y los cincuenta años esperaban obtener la autoestima a partir
del éxito profesional, tal y como hacen los hombres, pero pronto empezaron a
darse cuenta de que las capacidades que necesitaban para triunfar en su trabajo
no las ayudaban en sus relaciones íntimas. Sin embargo, al no querer repetir y
perpetuar la autoimagen pretenciosa y desvalorizada de la generación precedente
las ha llevado a perder sus raíces femeninas, la percepción interna de ella
misma.
Haciendo sagrado de nuevo el cuerpo femenino: la curación de nuestra
relación con los ritmos, los instintos y los deseos.
En la antigüedad, antes de que lo
Femenino fuera desterrado y de que las mujeres fueran despojadas de todos sus
poderes, los misterios del cuerpo eran celebrados con rituales. La
menstruación, la sexualidad, el parto, la menopausia y la muerte eran pasos de
gran importancia que debían ser hondadas como transiciones entre los dos
mundos. El cuerpo femenino era el vehículo de esas transiciones. Las mujeres
estamos cortadas de nuestro cuerpo.
En algunas tribus americanas
existe una mujer a la que se forma en el arte de la sexualidad para iniciar a
los muchachos durante su pubertad en los secretos del cuerpo femenino. Es la
mujer de fuego, y tiene su contrapartida,
el hombre de fuego que inicia las muchachas. Hacer el amor constituye una
práctica y una curación espiritual que de manera ideal tendría que estar
disponible para todo el mundo. En los tiempos antiguos existía una precursora
de esta mujer de fuego, la prostituta sagrada que facilitaba el acceso a lo
sagrado antes de que existiera la falsa
división entre lo pecaminoso y lo sagrado. Esta mujer conducía a los hombres a
reconectar con lo sagrado en ellos y en ella. Hoy en día hemos sido desposeídos
de nuestra sexualidad natural, nuestros instintos han sido reprimidos y nuestro sentido de lo sagrado ha sido
desterrado. Hasta la época de los sacerdotes, las mujeres eran una puerta a lo
divino; si los sacerdotes deseaban interponerse entre el pueblo y lo divino,
tenían que apartar a las mujeres de aquella función. No se trataba de que la
sexualidad fuera pecaminosa en sí misma, se trataba de que para obtener el
poder los sacerdotes tenían que reemplazar a las mujeres como camino hacia lo
divino. Las consecuencias han sido
devastadoras: los hombres se enfrentan a
una proyección escindida del arquetipo
Femenino, buscando el cariño y la nutrición en la figura de la madre y la
excitación y el erotismo en la figura de la amante o ramera. Como mujeres que
vivimos bajo el fondo de estas proyecciones hemos perdido la conexión con
nuestra sexualidad, que fuera en un
tiempo una vía de alegría y autoexpresión y un vínculo con el aspecto sagrado
de nuestros cuerpos. La Prostituta
sagrada fue Cada Mujer y se puso disponible al servicio de los Dioses. La tarea
consiste en aceptar el cuerpo como espiritual y la sexualidad y el amor erótico
como disciplinas espirituales, es decir, honrar lo femenino.
Despertando de nuevo la Divinidad de lo Femenino: la curación de nuestra
relación con los arquetipos de la Diosa.
En un plano mitológico, estamos
hechos a la imagen y semejanza de nuestros dioses, lo que quiere decir que
somos lo que imaginamos. Anhelamos imágenes
que representen como auténticamente femeninas la creatividad, el valor,
la lealtad, la autoconfianza, la capacidad de adaptación, la tenacidad, la
capacidad de tener una clara percepción, la inclinación a la soledad y la
intensidad de la pasión. Las Diosas de hoy en día, en cuanto que espejos de lo
Femenino Consciente, proceden de dos fuentes básicamente: las culturas
prepatriarcales y la cultura griega.
Jean Shinoda
Bolen describe siete patrones
mitológicos de lo Femenino procedentes de las Diosas griegas. Constituyen
arquetipos potencialmente opresivos que subyacen ocultos en las psiques de las
mujeres y que gobiernan secretamente nuestros comportamientos. Si estos
patrones permanecen inconscientes y cumplimos sus destinos, nuestras vidas se
vuelven unidimensionales y perdemos la enorme riqueza de posibilidades
psicológicas. Para la autora, “nos encontramos colectivamente en una época de
un cambio esencial, en el que lo Femenino Consciente está emergiendo al mundo
como un paso evolutivo de la conciencia. El anhelo de encontrar una nueva
identidad llega de muchas maneras: la preocupación ecológica, la espiritualidad
de las mujeres, el retorno a la Diosa son claros ejemplos de ello.
La escisión apocalíptica entre lo
Femenino y lo Masculino ha generado confusión en los roles interpersonales de
hombres y mujeres. Esta alienación de la
cultura patriarcal del principio Femenino ha generado y genera problemas como
la división de los roles basada en el género, a nivel interpersonal que hombres
y mujeres reaccionen entre sí a sus propios sistemas internos de valores,
diferencias de poder y de autoridad a nivel social, el dominio y el control
sobre la naturaleza, y la búsqueda del beneficio inmediato por encima del
interés evolutivo a nivel de especie.
La autora June Singer afirma que “Actualmente se ha producido un interesante
fenómeno: se ha vuelto a despertar el viejo mito de la Diosa, suplantando al
mito del héroe imperante hasta ahora, y que representa al individuo que ha
prosperado por su fuerza y astucia, a expensas, frecuentemente, de individuos
menos ambiciosos, y con el que históricamente los hombres han tendido a
identificarse. La Diosa representa, por el contrario, un aspecto de lo
Femenino, vital y dador de vida, con la que las mujeres se pueden identificar
más fácilmente.”
