Idea Original


 “HACIA UNA FEMINIDAD MAS CONSCIENTE: DESPERTANDO LA SENSUALIDAD Y LA CREATIVIDAD DEL ARQUETIPO DE AFRODITA A TRAVES DE LA DANZA DEL VIENTRE.”




                                                                                                   Graziella Negri Benavente
                                                                                                    7 de Septiembre del 2010




Abstract

En el presente estudio se analiza la posibilidad de despertar en la mujer su sensualidad y su creatividad a través de la danza del vientre. Su combinación con la chacroterapia y la aromaterapia invita a la mujer a conectar con estas cualidades de una forma lúdica en un clima de hermandad entre mujeres, haciéndose más consciente de su feminidad.

              

Índice

1. Tema ………………………………………………………………………………………….
2.  Objetivo……………………………………………………………………………………….
3. Hipótesis de investigación…………………………………………………………...……...
4. Antecedentes ………………………………………………………………………………...
5. Justificación: interés del proyecto ………………………………………………………….
6. Alcance del proyecto y límites …...…………………………………………………………
7. Metodología de investigación ………………………………………………………………
8. Marco teórico …………………………………………………………………………………
8.1. ¿Qué es un Arquetipo? ……………………………………………………………………
8.1.2. El Mito de Afrodita ……………………………………………………………...
8.1.3. Afrodita en la mujer madura…………………………………………………..
8.1.4. Las Diosas de cada mujer …………………………………………………….
8.1.5. Las Diosas de la sexualidad………………………………………………… .
8.2. La danza del vientre ……………………………………………………………………...
8.2.2. Sus orígenes …………………………………………………………………...
8.2.3. La danza del vientre terapéutica ……………………………………………..
8.2.4. Los movimientos de la danza del vientre…………………………………….
8.2.5. Los beneficios físicos…………………………………………………………..
8.2.6. Los beneficios emocionales…………………………………………………...
8.3. La feminidad consciente: ¿En qué consiste? ...........................................................
8.4. El segundo chacra y la aromaterapia…………………………………………………...
 9.  Investigación ………………………………………………………………………………
10. Resultados …………………………………………………………………………………
11. Contraste de hipótesis y discusión ………………………………………………………
12. Conclusiones ………………………………………………………………………………
13. Recomendaciones y futuras investigaciones ………………………………………..…
14. Bibliografía …………………………………………………………………………………
-       La Danza Mágica del Vientre, Beatriz
-       La Danza Mágica del Vientre, Shokry Mohamed
-       La Danza del Vientre Paso a Paso, Laura Cooper
-       Ser Mujer,Varias Autoras
-       Los frutos de la Virginidad, Marion Woodman
-       El Camino de la Diosa, Guadalupe Cuevas
-       Las Diosas de la Mujer Madura, Jean Shinoda Bolen
-       Las Diosas de cada Mujer, Jean Shinoda Bolen
-       El arte de la aromaterapia, Robert Tisserand
-       La Biblia de los Chakras, Patricia Mercier

15.Anexos ………………………………………………………………………………………

Libera a tu Diosa Interior, artículo extraído de la revista Psicología Práctica.
Danza del Vientre, artículo extraído de la revista Cuerpo Mente.
Bailes Orientales. Alberto Marín Baró.

1. Tema

Se trata de conectar con el aspecto creativo y sensual de nuestra feminidad, el arquetipo de Afrodita, a través de la danza del vientre.


2. Objetivo

El presente estudio pretende analizar y demostrar que la danza del vientre constituye una herramienta válida para conectar a la mujer con su creatividad y con su sensualidad, haciéndola más consciente de su feminidad.


3. Hipótesis de investigación

La danza del vientre constituye una herramienta válida para despertar y conectar a la mujer con el aspecto sensual y creativo de su esencia femenina.


4. Antecedentes

Existe en la actualidad la necesidad por parte de muchas mujeres de redescubrir y reconectar con su identidad genuinamente femenina, así como el deseo de realizarse como mujer y como persona, un punto de encuentro entre la libertad y la raíz del propio ser. Se trata de vivir una nueva y más profunda feminidad, una feminidad consciente.


5. Justificación: interés del proyecto

Se trata de demostrar que la danza del vientre constituye una herramienta útil para ayudar a la mujer a conectar con una parte de sí misma de una forma lúdica y en un clima de hermandad con otras mujeres.


6. Alcance del proyecto y límites

Este estudio tiene como objeto explorar una situación novedosa: despertar la sensualidad y desarrollar la creatividad  mediante la danza, la chacroterapia y la aromaterapia.


7. Metodología de investigación

Se trata de un estudio teórico en el que se contrasta información de distintas fuentes bibliográficas y se propone un Proyecto Didáctico Innovador.

8. Marco teórico


8.1. ¿Qué es un arquetipo?

C.G. Jung introdujo  el concepto de arquetipos en la psicología. Consideraba que los arquetipos son pautas de comportamiento instintivo comprendidas en el inconsciente colectivo, que es la parte del inconsciente que no es individual sino universal, con contenidos y modos de comportamiento que son más o menos los mismos en todas partes y en todas las personas.
8.1.2. El Mito de AFRODITA
Mitología
Afrodita es la diosa del amor y la belleza, y se identifica en Roma con la antigua divinidad itálica Venus. Según una tradición es hija de Urano y según otra de Zeus y Dione.
En el caso de la primera historia, el nacimiento ocurre en el momento que Cronos (dios del tiempo) corta los genitales de su padre Urano y los lanza al mar, de donde surge Afrodita. De ahí que se le conozca como “la diosa nacida de las olas” o “nacida del semen de dios”. Una vez que salió del mar, Afrodita fue llevada por los vientos Céfiros, primero a Citera y luego a Chipre, donde las Horas la vistieron y la guiaron a la morada de los Inmortales.
Afrodita es partícipe de un sinnúmero de leyendas. Primero, se casó con Efesto (el divino cojo y dios del Fuego), pero estaba enamorada de Ares (dios de la Guerra). A parte de Ares, Afrodita estuvo involucrada amorosamente con Adonis y con Anquise,s con quien tuvo a Eneas (héroe troyano y personaje de La Eneida de Virgilio) y a Lirno. Junto con su hijo Eros, era la diosa del amor por excelencia.
 Según una filosofía tardía, Platón diferenció dos tipos de diosa, la Afrodita Pandemo, la popular, y la Urano, la diosa del amor puro.
            Para todos los pintores, es la excusa ideal para representar el ideal de belleza.

Principio del formulario
En la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor, el sexo y la belleza. Sus poderes son inmensos: protege a los esposos, fecunda los hogares y está presente en los partos. También simboliza la pasión desencadenada que destruye las uniones legítimas e incita a los mortales a toda clase de voluptuosidades y vicios. Sus atribuciones son los secretos de las doncellas, las sonrisas, los engaños, el placer, el amor y la dulzura.
Para la analista jungiana Jean Bolen, autora del libro Las Diosas de cada Mujer, Afrodita era una diosa alquímica, una cualificación adecuada para el proceso mágico y el poder de transformación que ella, por sí sola, poseía. Era la más bella e irresistible de todas las diosas, y tuvo muchas aventuras y descendencia. Creaba amor y belleza, atracción erótica, sensualidad, sexualidad y nueva vida. Entablaba relaciones por voluntad propia y nunca fue victimizada, siempre mantuvo su autonomía como diosa virgen y tuvo relaciones como diosa vulnerable. Inspiraba la poesía  y el discurso persuasivo, y simboliza el poder transformador y creativo del amor. En todas sus relaciones, los sentimientos de deseo fueron recíprocos, y valoraba más la experiencia emocional con los demás que su independencia de ellos o los vínculos permanentes.

El arquetipo
El arquetipo de Afrodita rige el disfrute del amor, la belleza, la sensualidad y la sexualidad en las mujeres. Este arquetipo impulsa a las mujeres a realizar la función creativa y procreativa. Las relaciones son importantes pero no como compromisos a largo plazo con otras personas, ya que busca consumar relaciones y generar nueva vida. Este arquetipo puede expresarse a través de la relación física o de un proceso creativo. Lo que valora es puramente subjetivo y no puede medirse en términos de éxito o de reconocimiento. Es un  arquetipo de Afrodita motiva a las mujeres a perseguir intensamente las relaciones más que la permanencia, a valorar el proceso creativo y a estar abiertas a cambiar.
Cualquier cosa o persona que sea impregnada por la belleza de afrodita es irresistible. Se produce una atracción magnética, una “química” entre dos personas que desean la unión por encima de todo. Sienten el impulso de acercarse y de conocer al otro. Aunque este ímpetu puede ser meramente sexual, el empuje suelen ser más profundo y representa un impulso psicológico y espiritual. El deseo de conocer y de ser conocido es lo que produce afrodita.
La conciencia de afrodita está presente en todo trabajo creativo, incluyendo el que se hace en soledad. En este caso el diálogo de relación se encuentra entre la persona y el trabajo, del cual emerge algo nuevo. Se trata de una interacción entre el artista y el vacío, a partir de lo cual se crea algo que previamente no existía. Para la autora, tanto en la buena comunicación como en el proceso creativo existe una interacción, y el descubrimiento o nacimiento de algo nuevo es un elemento clave en la creatividad y en la comunicación.
Afrodita como portadora de visión
Para que un sueño se haga realidad, primero hay que tenerlo, creer en él y luego realizarlo.
·      Toni Wolf describe la figura de la “mujer hetaira” como un tipo de mujer cuyas relaciones con los hombres tiene cualidades eróticas y de compañía. Puede ser la mujer que les inspira o su musa. Esta hetaira fertiliza el lado creativo de un hombre y le ayuda a realizarlo.

Hombres y mujeres necesitamos imaginar que nuestro sueño es posible, y tener a una persona que nos considere tanto a nosotros como al sueño con la conciencia de Afrodita potenciadora del crecimiento.  Bajo esta cualidad de portadora de visión  hace que otras personas puedan florecer y desarrollar sus dones, lo que el psicólogo Robert Rosethal llamó el efecto Pigmalión que describe el poder de esperanzas positivas en la conducta de los demás.  Sería la capacidad de estimular y presentar desafíos a los demás, para sacar el mejor potencial de otro ser humano. La autora asocia este efecto pigmalión de Afrodita con su capacidad de alquimia, proceso físico por el cual se mezclan sustancias para transformar metales inferiores en oro. Según ella, las personas experimentamos la alquimia de Afrodita cuando nos sentimos atraídos por otra persona, cuando creamos y transformamos algo en otra cosa, y cuando apreciamos y somos capaces de embellecer y dar valor a aquello sobre lo que ponemos nuestra atención, porque está impregnada de nuestro amor.
                               