El mito de la Diosa reprimida nos
habla del poder singular de lo Femenino. No es el poder de la fuerza física,
sino el poder de la creatividad. El útero es sólo una parte de este hecho. Sin embargo, el hambre que el hombre siente,
y que sólo puede ser saciada por una mujer, va más allá de la necesidad física
o sexual. Es la conexión con el espíritu, con la Otredad, lo que los hombres
buscan en lo Femenino, por que la mujer
es todo lo que no es el hombre: amorosa y compasiva. Para la autora, la Diosa
no ha desaparecido por completo, sólo se ha estado escondiendo, esperando los
tiempos propicios para emerger de nuevo, cuando el mundo tenga necesidad de
ella y esté dispuesto a prestarle atención.
La Diosa no era venerada en lugar del Dios. Se veía, más bien,
siempre en relación con lo Masculino, con el reconocimiento pleno que requiere una
relación para asegurar la fertilidad de la tierra y de la humanidad. Este mito
quizás nos sirva para recordarnos que hombres y mujeres necesitamos considerar las necesidades y
cualidades especiales del otro género, para que pueda darse una relación creativa
entre ambos.
El futuro de lo Femenino.
Edward C. Whitmont piensa que se
está dando un resurgimiento de los “valores-de-ego” femeninos, tanto en los
individuos como en la sociedad en general; piensa que esos valores negados y
suprimidos durante miles de años llegan en un momento de urgente necesidad ante
el fin del patriarcado y el principio de una nueva era.
Propone que la tradición heroica,
basada en el esfuerzo, la fuerza, la voluntad, la razón, el honor, la
responsabilidad y el mito de la objetividad está siendo reemplazada hoy en día
por la tradición de la Diosa, que valora la interiorización, el sentimiento, la
aceptación, la paradoja, la incertidumbre y vivir el momento. El autor sostiene
que ha sido necesario el sacrificio histórico del principio Femenino para el
desarrollo evolutivo del patriarcado y para el desarrollo psicológico de egos
separados e individualizados, luego esta Diosa ha evolucionado y emerge ahora
más plenamente consciente que nunca. En este sentido, la autoafirmación significa
para las mujeres aceptar la diferencia respecto a los hombres en lugar de
identificarse con ellos, imitarles o competir, ya que sólo encontrando primero
su posición básica femenina pueden también recuperar su elemento yang y
expresar, como mujeres, su fuerza y sus capacidades a su manera.
La nueva feminidad viene a establecer el valor
de lo interno y de la afirmación de todo lo que es, está abierta a las heridas,
a la fealdad y al dolor, tanto como a la alegría y a la belleza, siendo capaz
de integrarlas. Lo sensual ha de ser valorado tanto como lo espiritual, lo
intangible tanto como lo concreto. Esta nueva feminidad puede atraer como Afrodita,
ser maternal como Deméter o jugar o danzar como Artemisa. La vida está para ser
vivida y saboreada por sí misma, en interacción sensible con la tierra y el
cosmos como organismos vivos y no como objetos muertos de explotación en aras
del “progreso” económico o tecnológico.
Para el autor, la mujer del
mañana tiene que afrontar y resolver este desafío, y necesitará abrirse y armonizarse con sus
propias tendencias y directrices instintivas. Especialmente en los encuentros
personales, ella estará abierta y aceptará los hechos, impulsos y sentimientos,
incluidos aquellos que pueden parecer negativos, destructivos y prohibidos
según las pautas estéticas y morales tradicionales, o las suyas propias, lo que
significa que la conciencia está abierta a recibir y clarificar los
sentimientos, las fantasías y los deseos con independencia de sus implicaciones
morales o estéticas.
La fantasía, si podemos darle
cabida, esperar junto a ella, alimentarla, meditar sobre ella y escucharla como
una afirmación simbólica, puede revelar una sabiduría escondida y abrir nuevos
canales de energía. Es un desafío pensar y sentir a través de cualquier cosa
que se presente y esperar a que se revele su mensaje simbólico oculto, en lugar
de esconderla o desecharla. La nueva mujer (y la parte femenina del hombre)
tendrá que preconizar y defender la necesidad de vivir a través de la
experiencia de cualquier cosa que ha sido reprimida por el patriarcado. Ella no
defiende deberes abstractos sino hechos emocionales.
Por último, Robert A. Johnson afirma que “la historia nos impulsa a invitar y a
honrar a lo Femenino abandonado en nuestro interior y en la sociedad, para que
pueda ocupar su sitio en la trama de la vida. Es posible una nueva era de
valores femeninos, por lo que habrá que averiguar cómo se puede hacer volver a
la vida actual la energía femenina. A la pregunta de qué quiere realmente la
mujer, el autor contesta que quiere el dominio de su propia vida.
Concluye su ensayo afirmando que
“estamos empezando la tarea de restaurar la cualidad femenina de la humanidad
que nos es tan valiosa. Nuestro descontento y sufrimiento sutiles nacen de la
pérdida del valor de lo femenino y nos
enfrentamos a obstáculos enormes para restaurarlo. La igualdad de género es un
tímido intento, pero queda una tarea mucho más sutil, que sería conseguir igual
tiempo y dignidad para los valores del sentimiento que pertenecen a la
dimensión sutil de la feminidad. El ocio, la espontaneidad y las cualidades
artísticas exigen la misma dignidad y respeto que se otorgan, hoy por hoy, a la
consecución del dinero y de la seguridad. Estas tareas están por hacer y exigen
nuestra atención.”
La renovación del mundo: lo Femenino y el futuro.
Se prevé un desplazamiento de
nuestro sistema de valores actual hacia valores más femeninos, como la
conectividad, la actitud inclusiva, el sentimiento, la fluidez, la ambigüedad,
y la introspección.
En palabras de Connie Zweig, autora del libro Ser mujer “Se podría definir como el
proceso de descubrir los pasos de la danza de lo Femenino que se desarrolla
dentro de todas las mujeres”.