Culto

Afrodita tenía sus propios festivales, las Afrodisias, que se celebraban por toda Grecia pero particularmente en Atenas y Corinto. En Corinto, las relaciones sexuales con sus sacerdotisas eran consideradas un método de adoración a Afrodita.

Afrodita estaba asociada y era con frecuencia representada con delfines, palomas, cisnes y los árboles de granadas y limas.
Los animales favoritos de esta diosa eran las palomas, y estas aves arrastraban su carro. Sus plantas eran la rosa y el mirto.

Su equivalente romana es Venus. Sus homólogas eran Ishtar en la mitología mesopotámica, Ashtart (Astarté en griego canónico) en la sirio-palestina y Turan en la etrusca.

Venus es llamada con frecuencia con el epíteto Venus Ericina ("del brezo") por el monte Erice (Sicilia), uno de los centros de su culto.
Creatividad
Afrodita constituye una tremenda fuerza para el cambio. A través de ella fluye la atracción, la unión, la fertilización, la incubación y el nacimiento de una nueva vida o una nueva creación, ya sea en el plano físico entre un hombre y una mujer o en cualquier otro proceso creativo. Para muchas personas, la creatividad también es un proceso “sensual”, es una experiencia sensorial en el momento en que abarca el tacto, el sonido, las imágenes, el movimiento, y a veces incluso el olfato y el gusto. Un artista sumergido en un proceso creativo, al igual que un amante, muchas veces descubre que sus sentidos son potenciados. Mientras trabaja en una imagen visual, una frase verbal o un movimiento de danza pueden interactuar múltiples impresiones para crear el resultado final. Afrodita, como fuerza creativa, puede implicar a una mujer en un intenso esfuerzo creativo tras otro. Cuando finaliza un proyecto surge otra posibilidad que le fascina.
El cultivo de Afrodita
Afrodita es el arquetipo más involucrado en la experiencia sensual o sensorial, por ello cualquier experiencia centrada en el aquí y ahora y de agudeza de percepción requiere de su presencia.
Las actitudes críticas y de culpabilidad erigen obstáculos al disfrute de hacer el amor o de hacer arte. Tales obstáculos surgen cuando las personas tienen una prohibición contra el placer, el juego y otras actividades “no productivas”, lo mismo que contra el sexo. Muchas personas juzgan la búsqueda del amor y de la belleza como algo frívolo cuanto menos, o pecaminoso.
Para la autora, “cuando las mujeres ven el valor de Afrodita e intentan desarrollar este aspecto en ellas mismas, dan un paso mental fundamental para activar este arquetipo. Después necesitan darse tiempo y la oportunidad para que se desarrolle Afrodita; quizás a aprendan a dar y recibir masajes, o tomen clases de danza del vientre para estar a gusto con su cuerpo y disfrutar del mismo, requisito previo para gozar haciendo el amor”.
La cultura apoya  una serie de diosas a través de una serie de papeles que permite hacer a las mujeres, y que desembocan en los estereotipos con imágenes positivas o negativas. En las sociedades patriarcales, los únicos roles aceptables suelen ser los de la doncella, la esposa y la madre. A Afrodita se la condena como la “puta” o la tentadora, que constituyen una desvalorización de la sensualidad y de la sexualidad de este arquetipo, y, en consecuencia, de la mujer.

8.1.3. Afrodita en la mujer madura
Afrodita aporta vivacidad a la psique, una vivacidad que imbuye  a la vida de amor y belleza y que potencia la capacidad de vivir el presente. Los aspectos sombríos de este arquetipo, como el ignorar las consecuencias de sus actos, ya que sólo existe el presente así como traicionar la confianza y la fidelidad, tiene como consecuencia la supresión de Afrodita, que es lo que suele suceder, aunque es mucho mejor buscarle un lugar en el ámbito de la creatividad, el trabajo, la imaginación y el matrimonio.
La Afrodita que envejece bien lo consigue porque ha cultivado su sabiduría y el arquetipo ya no guía su conducta pero tampoco la ha abandonado. Esta mujer conserva la capacidad de fascinarse con la belleza que aprecia en el mundo y en las personas, saborea la experiencia y por tanto disfruta de la vida. Su capacidad de vivir el presente, que le dio problemas en su juventud, se convierte en un don positivo que le otorga calidad de vida a la jubilación y a la vejez. Al margen de la edad esta mujer es sensual.
La sensualidad de Afrodita se haya en disfrutar de la buena  mesa, del sexo pleno y de un buen masaje. Ser sensible a la experiencia es una faceta característica de las mujeres que valoran la experiencia sensorial de la vida. Afrodita admira la belleza y ama lo que contempla, cualidades que nos hacen sentirnos vivos. La capacidad de enamorarnos de personas, objetos o lugares no desaparece con la edad siempre y cuando Afrodita siga manteniéndose activa.
Los años de madurez también dan tiempo para desarrollar los aspectos creativos de Afrodita cuando hay más tiempo para cultivar las aficiones al hacer remitido los papeles de madre, esposa, trabajadora y ama de casa “malabarista”.
En nuestra cultura no se espera que las mujeres de edad avanzada se enamoren o se muestren sexys o sensuales. Sin embargo, este arquetipo puede florecer otra vez  a los 60 o 70 años o surgir por primera vez, Según la autora, en su propia experiencia con sus pacientes ha observado que, a cierta edad, la magia de dos personas que se enamoran se centra más en la belleza del alma que en la de los cuerpos.

8.1.4.  Las Diosas en cada mujer
La autora Jean Shinoda Bolen, en su libro Las Diosas de cada mujer lanza la pregunta de cómo pueden las  diosas mitológicas del pasado patriarcal ayudarnos a analizar nuestra realidad actual o a alcanzar un futuro igualitario.
Estas diosas arquetípicas nos sirven para analizar muchas pautas de comportamiento y rasgos de personalidad al recordarnos fuerzas y cualidades dentro de nosotras o de las que carecemos y que necesitamos desarrollar, o que vemos en otras personas que nos rodean y que no comprendemos. En otras palabras, son mitos que evocan nuestra realidad interior.
Para la autora, toda mujer tiene un papel fundamental en el desarrollo de su propia vida, por lo que necesita aprender a ser  la protagonista o heroína de su propia vida. Para lograrlo ha de hacer elecciones conscientes que le permita moldear sus vidas. Al igual que no era consciente de los poderosos patrones culturales que gobernaban sus vidas, tampoco es consciente de las poderosas fuerzas internas que influyen en lo que hace y en cómo se siente. Estas fuerzas las presenta la autora en su libro bajo la forma de las diosas griegas.
Estos patrones o arquetipos  internos  marcan las diferencias entre las mujeres, dependiendo de cuál de las diosas esté activa en ellas. También existen muchas diosas dentro de una sola mujer. El conocimiento de estas diosas proporciona a las mujeres  un medio de entenderse a sí mismas. La autora deriva esta hipótesis de la perspectiva jungiana  que establece que las mujeres están influidas por poderosas fuerzas internas, o arquetipos, que pueden ser personificadas por las diosas griegas. Una vez que la mujer se vuelve consciente de las fuerzas que influyen en ella, obtiene el poder que ese conocimiento proporciona, ya que estas “diosas” son  fuerzas poderosas e invisibles que moldean la conducta e influyen en las emociones.  Estos patrones también afectan a las relaciones con los hombres.
Erich Neumann, analista jungiano, utilizaba la mitología como instrumento para describir la psicología femenina. Para  la autora esta asociación proporciona una poderosa herramienta de compromiso interna al evocar el mito sentimientos e imaginación y tocan temas que forman parte de la herencia colectiva de la humanidad. En ellos hay una resonancia de verdad sobre la experiencia humana compartida.

 8.1.5. Las Diosas del amor y de la sexualidad

Una figura arquetípica central para la sexualidad femenina es la de la Diosa del Amor y la Sexualidad llamada de diferentes formas: Inanna, Isthar, Afrodita, Astarté (la del útero). El deseo es considerado sagrado y es inspirado por estas diosas tanto entre humanos como entre animales. Estas diosas manifiestan su deseo de manera activa. Un antiguo himno Isthar recita: “Yo devuelvo el macho a la hembra, yo soy la que embellece el macho para el macho”. Una característica de estas diosas es su virginidad, entendida como integridad, la que a la vez tienen amantes, pero sin ser definidas por su relación con el varón.
No aparecen como esposas de un dios, sino que ellas son las diosas por derecho propio ligadas a un hijo-amante que es sacrificado para volver a resucitar de nuevo
cada primavera, simbolizando los ciclos de la vida vegetal y su paralelismo con la vida-muerte de los seres humanos
.


Toda la mitología que rodea a estas diosas y sus amantes es muy interesante a nivel simbólico y está ligada a la transformación y los procesos de muerte-renacimiento. Jean Sinoda Bolen considera a Afrodita como una diosa alquímica de gran valor en los procesos de maduración psicológica a partir de nuestra capacidad de relacionarnos de manera profunda con otro ser humano y también a través de la creatividad.

Ligado a los cultos en los templos a las diosas del amor aparecen las llamadas “Prostitutas sagradas”, aunque el nombre no es muy afortunado, ya que no tiene que ver con la prostitución tal y como hoy la conocemos. Las mujeres se ofrecían como parte de un acto en honor a la diosa en el contexto de rituales,
danzas extáticas, haciendo el amor con extranjeros que llegaban a la ciudad. En ese momento, de alguna forma, las mujeres personificaban a la diosa. Los rituales
seguramente tendrían similitud con los rituales tántricos.
                             