Para ello habría que hacerse una
serie de preguntas:
¿Qué significa ser mujer en un mundo de hombres?
¿Porqué algunas mujeres expresan su profundo desencanto con la
realidad del éxito profesional y afirman que de alguna manera se han olvidado
de ser mujeres?
¿Por qué está tan extendido el interés femenino por la Diosa o
espiritualidad femenina?
Podría estar hablando del anhelo
de la mujer de ser auténticamente femenina, de vivirse a sí misma plenamente
como mujer a la vez que es una persona fuerte e independiente, cuyo poder y
autoridad están enraizados dentro de
si misma.
En el proceso evolutivo de las
mujeres, tiene que darse una desidentificación personal con la fuente de
identidad constituida por la madre biológica, pero permaneciendo anclada en lo
femenino. Esto requiere un esfuerzo consciente por nuestra parte para que se
desarrolle un ego separado y saludable.
A medida que van perdiendo fuerza
las antiguas formas de dominio de lo masculino crece la fuerza de los valores
femeninos, en un esfuerzo por aportar un equilibrio. Desde el punto de vista cultural, se ha de
dejar de devaluar lo Femenino, entendido como un patrón universal de la psique
humana, que Jung llamaba arquetipo y que está presente tanto en hombres como en
mujeres, y permitirle tomar de nuevo su lugar adecuado en el mundo. Desde el
punto de vista psicológico, esto significa que para ser mujer hay que
representarse en nuestra base femenina, desidentificándonos con el Principio
Masculino y con la sociedad dominada por los hombres. Para ello primeramente es
necesario entender el Principio Femenino y nuestra evolución hacia lo Femenino
Conciente.
Marion Woodman, describe algunas de
las características de la energía femenina:
* Lo Femenino prefiere el proceso
al resultado, disfruta del viaje en lugar de centrase en la meta, más propia
del estilo Masculino.
* Esta orientación hacia el
proceso implica presencia en el cuerpo, en el aquí y ahora, agudeza emocional y
sensorial y la disposición a seguir la experiencia corporal, en lugar de
escuchar únicamente al pensamiento.
* Lo femenino implica también
receptividad, mientras que lo Masculino es rápido para actuar.
En la primitiva transición de la
conciencia matriarcal a la conciencia patriarcal se sacrificó y abandonó lo
Femenino. En la actualidad se está dando un resurgimiento evidenciado por
nuestro interés por la ecología profunda, la Diosa. Para la autora Connie Zweig, “El principio Femenino se
transforma a medida que evoluciona nuestra naturaleza femenina dentro de la
imaginación colectiva y que se va manifestando dentro de nosotras y dentro de toda
la sociedad en general. El arquetipo respira una nueva vida, asume un nuevo
semblante y nos proporciona nuevos significados.”
De eso se trata lo de la Feminidad Consciente, de la emergencia
de un estilo de feminidad individualizada y realizada.
Para ello, se impone Despertar de
nuevo la Divinidad de lo Femenino; la curación de nuestra relación con los
arquetipos de la Diosa, la Gran Madre, para reconectar con los valores más
femeninos como la conectividad, la actitud inclusiva, el sentimiento, la fluidez,
la introspección.
El desarrollo de lo Femenino en
la conciencia humana nos invita a vivir todos las cosas terrenales como
aspectos integrales de nuestra totalidad, contribuyendo a despertar nuestro
sentido de la responsabilidad hacia este planeta; nos enseña a escuchar y a
seguir los ritmos espontáneos de nuestro desarrollo, y a reconocer y a seguir
la voluntad sagrada del cuerpo y del alma, a tener una actitud más relajada que
de esfuerzo.
8.4. El segundo chacra y la Aromaterapia.
¿Qué son los chacras?
No se pueden considerar
únicamente cuerpos físicos porque a nuestro alrededor late un campo energético
electromagnético descrito como un aura semejante a un arco-iris o como
un cuerpo luminoso. Este campo de energía sutil interactúa con nuestro cuerpo
físico fluyendo a través de espirales concentradas de energía. En la práctica del yoga estos centros
energéticos en forma de espiral reciben el nombre de “Chacras”, término
sánscrito que significa “rueda de luz”.
Existen siete chacras principales
más varios menores que interactúan tanto con las glándulas endocrinas exentas
de conducto excretor como con el sistema linfático, suministrando energía
provechosa y desechando aquella no deseada.
Si deseamos mantener nuestra salud general y prevenir la enfermedad
resulta de vital importancia que aprendamos a nutrir nuestros chacras de forma
adecuada.
La base de muchas terapias y
disciplinas, concretamente aquellas de origen oriental, es la comprensión de
los distintos tipos de flujo energético; por ejemplo, la acupuntura, el
shiatsu, el tai chi y el chikung se centran principalmente en equilibrar los
conductos energéticos: los meridianos del cuerpo. La aromaterapia, la terapia
basada en el sonido, los mantras , la terapia con cristales, gemas, las
esencias florales, el reiki, la sanación espiritual mediante imposición de
manos y la cirugía psíquica, entre otras, trabajan con la energía sutil para
aportar buena salud a nuestro cuerpo.
Leadbeater describió los chacras como
vórtices de energía, transformadores de energía
cuya función consiste en unir los diversos estratos sutiles del aura, y
hay que procurar mantenerlos abiertos, limpios y activados en una rotación
apropiada.
A través de nuestro campo aúrico
y chacras nos interconectamos con nuestro entorno, con el tiempo, los colores,
los sonidos, los objetos y el cosmos. Los chacras necesitan ser equilibrados lo
que se consigue mediante el color, la luz, la aromaterapia, la reflexología, la
alimentación, los cristales el yoga y otras técnicas.
Los chacras y la aromaterapia
La aromaterapia es el uso de
materiales líquidos volátiles derivados de plantas (conocidos como aceites
esenciales) y otros compuestos de plantas aromáticas para mejorar el estado
anímico y la salud. Las técnicas de masajes que emplean aceites esenciales
pueden beneficiar a los chacras eliminando las energías no deseadas y
reequilibrándolos.
Los chacras se liberan de las
energías no deseadas mediante un movimiento contrario a las agujas del reloj, y
recuperan el equilibrio con el movimiento opuesto.
Los chacras y el color
A cada uno de los chacras
principales le ha sido asignado un color, comenzando por el chacra raíz y
avanzando por el espectro hasta el violeta del chacra corona. Al trabajar con
cromoterapia descubrimos que es posible tratar el chacra con su color
predominante para inducirlo a un estado de equilibrio.
Los chacras y los ciclos de siete años
Las enseñanzas del yoga vinculan
los siete chacras principales a períodos de siete años de duración. Una niña de
treces años se encuentra bajo la influencia general del chacra sacro, ya que la
pubertad tiene lugar entre los 8 y los catorce años. A esta edad las
adolescentes comienzan a explorar su sexualidad y creatividad y a planificar
cómo liberarse de la influencia de sus padres.
Ciclo y chacra
|
Palabras clave
|
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8-14 años
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Segundo chacra
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sensualidad, creatividad,
Exploración de la creatividad y sus límites.
entusiasmo
|
El segundo chacra o chacra sacro: SVADHISTHANA
En la tradición tántrica el
término Svadhishana puede ser traducido como “la más dulce de las moradas” o
“el sitio personal”.
Cuando este centro se encuentra
plenamente desarrollado produce la radiación necesaria para establecer un
vínculo de amor con otra alma, y alimenta el crecimiento de la conciencia en su
camino hacia la iluminación. Dado que este chacra se ocupa de la asimilación –
de la expresión sexual y del alimento de las ideas y de la creatividad- suele
ser descrito como el centro de la autoexpresión y de la alegría. Cualquier
emoción negativa acumulada en el chacra sacro, como la ira y el miedo, puede
derivar en enfermedad. En la actualidad se nos incita a enfrentar nuestros
miedos, pero esta idea no siempre resulta apropiada, en realidad deberíamos
utilizar esos miedos como advertencia y comenzar a cambiar nuestros patrones de
comportamiento para aprender de aquello que una vez nos estresó o causó temor.
Desde el punto de vista sexual,
este es el chacra del placer que nos pone. Por consiguiente, se ocupa de
nuestra relación con los demás, de las
motivaciones de nuestras relaciones y de la alegría que les aportamos. Se
desprende entonces, que los encuentros sexuales desequilibrados (que quizá
deriven en enfermedades de los órganos sexuales) están relacionados con este chacra. Al formar parte del sistema
urinario este centro también mantiene una estrecha conexión con el modo con que
procesamos el agua en nuestro organismo. Las enfermedades resultantes de la
disfunción de este chacra son la colitis, colon irritable, tumores en la
vejiga, mala absorción del intestino delgado y dolor inexplicable en el tercio
inferior de la espalda.
Desde un punto de vista emocional
este chacra ha desarrollado las huellas y la subsiguiente respuesta al
nacimiento de nuestra conciencia emocional. Si en el adulto se encuentra
estresado, probablemente se deba a la forma a la forma en que éste aprendió a
interpretar su propio ser en relación con su madre durante sus primeros años.
Problemas sexuales
El estrés sobre este chacra nos
incita a poner barreras a la expresión de nuestros verdaderos sentimientos,
particularmente los relacionados con una persona del sexo opuesto. Durante el
acto sexual, mientras la energía
kundalini asciende desde el primer chacra hasta el segundo, es posible que se
tope con un “muro de bloqueos” y la persona no consiga experimentar el ascenso
de la dicha verdadera a través de los chacras subsiguientes. Así que el estrés
en esta zona puede empujarnos a pasar de un amor a otro en busca de
satisfacción, y con el profundo anhelo de unirnos con la otra mitad de nuestra
alma.
Cuando la radiación de este
chacra comienza a fluir con más libertad, la capacidad de sentir dolor y placer
se incrementa y, en ocasiones se plasma en relaciones agridulces. Es posible,
entonces, que para dejar atrás nuestras defensas, experimentar nuestro
verdadero ser y experimentar una intimidad real debamos superar una auténtica
prueba de valor. Es necesario que nos deshagamos de los miedos pasados. Las
desilusiones y las expectativas románticas decepcionadas porque todas ellas
representan huellas de energía necesaria encerrada en este chacra.
Si no somos conscientes de las
energías de nuestro chacra sacro, inconscientemente alimentaremos una sensación
de control rígido, sobreprotección, celos, ira, y una clara incapacidad de
recibir amor. Este chacra se relaciona con las adicciones de todo tipo y con la
necesidad desesperada de aprobación. Por
el contrario, cuando somos plenamente conscientes de la energía positiva, creamos las condiciones adecuadas para que
nuestras capacidades sutiles y físicas
se unan a otra persona.
Este estado requiere un tipo de amor bello y
tierno que damos y recibimos de forma incondicional; este amor no tiene reglas
ni expectativas, ni retribuciones; es el amor que se aprecia en las relaciones
amorosas maduras.
La plenitud en el segundo chacra
tiene que ver con la capacidad de dar y recibir amor, con saber que somos
amados o susceptibles de serlo. Estas emociones humanas básicas establecen una
identidad positiva en los más profundo de nuestro ser. Cuando sabemos que
podemos dar y recibir amor de forma incondicional, aprendemos a dar sustento
emocional a los demás, también sin condiciones.