Al parecer, estos rituales se remontaban al neolítico, donde se celebraba el matrimonio sagrado, que reconocía la sexualidad como el poder de regeneración necesario para propiciar la fertilidad y el bienestar de la comunidad. En determinadas épocas del año, los humanos hacían el amor sobre los campos, para apoyar el crecimiento de las plantas. Lo humano y la naturaleza están estrechamente comunicados, y el estado del mundo tiene que ver con el estado de las relaciones. Estas sociedades eran bastante igualitarias y parece ser que bastante pacíficas. La opresión de las mujeres, la represión de la sexualidad femenina y la explotación de la naturaleza son procesos que se dan simultáneamente durante la paulatina instauración del patriarcado. La materia es considerada impura y el cuerpo se va separando del espíritu.
                                              

8.2. La danza del vientre: ¿Qué es?

El nombre "danza del vientre" deriva probablemente del francés dance du ventre. La mayor parte de las bailarinas modernas toman ese dato como históricamente probado, mientras que otros lo ven como un término peyorativo con el que los turistas denominaron el baile que conocieron al viajar a Oriente Medio a principios del siglo XIX. La danza del vientre se ha llamado también "danza oriental", nombre con el que se engloban en realidad los estilos de Oriente Medio y del Próximo Oriente. Otro nombre es raks sharki, término árabe para danza del este, aunque primordialmente ese término se usa para el estilo egipcio de cabaret, ahora el término más usado en Norteamérica.
Según el Método SarabiR,  es un arte milenario más conocido en Occidente (erróneamente) como “danza del vientre” que se ha convertido en un sistema efectivo para potenciar la autoestima y la feminidad de la mujer. Esta danza no es sólo un arte antiguo, sino también un ejercicio sano, una forma de entretenimiento, un lenguaje corporal y mucho más.
Sus movimientos son los esenciales de la naturaleza: circulares, espirales, infinitos, y sus orígenes se pierden en el tiempo, puesto que es más antigua que la escritura misma. Tiene un carácter universal, dado que a lo largo de la historia, distintas civilizaciones han practicado danzas con movimientos similares. Pero además de ser muy divertido, a nivel terapéutico sus beneficios son múltiples. En la práctica de la danza se combinan movimientos corporales dinámicos con otros más lentos, lo que origina un equilibrio armonioso en el organismo, tanto físicamente como a nivel emocional y sentimental. Se puede practicar a cualquier edad ya que no requiere ninguna preparación física ni ningún tipo de cuerpo específico, incluso históricamente ha sido de ayuda durante el embarazo. Y aunque la mayoría de sus practicantes son mujeres, cada vez hay más hombres que quieren conectar con su lado femenino.
La práctica  continua de la danza oriental permite a uno adentrarse en sí mimo y explorar qué pasa con su cuerpo, su alma y en definitiva con su vida.

8.2.2. Sus orígenes
 Paula Lena, historiadora y bailarina argentina afirma que “La danza del vientre deriva de los ritos sociales sagrados (danzas de muerte, de nacimiento, de conexión con las divinidades, de pedidos y agradecimientos y danzas de trance) que durante miles de años se fueron desarrollando y transformando en lo que hoy llamamos Medio Oriente. De las cuevas a los templos, a las tabernas y plazas y mercados, en harenes y palacios, en casinos y escenarios, la danza del vientre de Medio Oriente tuvo su lugar. Sus ejecutantes y sus códigos cambiaron de acuerdo con el momento histórico”.
Por otro lado, en el libro “La Danza del Vientre Paso a Paso” de Laura Cooper se afirma que “bailar es un vívido y palpitante elemento de la existencia humana. Como todo lo que está vivo, el baile cambia con el mundo que le rodea. Aunque ahora no lo parezca, las raíces de la danza del vientre están firmemente ligadas a los rituales religiosos centrados en la adoración de deidades femeninas y/o en la fertilidad. Muchos objetos antiguos, que muestran mujeres suavemente redondeadas con grandes pechos y caderas, apoyan las teorías antropológicas que afirman el elevado estatus de las mujeres, basado en su capacidad de dar vida, dentro de las estructuras arcaicas. Las primeras comunidades paganas adoraron, por lo general a una deidad matriarcal y exaltaron la magia y la fascinación que les producía la capacidad de las mujeres de crear vida. Hay numerosas pruebas históricas que permiten relacionar las danzas de fertilidad de estas culturas - en las que se recreaba simbólicamente el momento del nacimiento- con la actual danza del vientre. Los bruscos movimientos de cadera, las contracciones musculares y los espasmos liberados, así como los movimientos ondulantes, recuerdan a las reacciones del cuerpo durante el parto.
Pero ¿cómo se metamorfosearon estos rituales hasta llegar a convertirse en una forma de entretenimiento?
Los datos al respecto son escasos y vagos, pero hay quien afirma que fueron tribus gitanas las que primero sacaron esta danza a las calles y las introdujeron en el teatro. Los gitanos provenían de la India y hablaban una lengua basada en el hindú llamada romaní. Alrededor del s. V d. de C., y como resultado de la opresión local, la necesidad de trabajo y el destierro, los gitanos romanís se desplazaron a otras partes del mundo conocido. Algunos Académicos sugieren que fueron primero al oeste, a Afganistán y a Persia, y que desde allí algunos emigraron al norte, a Turquía y a Europa, mientras otros fueron hacia el sur siguiendo la costa hasta que llegaron a Egipto y otros lugares del norte de Africa. Una de las formas que tenían de conseguir alimento en su nomadismo era proporcionar entretenimiento actuando para la gente de los lugares en los que paraban.
La cultura romaní dejó una gran influencia en muchas de las zonas por las que los gitanos pasaban, y el hechizo de su danza permanece fuertemente arraigado en Asia Central, donde las comunidades islámicas han crecido durante siglos, especialmente en Turquía y en Egipto. La sofisticada estructura religiosa islámica tuvo una influencia enorme en todas las formas de entretenimiento y de celebración, incluida la danza. Así, como resultado de la segregación cultural por sexos, a las mujeres islámicas solo se las permitía entretenerse y celebrar entre otras mujeres y en espacios cerrados.
 La Danza del vientre se desarrolló de forma diferente en cada país al que emigraron los gitanos. En Turquía, después de que el sultán Fatih Mehmet II conquistara Constantinopla en 1453, los gitanos se asentaron en la recién bautizada ciudad de Estambul. Cuando había ocasiones de celebración, las mujeres se entretenían con grupos exclusivamente femeninos de bailarinas e instrumentistas, llamadas chengis. Estas trabajaban en grupos organizados, llamados kol, formados por un representante, las bailarinas, las instrumentistas, y actuaban en los baños, los harenes y otros lugares comunitarios femeninos. Estos grupos crearon un estilo artístico que ha sido la raíz de muchos de los movimientos de las caderas, los cimbreos, las variadas expresiones faciales, así como el uso del velo y del sonido, que pueden retrotraerse directamente a estos chengis gitanos, que fueron muy apreciados y extremadamente populares hasta finales del siglo XI.
La vitalidad de esta danza fue gradualmente decayendo cuando el poder del Imperio Otomano comenzó a disiparse. El notable colapso económico, la agitación social y las modernizaciones minaron las bases de los grupos chengis hasta convertirlos en una lejana sombra de su antiguo esplendor. En la Turquía de hoy, la danza chengi  ha terminado siendo la danza del vientre, y primordialmente más una atracción turística que un entretenimiento secular.
Al tiempo que los gitanos continuaban su migración hacia el sur, hacia Egipto, las bailarinas, por una vez, se liberaron de las limitaciones en cuanto al público; las actuaciones no se celebraban solo para mujeres ya que también bailaban en público en procesiones de boda y enfrente de las cafeterías y de los mercados, donde el flujo de dinero era mayor. Llamadas ghawazee, su repertorio consistía en una mezcla de danza y música que incluía sus propios y exclusivos movimientos del torso, danzas nativas y actuaciones improvisadas con velos, palos, espadas y velas.
Hay quienes sostienen la teoría de que la práctica de la danza en público generó la idea de añadir monedas al vestido de las bailarinas. Cuando las gitanas bailaban, la gente que se paraba a observarlas tiraba monedas a sus pies a modo de propina. No teniendo lugar seguro para guardar sus ganancias lo cosían en su ropa para mantenerlo a salvo, cuando no lo usaban para comprar joyas que siempre podían llevarse puestas.
Por lo general, las autoridades toleraban el baile en público porque lograban un beneficio sustancial gracias a los impuestos sobre los ingresos de los bailarines. Sin embargo, las quejas religiosas y la opinión pública sobrepasaron a los beneficios económicos y el baile ghawazee en público se perdió en la ciudad del Cairo en 1834. Las penas por saltarse la ley eran duras, incluían un castigo físico la primera vez y años de trabajos forzados por reincidencia. Terminando usualmente en destierro.
En algún momento entre 1849 y 1856 la prohibición fue levantada y el baile volvió a estar permitido en el Cairo, aunque continuó la sanción respecto a bailar en público. El baile se introdujo en un entorno parecido al music-hall y así nació el baile egipcio de estilo Cabaret. A comienzos del siglo XX recibió el nombre de danza del vientre.
 La expansión de la danza del vientre en América y Europa se debió al flujo de turistas, cada vez mayor, hacia Oriente Medio. Las troupes de danza eran contratadas por extranjeros y llevadas para hacer exhibiciones en Londres, París y Chicago, practicando su exclusivo estilo de música y baile. Su arte fue alabado por su particular vitalidad y condenado como lascivo y escandaloso por su clara exhibición física. La popularidad de la danza del vientre, a pesar de la intensa vigilancia moral, resultaba innegable y se multiplicó durante la Exposición Universal de Chicago en 1893 con la publicidad que rodeó a una bailarina llamada Little Egypt. Supuestamente de origen sirio, Little Egypt provocó una ola de controversia. Su baile, centrado en el torso y la pelvis, fue muy imitado, y de una forma tan exagerada que hasta ella misma comenzó a protestar contra las impostoras por distorsionar su práctica hasta la vulgaridad más evidente. Este es uno de los primeros ejemplos de cómo la danza del vientre se corrompe en una representación pública obscena.
La versión más fantasiosa y a veces distorsionada de la danza del vientre se difundió rápidamente convirtiéndola en un tema popular en libros, representaciones artísticas y películas de Hollywood, que, como industria del entretenimiento hambrienta de sexo ha alimentado una imagen de la bailarina como tentadora burlesca, cosa que no atraía a la mayoría de la población femenina.
Beatriz Merino, autora del libro Despertar de la Diosa afirma que “Así como los tiempos cambiaron la danza también lo hizo. Tomó, por tanto, un diferente sentido y un nuevo significado. La expresión de la sensualidad y la conexión con la tierra a través de la sexualidad comunicada a través de los movimientos de la danza, ya no servía a la mujer para desvelarle los secretos de la vida, sino para entretener y estimular a los espectadores, Y así las nuevas creencias reprimieron los antiguos rituales que representaban a la Diosa, haciendo desaparecer la Danza del Vientre en muchas partes del mundo. Mientras que en otros lugares pasó de ser una danza ritual y sagrada a ser una danza de entretenimiento.”  
Shokry Mohamed en su libro La Danza Mágica del Vientre comenta que “Los primeros elementos parecen encontrarse en Las Pirámides”. Afirma que “Yo no tuve la suerte de encontrar referencia alguna en el interior de Las Pirámides de Guiza, pero al viajar Shakara  y en el interior de la “Pirámide Escalonada” hay unos grabados que parecen representar una secuencia coreográfica, así que puedo certificar esta afirmación.