Por lo tanto, este chacra tiene que ver con la amistad, con nuestra capacidad
de relacionarnos con otras personas a un nivel más profundo que el cotidiano.
Svadhisthana y la creatividad
El impulso creativo de la vida
surge de la madre tierra y es recibido en el primer chacra desde donde pasa
posteriormente a Svadhisthana. El color que se le asigna a esta chacra es el
anaranjado.
Cada persona encuentra su propia
manera de plasmar la creatividad. Cada vez que se ejerce alguna acción creativa
se percibe un efecto positivo en el
cuerpo de energía sutil y el cuerpo físico. La creatividad es un precioso logro
de los humanos, ya que los animales no son capaces de expresarse de la misma
manera.
“Nuestra vida no nos
llega ya “fabricada” sino que tenemos que crearla”.
Osho.
La danza y Svadhisthana
Una maravillosa forma de
equilibrar los chacras consiste en recurrir a la música o la danza.
En todo el mundo, las danzas
tradicionales reflejan el alma de la persona y expresa una profunda necesidad
de utilizar el cuerpo humano para celebrar las grandes verdades universales de
la vida.
¿Qué es la
aromaterapia?
Las esencias son como la sangre de una persona, que mueren si no
se las conserva debidamente. Contiene las características de la planta de dónde
proceden y son como su espíritu o su personalidad. Su acción terapéutica se
efectúa a un nivel más elevado que la planta orgánica entera, o su extracto,
ejerciendo en general un efecto mucho más pronunciado en la mente y las
emociones que la medicina herborística. Las propiedades de las hierbas y sus
esencias pueden ser con mucho las mismas, pero su acción terapéutica es, en si,
diferente. La aromaterapia es novedosa en que puede aplicarse tanto por vía
interna como externa. René-Maurice-Gatteforé
afirma que” sus productos son de uso externo, pero su potencia penetrante es lo
suficientemente grande para actuar en los órganos subyacentes a las zonas de
donde se hace su aplicación tópica”.
Las propiedades asignadas a las esencias se basan ampliamente en
una investigación científica, y la aromaterapia no se puede separar de una
serie de cosas: los principios básicos de la terapéutica natural, el masaje, la
dieta y nuestra actitud entera frente a la vida.
El jazmín llamado por
los indios “luna de bosquecillo, es el más exquisito de los aromas y mezcla muy
bien con los aceites de rosa y los cítricos.
En forma de aceite, actúa principalmente a nivel emocional siendo
de gran valor en los problemas psicológicos y psicosomáticos. Aunque ejerce
efectos fisiológicos, su uso está especialmente indicado cuando éstos se hayan
vinculados a un problema emocional. Es un sedante nervioso y al mismo tiempo un
gran euforizante. Es antidepresivo y al mismo tiempo produce una sensación de
optimismo, confianza y euforia. Su mayor
utilidad es en los casos de apatía, indiferencia o desmayo.
Igual que el de rosa, ejerce un marcado efecto en el aparato
reproductor femenino, aliviando el espasmo uterino y el dolor menstrual tanto
abdominal como lumbar.
También es un afrodisíaco notable que calienta y relaja el
organismo.
La rosa tiene como regente al planeta Venus y es una esencia
extraída de flores. Si el jazmín es
el rey de los aromas, la rosa es la reina. Se dice que la rosa surgió de la
sangre de Adonis, mientras que Cenada
Cuenta que los turcos creen que nació de la sangre de Venus.
Las rosas se han usado por su aspecto, por su aroma y por sus propiedades
terapéuticas desde tiempo inmemorial: los romanos las usaban en guirnaldas,
perfumes, baños perfumados, confituras y como remedio para la resaca. Dicen que
este aceite fue descubierto accidentalmente en Persia, donde sus guerreros
acostumbraban a adornar sus escudos con rosas. La producción del aceite de
rosas persa, lo mismo que la de la India, ha dejado de tener la importancia
comercial de antaño. En la actualidad es aceite de rosa más fino y caro viene
de Bulgaria, y se conoce como rosa
búlgara Otto.
En cuanto a sus propiedades, Culpepper
cuenta que las rosas son muy buenas para las nalgas y las partes bajas del
vientre y de la matriz, bañándolas o poniéndola en ellas.
Marguerite Maury escribe: “como un afrodisíaco muy conocido, la farmacopea india
la emplea reforzada con sándalo. La propia experiencia nos ha enseñado que la
rosa ejerce una influencia considerable en los órganos sexuales femeninos, no a
fuerza de estímulos sino muy al contrario limpiando y regulando sus funciones”.
Debido a su estupenda fragancia se puede considerar también
antidepresiva, y al estar bajo la égida de Venus es de gran utilidad para la
regulación de la función menstrual en un emenagogo suave y limpia de impurezas
la matriz. Se puede emplear en todos lo trastornos del sistema genitourinario.
9. Investigación
Se diseña un proyecto didáctico
de innovación en forma de clases de Danza del Vientre de 1 hora de duración
o de un Taller vivencial de 5 horas de duración.
“Clases de Danza del Vientre para despertar el mito de Afrodita en la
mujer. Creatividad y Sensualidad.”
AFRODITA – LA CREADORA DE BELLEZA DESDE EL GOZO
Afrodita, este vez desde la
Alquimia femenina, nos enseña a unir nuestro UTERO GOZOSO a todas nuestras
creaciones, de esta forma nuestra realidad cambia y pasa ser más bella y
placentera.
La Sabia se une a la sexualidad
gozosa y surge una nueva forma de CREAR.
Es la llamada para reconocer la belleza en nuestro interior y a partir de ahí
crear la Belleza en el exterior, y "Hacer el mundo a nuestra imagen y
semejanza".Esa es la Ley de la Alquimia creativa del UTERO GOZOSO.