Cronología
* En el Siglo I antes de Cristo, Marcial (escritor hispano romano) describe con estas palabras a las bailarinas fenicias llegadas al puerto de Gades: “podían mover los músculos del estomago mientras permanecían totalmente rígidas”.
* En la Hégira (periodo en que Mahoma huye de la Meca a Medina aproximadamente 622 años después de Cristo) se restringe la representación de danza y canto, quedando relegada a la Corte de los Sultanes.
* Al expandirse el Islam, se enriquece recibiendo influencias de las distintas regiones, como Irán y Turquía, Magreb y Al- Andalus, por lo que se le concede un nuevo reconocimiento al considerarse un arte más, junto a la poesía y la música.
* Siglo XIII, se radicaliza el Islam y empieza su declive.
* Siglo XVI, al finalizar el periodo de los mamelucos, la danza del vientre empieza a bailarse en “lugares de dudosa reputación”.
* Siglo XVIII – XIX, sólo bailan en publico los hombres (disfrazados de mujer)
* Siglo XIX, hay dos tipos de bailarinas, las ghawazee (gitanas) y las awalim.
* En 1930 Badia Masabri (libanesa) crea el Café Badia en el Cairo, que revoluciona la danza egipcia por dos motivos principalmente: tanto las ghawazee como las awalim bailaban en pequeños sitios (en un corrillo en la calle, en el interior de una casa, en una reunión familiar…) mientras que en el Café Badia se empieza a adaptar las coreografías a escenarios grandes donde se pueden realizar desplazamientos, vueltas y giros.
   Se solía bailar en grupo, pero empiezan a destacar algunas componentes de los grupos empezando a bailar en solitario dando mas libertad a la coreografía (improvisación). Algunas de las grandes bailarinas de danzadle vientre salieron de este Café.

Visión espiritual de la esta danza
   En sus orígenes la danza oriental estuvo íntimamente ligada a la religión, una religión cuya esencia era la conexión con el Principio Femenino del Universo. Se danzaba para pedir a la tierra fertilidad y para pedir agua al cielo. En aquellos momentos la religión era algo natural, parte esencial de la vida diaria y totalmente ligado a la tierra. Estaba relacionada con la tierra y a la vez con las mujeres por su fertilidad. Se hacían rituales en honor a la deidad femenina ya que, al ser la mujer la que creaba vida se le atribuían poderes mágicos.
   Se realizaban danzas rituales y de fertilidad en honor a la Diosa, danzas eróticas acompañadas de cantos y ritmos, con el fin de crear estados alterados de conciencia. Las mujeres, sacerdotisas y participantes en el ritual entraban en un trance que favorecía el contacto con la divinidad, permitiendo expresar en el mundo todo un Universo de sentimientos, poder y sensaciones a través de sus cuerpos.
   Con la llegada del Cristianismo o el Islam (religiones monoteístas masculinas), se intenta erradicar la danza femenina por su relación con la sexualidad. El resultado fue un empequeñecimiento de la imagen que las mujeres tenían de sí mismas, así una mujer con pleno poder  se convierte en una mujer no aceptada (incomoda, antisocial…) y su forma de expresión a través del baile se relaciona con lo demoníaco y por tanto prohibido.
   La danza es una forma de conexión con el lado oscuro de la psique femenina (los hombres lo hacen a través del sonido de los tambores), ayudándolas a liberar las cualidades escondidas para volver a ser mujeres completas en plena posesión de su fuerza.
   El recuperar los arquetipos femeninos que se han dejado relegados por miedo y prohibiciones ayuda a la mujer reencontrase con su esencia a través de la danza.


   
8.2.3. La danza del vientre terapéutica

Beatriz Merino Guardiola, en su libro “Despertar de la Diosa  afirma lo siguiente:
“Cuando una mujer quiere averiguar sobre los orígenes de la Danza Oriental, tan solo tiene que retroceder en el tiempo y observar todos los procesos de crecimiento y cambio que se han producido en su cuerpo, mente y espíritu desde el momento en que fue engendrada. La Danza es la representación más pura y auténtica de esta evolución. En ella se funden pasado y futuro para permanecer en un eterno presente que contiene en sí mismo todo lo que ha sucedido y habrá de suceder. Una vez te inicias en la Danza sabes de dónde partes, y a dónde vas a llegar…tal vez descubras que el final es el comienzo, pero eso ya no te importará –porque te darás cuenta que lo verdaderamente relevante es “EL VIAJE”.
Uno de los motivos por los que la Danza Oriental cautiva de forma tan llamativa a las mujeres occidentales es, precisamente, la experiencia enriquecedora que les aporta. Les deja una sensación de “deja vu”, como algo previamente vivido. Por otro lado, los movimientos ondulantes y suaves de este baile se adaptan con tal perfección al cuerpo de la mujer, que una vez sentidos, no quiere abandonarlos. A través de ellos percibe el estado de rigidez muscular instaurado en su cuerpo a causa de obsoletas normas sociales, culturales y religiosas.
Entonces la persona nota que a través del proceso de aprendizaje técnico de esta danza, su cuerpo recupera la memoria genética de antiguos rituales llenos de sabiduría ancestral.
En el momento en que la mujer empieza a prestarse así misma verdadera atención, el conocimiento de nuevos mundos se hace accesible a la conciencia. Tímidamente al principio, su cuerpo empieza a revelarle secretos guardados en su piel, en sus músculos y en sus articulaciones. Si la persona está receptiva y muestra una actitud comprensiva poco a poco se ira creando una complicidad entre su ser y la Danza que permitirá que se produzca una positiva comunicación entre cuerpo, mente, emociones y espíritu. Todo esto la irá llevando paulatinamente a observar cambios en su vida, comenzando por notar una mayor flexibilidad tanto corporal como mental.
 Nos hallamos en un mundo en el que la imagen de la mujer ha sido utilizada de forma despiadada. El estereotipo que no representa crea en nosotras a veces un sentimiento de extrañeza, de confusión y de rechazo que nos relega a un estado disociativo e irreal, que incluso puede llegar a conducir a algunas hasta la muerte (anorexia nerviosa). Nos venden la idea de que si no somos de esta forma o de esta otra nadie nos querrá, no tendremos éxito y en resumen, no seremos felices. Y al final la profecía se cumple, porque al rechazarnos a nosotras mismas hacemos que los demás nos rechacen también. Así que en una jungla de imágenes femeninas confusas, la Danza del Vientre puede ayudar a la persona en la búsqueda de su propia identidad, no solo como mujer, sino como ser humano. Esta disciplina ayuda a reconocer nuestras necesidades y deseos, dejando de lado los prejuicios sexuales y de rol.
 La Danza del Vientre es una manifestación artística, emocional y espiritual que es modelada por la personalidad, intuición y creatividad de cada mujer que baila. La Gran Maestra de la Danza es: LA VIDA MISMA. La historia de nuestra vida está escrita en nuestro cuerpo y puede volverse a contar y comprender en el intenso momento de la interpretación. La Danza Oriental es un recurso para que surja la inspiración que nos ayudará a encontrar un camino para conectar con nuestra energía, voluntad y verdadera fuerza interior. Poco a poco el sendero se torna claro y dinámico desvelándonos nuestros auténticos deseos, los cuales nos permiten entendernos y conocernos mejor. Nos hacemos con una seguridad que no desfallece, aún cuando el futuro en apariencia se nos presente incierto.
La Danza del Vientre nos enseña una actitud, un nuevo modo de abrirnos a nosotras mismas. Es una herramienta que nos suministra el coraje y la energía creativa para saber de nosotras a un nivel más profundo. Es un camino de disfrute y entendimiento, aunque todo dependerá de cómo sea aprendido y porqué.
Al empezar el aprendizaje de la Danza hemos de partir de la observación de nuestro cuerpo, tanto desde un punto de vista interno como externo. Hemos de acercarnos a él sin prejuicios, ni ideas preconcebidas.”

8.2.4. Los movimientos de la danza del vientre.

La Tierra está representada en los movimientos de cadera de subida, bajada, lados, dentro y fuera, separando los brazos del cuerpo. Se mueve una energía que estimula la comunicación abierta, expansiva, de alegría de vivir y de instinto..
El Mar está representado en los movimientos ondulantes de cadera (todos menos el círculo) que interpretan los ciclos lunares y el movimiento de las olas y las mareas. Se mueve una energía de intimidad, suave, de recogimiento, de protección, de emotividad.
El Sol y el recorrido de los planetas alrededor se representa con los círculos completos de la cadera. La energía que se fomenta es de serenidad y perfección, incitando al juego y a la hipnosis.
Los movimientos de cadera activan el chacra abdominal desbloqueándolo y liberándolo, aumentando la capacidad de amar al otro sexo, de sentir placer sexual y el deseo de vivir.
Las Estrellas están representadas por los movimientos de pecho. La energía que se estimula es la de diversión y juego.
El Cielo y las Orbitas de los planetas lo representan los movimientos de cabeza. Aumentándose la energía de libertad y de libre albedrío, llegando incluso a alterar el estado de conciencia con un objetivo determinado.
Otros movimientos como las ondulaciones del torso y abdomen también llamadas camello simulan el andar del propio animal y reflejan y fomentan el silencio, la precaución, la sabiduría, el paso del tiempo y lo introspectivo.
El shimie o vibración de caderas o pecho capta al máximo la energía de la Tierra para celebrar cualquier forma de vida que comience una persona, un sentimiento o una ilusión.
Los movimientos de hombros son la pura seducción; se busca la energía de la complicidad y de la comunicación invisible con el exterior.
Los movimientos de brazos representan los pájaros, el viento, la caída de las hojas de los árboles, moviéndose la energía de expansión y ligereza elevando el cuerpo hacia el cielo,  como símbolo de elevación y superación personal.
Los movimientos de las manos muestran simbolizan la entrega y el dar.

8.2.5. Beneficios Físicos de la Danza del Vientre

El cuerpo es la Autoestima. Me posiciona en el mundo y determina lo que puedo y lo que no puedo hacer. Es el “Yo puedo”, es nuestro Cerebro Reptil.
Al posicionarnos en nuestro cuerpo sentamos las bases de la confianza, ya que sentir que puedo es la confianza en uno mismo y nos da Autoestima.