Para ello hay
que conocer y seguir las leyes de la energía interna
femenina y prepararnos para mostrar una nueva realidad más acorde con
nuestro interior.
La diosa de la belleza, la diosa alquímica Afrodita nos
abre las puertas para ello.
Nosotras como responsables
creadoras, aceptamos su ayuda y desarrollamos con nuestra práctica las
mejores cualidades.
Afrodita puede ser libre, amante y madre que
lo transformaba todo en amor y belleza, lo tiene todo ya que integra los cuatro
elementos, es la diosa alquímica que crea una realidad más gozosa. Para
transformarnos en creatividad, gozo y belleza tenemos que seguir nuestras
propias leyes internas, para que nuestra magia sea de dentro afuera y no nos
quite el poder. Para ello necesitamos saber cómo funcionamos las mujeres a
nivel energético interno y alquímico. La mujer es fuego dentro (fuerza
interior) y agua fuera (flexible, vulnerable, suave, sensible, amorosa) y el
hombre es lo contrario. El camino de la mujer es conseguir el equilibrio entre
agua y fuego. Sin fuego el agua tiende al hielo y las mujeres se vuelven frías,
rígidas e insensibles. Los quistes, miomas son una falta de fuego, el agua no se
mueve bien y no hay alquimia. “La educación nos ha sacado de nuestra feminidad
al poner el fuego en la mente, en los valores masculinos del patriarcado”
afirma la terapeuta Guadalupe Cuevas.
Para encender nuestro fuego interno hay que:
- buscar el silencio, la quietud. El hombre lo busca en la acción, haciendo muchas cosas, la mujer en el movimiento en quietud.
- Unificando nuestro elixir blanco con el rojo. La fuerza para la alquimia nace en los pechos, abriendo la línea de la leche, donde están las emociones no asimiladas, para ello se hacen masajes en los pechos en tandas de nueve, bajando por la línea de la leche hacia el ombligo.
1. Material necesario
Esencias rosa y jazmín; actúan sobre el útero, sede de la
creatividad.
Pañuelo para la cadera de color naranja.
Velo de color.
Ropa cómoda para bailar.
Algún objeto que represente la
belleza o la sensualidad.
2. Estructura de la Clase o Taller
* Ritual
- Encendemos una vela naranja.
* Relajación y conexión con una misma:
tumbada boca arriba respiramos profundamente e imaginamos que estamos inhalando
el color naranja hasta nuestro vientre y visualizamos que la música aporta
color a las partes de nuestro vientre que más la necesitan.- 10 min.
* Estiramientos y calentamiento de cabeza, cuello, mandíbula, hombros, cadera, rodilla, muñecas, dedos,
tobillos y pies - 10 min.
* Movimientos de Danza del Vientre – 20 min.
* Baile libre: Nos movemos
dejando que la música nos inspire, y permitiendo que sean nuestras caderas y no
nuestra mente la que inspire nuestra danza. Fluimos con la música, relajando
los movimientos y bailando de forma despreocupada, utilizando todo el espacio,
bajando al suelo etc.- 10 min.
* Masaje con el aceite esencial y
relajación. Con las manos sobre el útero intentamos sentir su
latido o palpitación a la vez que respiramos. Con el aceite de rosa o de jazmín
nos damos un suave masaje alrededor del ombligo (segundo chacra) mediante un
movimiento contrario a las agujas del reloj para liberar las energías
negativas. A continuación cambiamos el movimiento en el sentido de las agujas
del reloj para que recuperen su equilibrio. – 5 min.
* Invocación
a la Diosa Afrodita: “Afrodita, ayúdame a amar y a ser amada y a disfrutar
de mi cuerpo. Abreme las puertas hacia el nacimiento de una nueva vida, de un
despertar de la sensualidad.” 5 min.
10. Resultados.
Exposición y análisis
de los datos obtenidos.
Los datos aportados en los
apartados anteriores reflejan la necesidad que existe en la actualidad de que
las mujeres vuelvan a conectar con su verdadera esencia femenina, que conlleva
unas serie de cualidades, entre ellas la sensualidad y la creatividad. Desde un
punto de vista psicológico, y fundamentado en la teoría de Yung de los arquetipos, ampliada más adelante por la analista
jungiana Jean Shinoda Bolen, al distinguir siete arquetipos diferentes en
la psique profunda de las mujeres, la mujer actual se ha alejado de su
verdadera naturaleza psíquica adoptando una serie de roles que la permitan
responder a las demandas que recaen sobre ella en las sociedades patriarcales
de hoy en día, en las que priman valores más propios de la naturaleza
masculina, como el logro, la competitividad y la lucha. Estos valores han
llevado a la progresiva deshumanización de la sociedad y a la masculinización
de las mujeres, que, al apartarse de sí mismas no han logrado, en muchos casos,
tener una existencia plena, al basar su vida en un estereotipo, el de la esposa
y madre, o el de mujer de éxito, desconectada de su parte más instintiva. Por otro lado, las religiones patriarcales –
la judeo-cristiana y la musulmana – han suprimido una serie de aspectos de la
naturaleza femenina, con el fin de despojarla de su verdadero poder,
relegándola a las facetas de madre (e hija) o prostituta. Esta polarización de
la naturaleza interna de la mujer, basada en un juicio moralista del bien y el
mal, ha llevado a la supresión de uno de los arquetipos femeninos, el de
Afrodita, que representa a nivel arquetípico la sensualidad, la creatividad y
la sexualidad de la mujer.
La autora Jean Shinoda Bolen, en su descripción de
los distintos aspectos de la psique femenina, invita a las mujeres a explorar y
a reconectar con su lado femenino, como vía de evolución personal para llegar a
sentirse seres humanos completos en sí mismos a lo largo de las distintas
etapas de la vida, y en la que se desarrollan diferentes arquetipos o aspectos
de la psique. Concretamente en el caso del arquetipo de Afrodita, ella sugiere
la conveniencia de practicar la danza del vientre como una forma de conectar
una misma y de sentir el cuerpo, clave para vivir en el presente y para
experimentar y, sobre todo, disfrutar de la sexualidad.