1.    Toma de Conciencia Corporal

Para conectar con nuestras emociones y con lo que sentimos es imprescindible conectar, primero, con nuestro cuerpo. La Danza Oriental constituye una herramienta maravillosa para conseguir dicha toma de conciencia corporal gracias a la técnica de la disociación, que permite conectar con el cuerpo al disociar cada parte del cuerpo del resto, de una forma lenta y progresiva.
Así, la persona va tomando conciencia poco a poco de que tiene “hombros”, “pecho”, “cadera” etc. a la vez que va soltando la musculatura y liberando tensiones. Y va descubriendo aspectos de sí misma hasta ahora desconocidos. Empieza a relajarse, a sentirse bien.
2. Relajación tonificación muscular: Firmeza y Flexibilidad

La relajación de la musculatura contribuye enormemente a disolver nudos musculares, contracturas y tensiones, aliviando los dolores y las limitaciones en el movimiento.  Automáticamente la persona se siente mejor, ya que descubre las verdaderas posibilidades de su cuerpo. Deja de sentirse limitado y empieza a experimentar con el movimiento.
El calentamiento del cuerpo pasa por la movilización de las principales articulaciones del cuerpo, como los hombros, las muñecas, las caderas, las rodillas y los tobillos. De esta forma, el cuerpo va recuperando poco a poco su flexibilidad y su movimiento natural. La rigidez se va soltando y la persona comienza a sentirse más flexible y más ágil, menos limitada.
La danza del vientre se basa, principalmente, en movimientos de cadera, manos, muñecas, torso y hombros que, por lo general, son las articulaciones más afectadas por las enfermedades óseas actuales, y que se derivan de la rigidez y del bloqueo energético causado por las distintas disfunciones psíquicas y emocionales o por las malas posturas adquiridas en las profesiones de hoy en día.
3. Alineamiento de la Columna Vertebral

La danza del vientre es una “correctora nata” de la alineación de nuestra espalda., ya que para bailar esta danza es imprescindible “encajar” la cadera, es decir, traer el cetro de rotación de la pelvis a su sitio.
 Muchas personas, especialmente mujeres, sufren en la actualidad de Lordosis Vertebral causada por andar con el “culo fuera” o tener un culo “respingón”. Esta deformación es potenciada por los cánones estéticos imperantes en la actualidad, que considera esta parte del cuerpo femenino como unos de sus principales elementos de atracción del sexo opuesto.
Tiene su sentido, ya que todo esto deriva de las culturas primitivas, en las que las hembras utilizaban esta parte de su cuerpo como reclamo para el macho con el fin de incitarle a la cópula. En aquellos momentos, este aspecto era un elemento clave para la preservación de la especie humana.
La columna tiene unas curvaturas naturales que hay que respetar, tal y como sugiere la técnica Pilates, pero de ningún modo ha sido concebida para ser un elemento de “exhibición” o de “conquista”. Todo lo contrario. La Columna vertebral es nuestro soporte físico en la vida. Es la que nos lleva y la que nos sostiene. Nos aporta la estructura física necesaria para vivir y para movernos, para manifestarnos en el plano físico.
Equivaldría a las bases y la estructura de una casa o de un edificio, a la que se le van añadiendo otros elementos con posterioridad. Para funcionar tiene que estar bien cuidada y todos sus componentes tiene que estar bien encajados. Es todo un engranaje de piezas y elementos que empieza desde abajo, desde el coccis, situado en la pelvis.
Desde el punto de vista energético, el lograr un correcto alineamiento de la espalda favorece el flujo de energía a través de ésta en dirección a la cabeza, permitiendo  que la energía telúrica o de la tierra haga todo su recorrido ascendente al encuentro con la otra energía, la cósmica, que nos entra por arriba, por la coronilla.
La energía de la tierra, que es nuestra energía vital, al ir al encuentro de la energía cósmica desbloquea cualquier atasco o bloqueo energético que pueda existir en cualquier punto de la columna, aportando una sensación de ligereza y de bienestar. Este libre fluir de energía a través de nuestra columna también tiene numerosos beneficios psíquicos y emocionales.
Y por último, como cualquier otra disciplina de danza,  todos los ejercicios de estiramientos están dirigidos a lograr una correcta alineación de la espalda, trabajan la verticalidad del cuerpo y refuerzan la musculatura adyacente a la columna, dotándola de fuerza y sujeción. 

8.2.6. Beneficios Emocionales.
El cuerpo es un vehículo de expresión emocional; se expresa con arte mediante el movimiento.
Al conectar con tu cuerpo comienzas a sentir cosas; son sensaciones que te conectan con el aquí y ahora, con el presente. A través del cuerpo te comunicas contigo misma; es como si se tirara un puente entre lo que haces y lo que sientes.
Sabemos que desde hace años la danza existe como terapia; es más, desde el principio de la vida del ser humano la danza ha sido una terapia, por no decir una forma de expresar, comunicar, de crear y de vivir.
 El cuerpo siempre se ha considerado como la expresión física del vínculo existente entre el mundo interior y exterior: Está diseñado para el movimiento, y éste es tan natural e importante para la vida como el respirar. El movimiento equilibra, sana, despierta e infunde energía. Se genera energía psíquica que transformamos en fuerza y conocimiento. Coordina nuestras respuestas físicas y enlaza los hemisferios cerebrales juntando lo intuitivo y lo racional. Es lo que nos da individualidad y carácter. El gesto une la persona interior con la exterior, y nos sirve como puente para llegar a los aspectos divinos.
La danza invoca y desafía las energías. La acción de estas energías depende menos del talento para danzar que del hecho de su participación en la danza. Cualquiera que pueda mover alguna parte de su cuerpo puede participar en la danza mágica, aunque no sea más que con el parpadeo de sus ojos o el ritmo de su respiración. El grado de energía invocada viene determinado por la participación y el significado que se asocia con el movimiento. Todos los gestos y movimientos han de ser simbólicos; y cuanta mayor significación vinculemos el  movimiento, mayor será también la liberación de la energía.
Al bailar, la mente reacciona a un nivel más profundo e instintivo. Permite que los pensamientos de todos los días se pierdan en el ritmo de la música. Cuando la danza toma el mando, todas las restricciones y las inhibiciones de la mente consciente desaparecen. La danza es el arte del cuerpo, la expresión del ser interior a través de la conciencia del propio cuerpo y del espacio que éste ocupa.

La Música árabe
Es una música que funciona a más ciclos por segundo (cps) que el ritmo al cuál funciona nuestro hemisferio izquierdo, que funciona a 62 cps. La música árabe funciona a un ritmo entre 70 y 80 cps, ante lo cual el hemisferio derecho, el que “siente”, el emocional, responde inmediatamente generando movimiento y fuerza.
Se sabe que al utilizar ciertas músicas se pueden inducir determinados estados en la persona. En este sentido, la música árabe te conecta con una amplia gama de emociones que son expresadas a través del movimiento del cuerpo.
8.3.        La Feminidad Consciente: ¿En qué consiste?

Tras las huellas de nuestra evolución común: la búsqueda de lo femenino abandonado.
Las tres eras principales del desarrollo humano han sido la matriarcal, la patriarcal y otra emergente. El corte entre los dos arquetipos ha creado una grieta en la realidad colectiva, y el abandono del Principio Femenino por la sociedad ha comportado crisis sociales, políticas y espirituales, así como problemas personales e interpersonales.
Durante el dominio de la sociedad  Patriarcal se implantó el principio masculino, desterrando el Principio Femenino. Anteriormente existía el matriarcado, bajo el gobierno de Gran Madre. La aparición de la energía masculina, bajo el Patriarcado, propició el desarrollo de nuestra propia individualidad para poder invitar y acoger lo Femenino en la conciencia. Mientras que lo Masculino separa, controla, discrimina, conquista, aguanta, supera, lucha y crea, lo Femenino recibe, permite, transige, absorbe, disuelve, une conecta y gesta. La receptividad paciente y acrítica de lo Femenino posibilita que surjan a la conciencia las partes del alma reprimidas, negadas, disociadas e inconscientes. Nos invita a honrar y disfrutar del cuerpo y de la materia, como reflejos instintivos y correspondencia entre el alma y el espíritu. Nos sensibiliza a las imágenes del alma, para que podamos percibir nuestras heridas emocionales enterradas durante décadas o vidas enteras y que han obstruido el flujo libre de la energía y han inhibido nuestra capacidad de entender, de relacionarnos y de amar. Lo Femenino invita a permitir en lugar de poseer, a soltar nuestro apego a la sabiduría, poder y amor.
Nos invita a vivir todas las cosas terrenales como aspectos integrales de nuestra totalidad, despertando nuestro sentido de la responsabilidad hacia este planeta. Nos enseña a escuchar y a seguir los ritmos espontáneos de nuestro desarrollo, a reconocer y a sentir la voluntad sagrada del cuerpo y del alma.
Riane Eisler, en su ensayo La transformación social de lo femenino: de la dominación a la colaboración solidaria describe que en la historia existieron períodos en los que  los grupos humanos eran más igualitarios y se veneraba a una deidad femenina. La posterior opresión de las mujeres condujo a la represión de los valores femeninos, mientras que el despertar de la conciencia de la identidad femenina, suprimida hace mucho tiempo, conduce a la feminidad consciente  El trabajo psicológico que se requiere para integrar conscientemente el Principio Femenino acelerará el nacimiento de una sociedad solidaria. Afirma que “una espiritualidad que respete a las mujeres y a la naturaleza es esencial para construir un futuro sostenible”.
Para  Robert M. Stein, “Ser una mujer conlleva hacerse consciente del papel que juega lo Femenino interiormente”. La psicología profunda ha probado que tanto las cualidades masculinas como las femeninas se encuentran en el alma de cada persona. Según él, en nuestra cultura occidental ha habido un desarrollo excesivo de la perspectiva masculina, lo que ha desembocado en una glorificación de la razón, de la objetividad, la separatividad, la ausencia de compromisos y el desprecio por todos los sentimientos subjetivos y las emociones vitales. Esta poderosa fuerza o espíritu masculino es la principal responsable de la opresión de lo Femenino. Precisamos, por tanto, la liberación de lo Femenino y sus atributos más que la liberación de las mujeres.
Tras la idea generalizada de la mujer objeto, que es claramente una distorsión masculina perversa de lo Femenino, debe existir una esencia fundamental de la Diosa. Estos modelos plásticos, asexuados de la Diosa dorada, están bien lejos de la belleza seductora y del encantamiento sonriente que irradia Afrodita. La fría separación, la distancia inamovible e intocable que mantiene la mujer-objeto, no tiene ninguna conexión con la diosa griega. Más bien al contrario. La gran atracción que ejerce Afrodita es su disponibilidad a la entrega, a rendirse voluntariamente a la herida del amor con un anhelo sin disfraz, que en sí mismo es irresistible. Afrodita simboliza un don divino que no pertenece sólo a las mujeres, sino que pertenece a la vida entera. El mundo pierde su belleza armoniosa, anhelante y cautivadora, cuando esta Cualidad Divina Femenina,  que los griegos llamaron Afrodita, es tan denigrada que se convierte en esa máscara amarga, estéril y de plástico falso de la mujer objeto.
El autor afirma que “cuando pienso en lo femenino, Mis primeras imágenes son de suavidad, amabilidad, sensibilidad, receptividad, calidez, humedad, intuición, solidez y capacidad de nutrir. Agua, tierra receptiva y fértil: el útero. Aceptación del todo, nutrientes, maternales y uterinos son fundamentales. Sin embargo, no me es desconocido el encanto erótico, embrujador y apasionante de Afrodita.”