La danza del vientre, como
hemos visto en sus orígenes, era practicada en la antigüedad en el marco de
rituales dedicados a la fertilidad de la mujer, para rendir culto a la
sexualidad y la capacidad creadora de vida de la parte femenina de la
existencia, al ser consideradas éstas sagradas. Este origen divino de la
sexualidad estaba simbolizado por las antiguas hetairas griegas o prostitutas sagradas, a través de las cuales el
ser humano reconectaba con su origen sagrado.
Como sucedió en el ámbito psicológico y social de la mujer,
también en el caso de la danza la llegada del patriarcado la despojó de su
parte divina, desvirtuándola y relegándola a un espectáculo comercial, tal y
como sucede en la actualidad en todo el mundo.
Sus movimientos mayoritariamente pélvicos, de cadera y abdominales
conectan a la mujer con esa parte de su cuerpo, tan importante en las funciones
creativas (embarazo y parto) como sexuales. A través de estos movimientos la
mujer aprende a soltar, sentir y a mover adecuadamente sus órganos
reproductivos y sexuales, haciéndola más consciente de su capacidad de creación
de vida y de gozo y placer, como parte esencial de su psicología femenina (mito
de Afrodita).
En el plano energético,
según las filosofías orientales, en la zona pélvica está alojado el segundo
chacra, o centro de energía, encargado de regular el flujo de energía telúrica
o sexual en su ascenso hacia el encuentro con la energía cósmica. Cuando
este centro se encuentra plenamente desarrollado produce la radiación necesaria
para establecer un vínculo de amor con otra alma. Al ocuparse de la asimilación,
de la expresión sexual y del alimento de las ideas y de la creatividad, así como
de la autoexpresión y de la alegría, regula nuestras relaciones.
Al no ser conscientes de las
energías de nuestro segundo chacra, inconscientemente alimentaremos una
sensación de control rígido, sobreprotección, celos, ira, y una clara
incapacidad de recibir amor. Este chacra
se relaciona con las adicciones de todo tipo y con la necesidad desesperada de
aprobación. Por el contrario, cuando somos plenamente conscientes de la energía
positiva, creamos las condiciones adecuadas para que nuestras capacidades
sutiles y físicas se unan a otra persona.
La plenitud en el segundo chacra
tiene que ver con la capacidad de dar y recibir amor, con saber que somos
amados o susceptibles de serlo. Estas emociones humanas básicas establecen una
identidad positiva en los más profundo de nuestro ser. Cuando sabemos que
podemos dar y recibir amor de forma incondicional, aprendemos a dar sustento
emocional a los demás..
Por otro lado, cada persona
encuentra su propia manera de plasmar la creatividad. Cada vez que se ejerce
alguna acción creativa se percibe un efecto positivo en el cuerpo de energía sutil
y el cuerpo físico.
Una maravillosa forma de
equilibrar los chacras consiste en recurrir a la música o la danza. Otra
herramienta muy útil para equilibrar este chacra es, como hemos visto, la
aromaterapia, con su técnica a base de esencias florales. Trabaja con la
energía sutil y aporta buena salud a nuestro cuerpo. Muy
utilizada en la antigüedad para el tratamiento de los síntomas físicos y los
trastornos emocionales, ha demostrado tener un marcado efecto terapéutico al
estimular la zona tratada con ella. En el caso de las esencias de rosa y de
jazmín, ambas ejercen una influencia considerable en los órganos sexuales
femeninos, principalmente el útero, sede fisiológica de la creatividad, no a
fuerza de estímulos sino, muy al contrario, limpiando y regulando sus
funciones.
11. Contraste de hipótesis y discusión.
Por lo que se desprende del análisis de los resultados, la danza
del vientre, en sus orígenes, era practicada por las mujeres para honrar un
aspecto de la energía femenina de la creación, que es la capacidad de crear y
de dar la vida, a través de la sexualidad, y que se expresaba en los rituales
sagrados dedicados a celebrar la fertilidad de la tierra. Este aspecto de
la feminidad se corresponde con el arquetipo de Afrodita en la psicología
jungiana, que representa la sensualidad, la creatividad y la sexualidad de la
mujer. Por lo tanto, la práctica de esta danza sí que puede conectar a la mujer
con esta parte de su psique o con este arquetipo.
Por otro lado, la danza del vientre, con sus movimientos pélvicos
y de conexión a tierra, con sus golpes, vibraciones y movimientos ondulantes,
activa la energía de los dos primeros centros energéticos o chacras, situados
en la pelvis y en el vientre, donde se encuentra el útero, sede de la
creatividad, cualidad, también ésta, de la Diosa Afrodita.
Y por último, los aceites esenciales de rosa y jazmín, tal y como
se ha descrito, aplicados en forma de masaje o baño, activan el útero,
ejerciendo también una influencia positiva sobre el desarrollo psicológico de
la creatividad.
La combinación de estas dos técnicas, la danza y la aromaterapia,
junto con la toma de conciencia del cuerpo y de sus sensaciones llevan a la
mujer a tomar conciencia de su condición de mujer, en su más pura esencia, más
allá de los condicionamientos sociales, religiosos o culturales y de la propia imagen que tiene de sí misma, lo que
algunas autoras definen como una nueva Feminidad Consciente.