Hacemos de madres de nosotras mismas: la curación de nuestra relación con las mujeres y lo Femenino.
Para Kathie Crlson, “Debemos ver las raíces del comportamiento de nuestras madres en nuestro interior, transformarlas y perdonarlas en nosotras mismas. “
Está ampliamente aceptado que los egos de las mujeres son femeninos. Solucionar nuestras relaciones con nuestras madres, tanto con la persona real como con las imágenes que hemos ido recolectando durante años es un primer paso para la creación de nuestras identidades distintas e independientes como mujeres. Hay que separar nuestras propias identidades como distinta de la de nuestras madres y del arquetipo de la madre. También podemos aprender a honrar los legados del mundo-madre, escogiendo lo que queremos heredar. Para ello se puede usar la imaginación creativa para expresar las partes latentes de nosotras mismas  para hablar con las voces que normalmente son silenciadas.

La niña interior: piedra de toque de la identidad femenina
Emily Hancock, en su libro The Girl Within, afirma que hacia la pubertad, se desvía el sentido femenino de la niña, al enseñarle su madre a ser una dama, cortando sus vías naturales y viéndose obligada a entrar en el molde cultural. Mediante la recapitulación de los recuerdos tempranos de la niña interior podemos recuperar el sentido del ser que éramos antes de que se impregnaran las proyecciones y las expectativas de los demás. Este ser más natural o esencial existe dentro de todo el mundo con independencia de la relación con los demás: posee su propio estilo, sensibilidad, alegrías y miedos. Los sentimientos esenciales de cada niña sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus relaciones con los demás, están enraizadas en su vínculo con su madre. Ella es nuestra fuente y nuestro modelo de ser una mujer.
¿Cómo puede ser definida una mujer conforme a su sentido interno de ser al no poder contar con su madre para orientarla?
Deberá atravesar un territorio desconocido sin mapas ni consejos que la guíe, ya que las leyes del patriarcado  nos han llevado a aplaudir las cualidades masculinas que exhibe la mujer moderna, animándola a que se comporte como un hombre, rebelándose contra las propias fuerzas femeninas que se hallan en el corazón de su identidad, y sin ser consciente del corte que existe entre lo que ella es realmente y lo que parece que es. Luego entonces ,¿cómo puede entonces una mujer, hija del patriarcado, realizar su verdadero ser?
Según un estudio realizado por Emily Hancock, las respuestas se hallan en la niña interior, animosa, juguetona y satisfecha de entre ocho y diez años que toda mujer lleva en su memoria de cómo puede llegar a ser. Esta zona ocupa una zona intermedia  de la infancia, un espacio interino entre la fantasía y la realidad que alimenta la pertenencia  creativa. Juguetona, aunque ya con objetivos, ha abierto la puerta de la edad de la razón. Combina una intensa imaginación con ciertas capacidades y un anhelo aventurero.
Poco a poco, mientras se anima a su hermano a desarrollar su iniciativa y ejercer su independencia, a ella se la encamina a la sumisión. Tal vez la madre moldee sutilmente sus actividades para que se ajusten a los estereotipos femeninos. En consecuencia, muchas niñas que son ágiles atletas a los nueve años, a los once se convierten en jóvenes señoritas, más débiles e inseguras. Sus cuerpos se van ablandando con el tiempo, La experiencia de la adolescencia  no es de asunción de poder, como en los niños, sino de ampliación de riesgos, a consecuencia de lo cual sus libertades son coartadas, advirtiéndolas de su vulnerabilidad femenina. Cuando una niña se juzga conforme a cómo la ven los demás, su confianza en sí misma queda subvertida por la imagen que tiene de su propia persona, que se compara con un ideal femenino imposible, ya que para alcanzarlo debe separase de muchas partes de sí misma, perdiendo su propia posición de ser sintiéndose “otra”.
Por otro lado, las mujeres de todas las edades son consideradas como objetos y están desvalorizadas. Su sensualidad está explotada en la publicidad de todo tipo y las niñas son sexualizadas  mucho antes de la adolescencia, domesticando su espontaneidad natural. Al ponerse las máscaras proporcionadas por la cultura, una niña pierde fácilmente de vista quién y qué es, más allá de la fachada femenina que adopta en su juventud. Las mujeres que participaron en el estudio de esta autora recuperaron su auténtico sentido femenino de ser ahondando en el territorio interno de la memoria y de la imaginación en dónde se esconde la niña interior.
La autora concluye afirmando que ”en la alianza entre la niña que posee la iniciativa y la mujer que conoce su potencialidad de generar,  reside la fuerza creativa que necesitamos para llegar a ser plenamente nosotras mismas”.
Marion Woodman  afirma que “las hijas del patriarcado tenemos que aprender a  amar la materia, la naturaleza y nuestros propios cuerpos.
Connie Zeig comenta en su libro Ser Mujer  “Nos hallamos hoy en día en medio de una transición psicológica en la que muchas mujeres han salido de la Femenino Consciente hacia un estilo más activo y centrado en lo masculino. Sin embargo, también ha empezado la próxima etapa: muchas mujeres hemos comenzado a expresar sentirnos insatisfechas con estas vías recién encontradas, lamentando nuestra feminidad perdida.” La analista jungiana June Singer llama a este síndrome “la tristeza de la mujer de éxito”, que procede de haber perdido el contacto con nuestra feminidad por haber dado prioridad a la identidad individual a costa de los valores de relación. La salida de esta mundo-padre supondrá el nacimiento a la feminidad consciente, es decir, una nueva manera de vivir en todos los niveles, personal, interpersonal y cultural.
Para otra autora, Manisha Roy, a pesar del éxito externo, las mujeres identificadas con su lado masculino sufren de una autoestima muy baja a causa de la pérdida de su yo femenino en alguna parte de su vida. Son “hombres “ de éxito pero no mujeres autosuficientes Se pregunta por qué le resulta tan duro hoy en día a una mujer ser ella misma, es decir, totalmente femenina, y totalmente productiva. Para esta autora la respuesta a esta pregunta estaría en la ausencia de relación entre su ego y sus arquetipos, tanto femeninos como masculinos, reprimidos y desvalorizados en ambos sexos. La intuición, el sentimiento, la subjetividad, la capacidad de relación, las reacciones emocionales serían rasgos asociados con la manera femenina. Durante las últimas décadas, las mujeres comprendidas entre los treinta y los cincuenta años esperaban obtener la autoestima a partir del éxito profesional, tal y como hacen los hombres, pero pronto empezaron a darse cuenta de que las capacidades que necesitaban para triunfar en su trabajo no las ayudaban en sus relaciones íntimas. Sin embargo, al no querer repetir y perpetuar la autoimagen pretenciosa y desvalorizada de la generación precedente las ha llevado a perder sus raíces femeninas, la percepción interna de ella misma.

Haciendo sagrado de nuevo el cuerpo femenino: la curación de nuestra relación con los ritmos, los instintos y los deseos.
En la antigüedad, antes de que lo Femenino fuera desterrado y de que las mujeres fueran despojadas de todos sus poderes, los misterios del cuerpo eran celebrados con rituales. La menstruación, la sexualidad, el parto, la menopausia y la muerte eran pasos de gran importancia que debían ser hondadas como transiciones entre los dos mundos. El cuerpo femenino era el vehículo de esas transiciones. Las mujeres estamos cortadas de nuestro cuerpo.
En algunas tribus americanas existe una mujer a la que se forma en el arte de la sexualidad para iniciar a los muchachos durante su pubertad en los secretos del cuerpo femenino. Es la mujer de fuego, y tiene su  contrapartida, el hombre de fuego que inicia las muchachas. Hacer el amor constituye una práctica y una curación espiritual que de manera ideal tendría que estar disponible para todo el mundo. En los tiempos antiguos existía una precursora de esta mujer de fuego, la prostituta sagrada que facilitaba el acceso a lo sagrado antes de que existiera  la falsa división entre lo pecaminoso y lo sagrado. Esta mujer conducía a los hombres a reconectar con lo sagrado en ellos y en ella. Hoy en día hemos sido desposeídos de nuestra sexualidad natural, nuestros instintos han sido reprimidos  y nuestro sentido de lo sagrado ha sido desterrado. Hasta la época de los sacerdotes, las mujeres eran una puerta a lo divino; si los sacerdotes deseaban interponerse entre el pueblo y lo divino, tenían que apartar a las mujeres de aquella función. No se trataba de que la sexualidad fuera pecaminosa en sí misma, se trataba de que para obtener el poder los sacerdotes tenían que reemplazar a las mujeres como camino hacia lo divino.  Las consecuencias han sido devastadoras: los hombres se enfrentan  a una proyección escindida  del arquetipo Femenino, buscando el cariño y la nutrición en la figura de la madre y la excitación y el erotismo en la figura de la amante o ramera. Como mujeres que vivimos bajo el fondo de estas proyecciones hemos perdido la conexión con nuestra sexualidad,  que fuera en un tiempo una vía de alegría y autoexpresión y un vínculo con el aspecto sagrado de nuestros cuerpos.  La Prostituta sagrada fue Cada Mujer y se puso disponible al servicio de los Dioses. La tarea consiste en aceptar el cuerpo como espiritual y la sexualidad y el amor erótico como disciplinas espirituales, es decir, honrar lo femenino.
Despertando de nuevo la Divinidad de lo Femenino: la curación de nuestra relación con los arquetipos de la Diosa.
En un plano mitológico, estamos hechos a la imagen y semejanza de nuestros dioses, lo que quiere decir que somos lo que imaginamos. Anhelamos imágenes  que representen como auténticamente femeninas la creatividad, el valor, la lealtad, la autoconfianza, la capacidad de adaptación, la tenacidad, la capacidad de tener una clara percepción, la inclinación a la soledad y la intensidad de la pasión. Las Diosas de hoy en día, en cuanto que espejos de lo Femenino Consciente, proceden de dos fuentes básicamente: las culturas prepatriarcales y la cultura griega.
Jean Shinoda Bolen describe siete patrones mitológicos de lo Femenino procedentes de las Diosas griegas. Constituyen arquetipos potencialmente opresivos que subyacen ocultos en las psiques de las mujeres y que gobiernan secretamente nuestros comportamientos. Si estos patrones permanecen inconscientes y cumplimos sus destinos, nuestras vidas se vuelven unidimensionales y perdemos la enorme riqueza de posibilidades psicológicas. Para la autora, “nos encontramos colectivamente en una época de un cambio esencial, en el que lo Femenino Consciente está emergiendo al mundo como un paso evolutivo de la conciencia. El anhelo de encontrar una nueva identidad llega de muchas maneras: la preocupación ecológica, la espiritualidad de las mujeres, el retorno a la Diosa son claros ejemplos de ello.
La escisión apocalíptica entre lo Femenino y lo Masculino ha generado confusión en los roles interpersonales de hombres y mujeres.  Esta alienación de la cultura patriarcal del principio Femenino ha generado y genera problemas como la división de los roles basada en el género, a nivel interpersonal que hombres y mujeres reaccionen entre sí a sus propios sistemas internos de valores, diferencias de poder y de autoridad a nivel social, el dominio y el control sobre la naturaleza, y la búsqueda del beneficio inmediato por encima del interés evolutivo a nivel de especie.
La autora June Singer afirma que “Actualmente se ha producido un interesante fenómeno: se ha vuelto a despertar el viejo mito de la Diosa, suplantando al mito del héroe imperante hasta ahora, y que representa al individuo que ha prosperado por su fuerza y astucia, a expensas, frecuentemente, de individuos menos ambiciosos, y con el que históricamente los hombres han tendido a identificarse. La Diosa representa, por el contrario, un aspecto de lo Femenino, vital y dador de vida, con la que las mujeres se pueden identificar más fácilmente.”
El mito de la Diosa reprimida nos habla del poder singular de lo Femenino. No es el poder de la fuerza física, sino el poder de la creatividad. El útero es sólo una parte de este hecho.  Sin embargo, el hambre que el hombre siente, y que sólo puede ser saciada por una mujer, va más allá de la necesidad física o sexual. Es la conexión con el espíritu, con la Otredad, lo que los hombres buscan en lo Femenino,  por que la mujer es todo lo que no es el hombre: amorosa y compasiva. Para la autora, la Diosa no ha desaparecido por completo, sólo se ha estado escondiendo, esperando los tiempos propicios para emerger de nuevo, cuando el mundo tenga necesidad de ella y esté dispuesto a prestarle atención.
La Diosa no era venerada en lugar del Dios. Se veía, más bien, siempre en relación con lo Masculino, con el reconocimiento pleno que requiere una relación para asegurar la fertilidad de la tierra y de la humanidad. Este mito quizás nos sirva para recordarnos que hombres y mujeres  necesitamos considerar las necesidades y cualidades especiales del otro género, para que pueda darse una relación creativa entre ambos.
El futuro de lo Femenino.
Edward C. Whitmont piensa que se está dando un resurgimiento de los “valores-de-ego” femeninos, tanto en los individuos como en la sociedad en general; piensa que esos valores negados y suprimidos durante miles de años llegan en un momento de urgente necesidad ante el fin del patriarcado y el principio de una nueva era.
Propone que la tradición heroica, basada en el esfuerzo, la fuerza, la voluntad, la razón, el honor, la responsabilidad y el mito de la objetividad está siendo reemplazada hoy en día por la tradición de la Diosa, que valora la interiorización, el sentimiento, la aceptación, la paradoja, la incertidumbre y vivir el momento. El autor sostiene que ha sido necesario el sacrificio histórico del principio Femenino para el desarrollo evolutivo del patriarcado y para el desarrollo psicológico de egos separados e individualizados, luego esta Diosa ha evolucionado y emerge ahora más plenamente consciente que nunca. En este sentido, la autoafirmación significa para las mujeres aceptar la diferencia respecto a los hombres en lugar de identificarse con ellos, imitarles o competir, ya que sólo encontrando primero su posición básica femenina pueden también recuperar su elemento yang y expresar, como mujeres, su fuerza y sus capacidades a su manera.
 La nueva feminidad viene a establecer el valor de lo interno y de la afirmación de todo lo que es, está abierta a las heridas, a la fealdad y al dolor, tanto como a la alegría y a la belleza, siendo capaz de integrarlas. Lo sensual ha de ser valorado tanto como lo espiritual, lo intangible tanto como lo concreto. Esta nueva feminidad puede atraer como Afrodita, ser maternal como Deméter o jugar o danzar como Artemisa. La vida está para ser vivida y saboreada por sí misma, en interacción sensible con la tierra y el cosmos como organismos vivos y no como objetos muertos de explotación en aras del “progreso” económico o tecnológico.
Para el autor, la mujer del mañana tiene que afrontar y resolver este desafío,  y necesitará abrirse y armonizarse con sus propias tendencias y directrices instintivas. Especialmente en los encuentros personales, ella estará abierta y aceptará los hechos, impulsos y sentimientos, incluidos aquellos que pueden parecer negativos, destructivos y prohibidos según las pautas estéticas y morales tradicionales, o las suyas propias, lo que significa que la conciencia está abierta a recibir y clarificar los sentimientos, las fantasías y los deseos con independencia de sus implicaciones morales o estéticas.
La fantasía, si podemos darle cabida, esperar junto a ella, alimentarla, meditar sobre ella y escucharla como una afirmación simbólica, puede revelar una sabiduría escondida y abrir nuevos canales de energía. Es un desafío pensar y sentir a través de cualquier cosa que se presente y esperar a que se revele su mensaje simbólico oculto, en lugar de esconderla o desecharla. La nueva mujer (y la parte femenina del hombre) tendrá que preconizar y defender la necesidad de vivir a través de la experiencia de cualquier cosa que ha sido reprimida por el patriarcado. Ella no defiende deberes abstractos sino hechos emocionales.
Por último, Robert A. Johnson afirma que “la historia nos impulsa a invitar y a honrar a lo Femenino abandonado en nuestro interior y en la sociedad, para que pueda ocupar su sitio en la trama de la vida. Es posible una nueva era de valores femeninos, por lo que habrá que averiguar cómo se puede hacer volver a la vida actual la energía femenina. A la pregunta de qué quiere realmente la mujer, el autor contesta que quiere el dominio de su propia vida.
Concluye su ensayo afirmando que “estamos empezando la tarea de restaurar la cualidad femenina de la humanidad que nos es tan valiosa. Nuestro descontento y sufrimiento sutiles nacen de la pérdida del valor de lo femenino  y nos enfrentamos a obstáculos enormes para restaurarlo. La igualdad de género es un tímido intento, pero queda una tarea mucho más sutil, que sería conseguir igual tiempo y dignidad para los valores del sentimiento que pertenecen a la dimensión sutil de la feminidad. El ocio, la espontaneidad y las cualidades artísticas exigen la misma dignidad y respeto que se otorgan, hoy por hoy, a la consecución del dinero y de la seguridad. Estas tareas están por hacer y exigen nuestra atención.”
La renovación del mundo: lo Femenino y el futuro.
Se prevé un desplazamiento de nuestro sistema de valores actual hacia valores más femeninos, como la conectividad, la actitud inclusiva, el sentimiento, la fluidez, la ambigüedad, y la introspección.     
En palabras de Connie Zweig, autora del libro Ser mujer “Se podría definir como el proceso de descubrir los pasos de la danza de lo Femenino que se desarrolla dentro de todas las mujeres”.


Para ello habría que hacerse una serie de preguntas:

¿Qué significa ser mujer en un mundo de hombres?

¿Porqué algunas mujeres expresan su profundo desencanto con la realidad del éxito profesional y afirman que de alguna manera se han olvidado de ser mujeres?

¿Por qué está tan extendido el interés femenino por la Diosa o espiritualidad femenina?

Podría estar hablando del anhelo de la mujer de ser auténticamente femenina, de vivirse a sí misma plenamente como mujer a la vez que es una persona fuerte e independiente, cuyo poder y autoridad están enraizados dentro de si misma.

En el proceso evolutivo de las mujeres, tiene que darse una desidentificación personal con la fuente de identidad constituida por la madre biológica, pero permaneciendo anclada en lo femenino. Esto requiere un esfuerzo consciente por nuestra parte para que se desarrolle un ego separado y saludable.

A medida que van perdiendo fuerza las antiguas formas de dominio de lo masculino crece la fuerza de los valores femeninos, en un esfuerzo por aportar un equilibrio.  Desde el punto de vista cultural, se ha de dejar de devaluar lo Femenino, entendido como un patrón universal de la psique humana, que Jung llamaba arquetipo y que está presente tanto en hombres como en mujeres, y permitirle tomar de nuevo su lugar adecuado en el mundo. Desde el punto de vista psicológico, esto significa que para ser mujer hay que representarse en nuestra base femenina, desidentificándonos con el Principio Masculino y con la sociedad dominada por los hombres. Para ello primeramente es necesario entender el Principio Femenino y nuestra evolución hacia lo Femenino Conciente.


Marion Woodman, describe algunas de las características de la energía femenina:

* Lo Femenino prefiere el proceso al resultado, disfruta del viaje en lugar de centrase en la meta, más propia del estilo Masculino.
* Esta orientación hacia el proceso implica presencia en el cuerpo, en el aquí y ahora, agudeza emocional y sensorial y la disposición a seguir la experiencia corporal, en lugar de escuchar únicamente al pensamiento.
* Lo femenino implica también receptividad, mientras que lo Masculino es rápido para actuar.

En la primitiva transición de la conciencia matriarcal a la conciencia patriarcal se sacrificó y abandonó lo Femenino. En la actualidad se está dando un resurgimiento evidenciado por nuestro interés por la ecología profunda, la Diosa. Para la autora Connie Zweig, “El principio Femenino se transforma a medida que evoluciona nuestra naturaleza femenina dentro de la imaginación colectiva y que se va manifestando dentro de nosotras y dentro de toda la sociedad en general. El arquetipo respira una nueva vida, asume un nuevo semblante y nos proporciona nuevos significados.”

De eso se trata lo de la Feminidad Consciente, de la emergencia de un estilo de feminidad individualizada y realizada.

Para ello, se impone Despertar de nuevo la Divinidad de lo Femenino; la curación de nuestra relación con los arquetipos de la Diosa, la Gran Madre, para reconectar con los valores más femeninos como la conectividad, la actitud inclusiva, el sentimiento, la fluidez, la introspección.

El desarrollo de lo Femenino en la conciencia humana nos invita a vivir todos las cosas terrenales como aspectos integrales de nuestra totalidad, contribuyendo a despertar nuestro sentido de la responsabilidad hacia este planeta; nos enseña a escuchar y a seguir los ritmos espontáneos de nuestro desarrollo, y a reconocer y a seguir la voluntad sagrada del cuerpo y del alma, a tener una actitud más relajada que de esfuerzo.