12. Conclusiones.
A la vista
de todo lo expuesto anteriormente, se puede concluir que la danza del vientre,
con su sensualidad inherente a la música árabe y a sus movimientos corporales
redondos, suaves y sinuosos, que simbolizan la naturaleza (la luna, las dunas, los camellos, la
serpiente) y que inciden en la zona del aparato reproductor femenino,
estimulando la energía telúrica o sexual, constituye una herramienta muy útil
para despertar la propia sensualidad de la mujer de una forma lúdica, divertida
y en un clima de complicidad entre mujeres, muy característica de las mujeres
orientales, haciéndola más consciente de su cuerpo, de sus sensaciones y de lo
que siente, potenciando su autoestima y la confianza en su instinto sexual, lo
que le permitirá, desde una feminidad más consiente, hacer elecciones más
conscientes en su vida profesional y personal, lo que para mi, en esencia, es
la creatividad en un sentido más pleno de la existencia.
Especialmente interesante me resulta el
empleo de esta danza en las niñas y/o adolescentes, ya que como se ha visto anteriormente
entre los 8 y los 14 años madura el segundo centro energético, sede de la
sensualidad y la creatividad, luego una correcta guía acerca de la naturaleza del
cuerpo femenino y de su energía, desde lo vivencial, desde el cuerpo, podría
constituir un complemento excelente a la enseñanza sexual académica con el fin
de potenciarles su autoestima.
13. Recomendaciones y futuras investigaciones.
Creo que sería interesante realizar un estudio que analizara estas
cuestiones de la sensualidad y la creatividad, y su conexión con el arquetipo
masculino equivalente a Afrodita, Dionisios, y cómo es vivido por el hombre
actual.
En este sentido, me gustaría aportar la visión de Jordi Piagem, Doctor en Filosofía por la
universidad de Barcelona, sobre la necesidad de vivir conforme a valores más
“femeninos”, según se desprende de una entrevista publicada en la revista Psychologies, en la que afirma lo
siguiente:” Esta crisis es también una oportunidad para reconciliarnos con la
naturaleza y crear una sociedad más sabia, capaz de reconocer que la felicidad
personal no se logra con la acumulación material. Una crisis es una oportunidad
de curación. Hoy tenemos una crisis no sólo sistémica, sino económica, cultural
y de valores, que nos lleva a destruir el planeta y a no sentirnos felices por
más que consumamos. Vivimos entre una visión del mundo obsoleta y otra que
quiere nacer y que estamos llamados a crear entre todos. “
“Tenemos menos tiempo para gozar de la propia creatividad” y “Todo lo que nos hace plenamente humanos es
ilimitado: nuestra capacidad de aprender, de crear, de organizarnos y de amar
no tiene límites”.
“Si nos creemos aislados de la naturaleza y del mundo, nos
sentiremos en un entorno hostil y pondremos el énfasis en la seguridad y en el
control. En cambio, si nos sentimos parte del mundo, si sentimos que nuestra
energía es parte de la energía que mueve toda la vida, podremos pasar de una
actitud de control a una de fluidez, y darnos cuenta de que somos co-creadores
de un universo de relaciones”
“El hecho de que la ciencia reconozca cada vez más el valor de la
empatía y de los sentimientos puede ayudarnos en el cambio de actitud y de
valores hoy tan necesario, porque hemos visto que la codicia y la competición
no funcionan.”
Y por último: “El camino
de la autorrealización pasa por sentir que estamos conectados, por redescubrir
la fascinación por lo que hacemos, de sentir la gratitud por la existencia y de
cultivar la plenitud en el aquí y ahora.”
14. Bibliografía.
-
BEATRIZ MERINO (2003), El Despertar de la Diosa Mandala Ediciones
-
CARL GUSTAV JUNG (2002), Los
Arquetipos y lo Inconsciente colectivo, Editorial Trotta
-
GUADALUPE CUEVAS
(2010), El Camino de la Diosa Ediciones
Mandala S.A.
-
JEAN SHINODA BOLEN
(2001), Las Diosas de la Mujer Madura Editorial
.Kairós
-
JEAN SHINODA BOLEN (1984), Las Diosas de cada Mujer Editorial
Kairós
-
LAURA COOPER (2005), La Danza del Vientre Paso a Paso Editorial
EDAF S.A.
-
MARION WOODMAN (1990),
Los frutos de la Virginidad Ediciones Luciérnaga
-
PATRICIA MERCIER
(2007), La Biblia de los chakras Editorial
Gaia
-
ROBERT TISSERAND
(1997), El arte de la aromaterapia Editorial
Paidós
-
SHOKRY MOHAMED (1994),
La Danza Mágica del Vientre Editorial
Ediciones Mandala S.A.
-
VARIAS AUTORAS (1994),
Ser Mujer Editorial Kairós
15. Anexos
Libera a tu Diosa
Interior, artículo extraído de la revista
Psicología Práctica.
Danza del Vientre, artículo extraído de la revista Cuerpo Mente.
Realmente la lectura me atrapo. Fue sublime y al terminar no pude mas que ponerme a danzar como nunca lo habia hecho. Mi marido quedo fascinado mirandome. Fue indescriptible.
ResponderEliminarAun asi debo diacrepar como profesa de la fe islamica que en realidad nunca se nos ha enseñado la sexualidad como algo prohibido o que debe ser reprimido. Todo lo contrario. Se nos incita a disfrutar sin limites de nuestra sexualidad en el marco de nuestro matrimonio. Se nos presenta el placer sexual como algo deseable y natural. Desconozco las fuentes de lo mencionado en el texto pero esta muy lejos de lo que se nos enseña a las musulmanas. Si es real que los regimenes politicos y tiranias pseudoreligiosasque pretenden justificarse con el nombre de Dios han oprimido y prohibido a la mujer derechos que el Islam nos ha reconocido y entre ellos, la vilificacion de lo sexual pero son cosas que escapan al control de la filosofia islamica.
Dicho esto, atesorare esta lectura y espero algun dia compartirla con mi hija. Gracias por tan sabias palabras.