8.4. El segundo chacra y la Aromaterapia.

¿Qué son los chacras?
No se pueden considerar únicamente cuerpos físicos porque a nuestro alrededor late un campo  energético  electromagnético descrito como un aura semejante a un arco-iris o como un cuerpo luminoso. Este campo de energía sutil interactúa con nuestro cuerpo físico fluyendo a través de espirales concentradas de energía.  En la práctica del yoga estos centros energéticos en forma de espiral reciben el nombre de “Chacras”, término sánscrito que significa “rueda de luz”.
Existen siete chacras principales más varios menores que interactúan tanto con las glándulas endocrinas exentas de conducto excretor como con el sistema linfático, suministrando energía provechosa y desechando aquella no deseada.  Si deseamos mantener nuestra salud general y prevenir la enfermedad resulta de vital importancia que aprendamos a nutrir nuestros chacras de forma adecuada.
La base de muchas terapias y disciplinas, concretamente aquellas de origen oriental, es la comprensión de los distintos tipos de flujo energético; por ejemplo, la acupuntura, el shiatsu, el tai chi y el chikung se centran principalmente en equilibrar los conductos energéticos: los meridianos del cuerpo. La aromaterapia, la terapia basada en el sonido, los mantras , la terapia con cristales, gemas, las esencias florales, el reiki, la sanación espiritual mediante imposición de manos y la cirugía psíquica, entre otras, trabajan con la energía sutil para aportar buena salud a nuestro cuerpo.
Leadbeater describió los chacras como vórtices de energía, transformadores de energía  cuya función consiste en unir los diversos estratos sutiles del aura, y hay que procurar mantenerlos abiertos, limpios y activados en una rotación apropiada.
A través de nuestro campo aúrico y chacras nos interconectamos con nuestro entorno, con el tiempo, los colores, los sonidos, los objetos y el cosmos. Los chacras necesitan ser equilibrados lo que se consigue mediante el color, la luz, la aromaterapia, la reflexología, la alimentación, los cristales el yoga y otras técnicas.

Los chacras y la aromaterapia
La aromaterapia es el uso de materiales líquidos volátiles derivados de plantas (conocidos como aceites esenciales) y otros compuestos de plantas aromáticas para mejorar el estado anímico y la salud. Las técnicas de masajes que emplean aceites esenciales pueden beneficiar a los chacras eliminando las energías no deseadas y reequilibrándolos.
Los chacras se liberan de las energías no deseadas mediante un movimiento contrario a las agujas del reloj, y recuperan el equilibrio con el movimiento opuesto.












Los chacras y el color
A cada uno de los chacras principales le ha sido asignado un color, comenzando por el chacra raíz y avanzando por el espectro hasta el violeta del chacra corona. Al trabajar con cromoterapia descubrimos que es posible tratar el chacra con su color predominante para inducirlo a un estado de equilibrio.
Los chacras y los ciclos de siete años
Las enseñanzas del yoga vinculan los siete chacras principales a períodos de siete años de duración. Una niña de treces años se encuentra bajo la influencia general del chacra sacro, ya que la pubertad tiene lugar entre los 8 y los catorce años. A esta edad las adolescentes comienzan a explorar su sexualidad y creatividad y a planificar cómo liberarse de la influencia de sus padres.


Ciclo y chacra
Palabras clave
8-14 años
Segundo chacra
sensualidad, creatividad, Exploración de la creatividad y sus límites.
entusiasmo
                                                                                                                                                                                                                                                          
El segundo chacra o chacra sacro: SVADHISTHANA
En la tradición tántrica el término Svadhishana puede ser traducido como “la más dulce de las moradas” o “el sitio personal”.
Cuando este centro se encuentra plenamente desarrollado produce la radiación necesaria para establecer un vínculo de amor con otra alma, y alimenta el crecimiento de la conciencia en su camino hacia la iluminación. Dado que este chacra se ocupa de la asimilación – de la expresión sexual y del alimento de las ideas y de la creatividad- suele ser descrito como el centro de la autoexpresión y de la alegría. Cualquier emoción negativa acumulada en el chacra sacro, como la ira y el miedo, puede derivar en enfermedad. En la actualidad se nos incita a enfrentar nuestros miedos, pero esta idea no siempre resulta apropiada, en realidad deberíamos utilizar esos miedos como advertencia y comenzar a cambiar nuestros patrones de comportamiento para aprender de aquello que una vez nos estresó o causó temor.
Desde el punto de vista sexual, este es el chacra del placer que nos pone. Por consiguiente, se ocupa de nuestra relación con los demás,  de las motivaciones de nuestras relaciones y de la alegría que les aportamos. Se desprende entonces, que los encuentros sexuales desequilibrados (que quizá deriven en enfermedades de los órganos sexuales) están relacionados  con este chacra. Al formar parte del sistema urinario este centro también mantiene una estrecha conexión con el modo con que procesamos el agua en nuestro organismo. Las enfermedades resultantes de la disfunción de este chacra son la colitis, colon irritable, tumores en la vejiga, mala absorción del intestino delgado y dolor inexplicable en el tercio inferior de la espalda.
Desde un punto de vista emocional este chacra ha desarrollado las huellas y la subsiguiente respuesta al nacimiento de nuestra conciencia emocional. Si en el adulto se encuentra estresado, probablemente se deba a la forma a la forma en que éste aprendió a interpretar su propio ser en relación con su madre durante sus primeros años.
Problemas sexuales
El estrés sobre este chacra nos incita a poner barreras a la expresión de nuestros verdaderos sentimientos, particularmente los relacionados con una persona del sexo opuesto. Durante el acto sexual,  mientras la energía kundalini asciende desde el primer chacra hasta el segundo, es posible que se tope con un “muro de bloqueos” y la persona no consiga experimentar el ascenso de la dicha verdadera a través de los chacras subsiguientes. Así que el estrés en esta zona puede empujarnos a pasar de un amor a otro en busca de satisfacción, y con el profundo anhelo de unirnos con la otra mitad de nuestra alma.
Cuando la radiación de este chacra comienza a fluir con más libertad, la capacidad de sentir dolor y placer se incrementa y, en ocasiones se plasma en relaciones agridulces. Es posible, entonces, que para dejar atrás nuestras defensas, experimentar nuestro verdadero ser y experimentar una intimidad real debamos superar una auténtica prueba de valor. Es necesario que nos deshagamos de los miedos pasados. Las desilusiones y las expectativas románticas decepcionadas porque todas ellas representan huellas de energía necesaria encerrada en este chacra.
Si no somos conscientes de las energías de nuestro chacra sacro, inconscientemente alimentaremos una sensación de control rígido, sobreprotección, celos, ira, y una clara incapacidad de recibir amor. Este chacra se relaciona con las adicciones de todo tipo y con la necesidad desesperada de aprobación.  Por el contrario, cuando somos plenamente conscientes de la energía positiva,  creamos las condiciones adecuadas para que nuestras capacidades sutiles  y físicas se unan a otra persona.

 Este estado requiere un tipo de amor bello y tierno que damos y recibimos de forma incondicional; este amor no tiene reglas ni expectativas, ni retribuciones; es el amor que se aprecia en las relaciones amorosas maduras.
La plenitud en el segundo chacra tiene que ver con la capacidad de dar y recibir amor, con saber que somos amados o susceptibles de serlo. Estas emociones humanas básicas establecen una identidad positiva en los más profundo de nuestro ser. Cuando sabemos que podemos dar y recibir amor de forma incondicional, aprendemos a dar sustento emocional a los demás,  también sin condiciones. Por lo tanto, este chacra tiene que ver con la amistad, con nuestra capacidad de relacionarnos con otras personas a un nivel más profundo que el cotidiano.

Svadhisthana y la creatividad
El impulso creativo de la vida surge de la madre tierra y es recibido en el primer chacra desde donde pasa posteriormente a Svadhisthana. El color que se le asigna a esta chacra es el anaranjado.
Cada persona encuentra su propia manera de plasmar la creatividad. Cada vez que se ejerce alguna acción creativa se percibe un efecto positivo en  el cuerpo de energía sutil y el cuerpo físico. La creatividad es un precioso logro de los humanos, ya que los animales no son capaces de expresarse de la misma manera.

           “Nuestra vida no nos llega ya “fabricada” sino que tenemos que crearla”.
                                                                                                    Osho.

La danza y Svadhisthana
Una maravillosa forma de equilibrar los chacras consiste en recurrir a la música o la danza.
En todo el mundo, las danzas tradicionales reflejan el alma de la persona y expresa una profunda necesidad de utilizar el cuerpo humano para celebrar las grandes verdades universales de la vida.

¿Qué es la aromaterapia?

Las esencias son como la sangre de una persona, que mueren si no se las conserva debidamente. Contiene las características de la planta de dónde proceden y son como su espíritu o su personalidad. Su acción terapéutica se efectúa a un nivel más elevado que la planta orgánica entera, o su extracto, ejerciendo en general un efecto mucho más pronunciado en la mente y las emociones que la medicina herborística. Las propiedades de las hierbas y sus esencias pueden ser con mucho las mismas, pero su acción terapéutica es, en si, diferente. La aromaterapia es novedosa en que puede aplicarse tanto por vía interna como externa. René-Maurice-Gatteforé afirma que” sus productos son de uso externo, pero su potencia penetrante es lo suficientemente grande para actuar en los órganos subyacentes a las zonas de donde se hace su aplicación tópica”.
Las propiedades asignadas a las esencias se basan ampliamente en una investigación científica, y la aromaterapia no se puede separar de una serie de cosas: los principios básicos de la terapéutica natural, el masaje, la dieta y nuestra actitud entera frente a la vida.

El jazmín llamado por los indios “luna de bosquecillo, es el más exquisito de los aromas y mezcla muy bien con los aceites de rosa y los cítricos.
En forma de aceite, actúa principalmente a nivel emocional siendo de gran valor en los problemas psicológicos y psicosomáticos. Aunque ejerce efectos fisiológicos, su uso está especialmente indicado cuando éstos se hayan vinculados a un problema emocional. Es un sedante nervioso y al mismo tiempo un gran euforizante. Es antidepresivo y al mismo tiempo produce una sensación de optimismo, confianza  y euforia. Su mayor utilidad es en los casos de apatía, indiferencia o desmayo.
Igual que el de rosa, ejerce un marcado efecto en el aparato reproductor femenino, aliviando el espasmo uterino y el dolor menstrual tanto abdominal como lumbar.
También es un afrodisíaco notable que calienta y relaja el organismo.

La rosa tiene como regente al planeta Venus y es una esencia extraída de flores. Si el jazmín es el rey de los aromas, la rosa es la reina. Se dice que la rosa surgió de la sangre de Adonis, mientras que Cenada Cuenta que los turcos creen que nació de la sangre de Venus.

Las rosas se han usado por su aspecto, por su aroma y por sus propiedades terapéuticas desde tiempo inmemorial: los romanos las usaban en guirnaldas, perfumes, baños perfumados, confituras y como remedio para la resaca. Dicen que este aceite fue descubierto accidentalmente en Persia, donde sus guerreros acostumbraban a adornar sus escudos con rosas. La producción del aceite de rosas persa, lo mismo que la de la India, ha dejado de tener la importancia comercial de antaño. En la actualidad es aceite de rosa más fino y caro viene de Bulgaria, y se conoce como rosa búlgara Otto.
En cuanto a sus propiedades, Culpepper cuenta que las rosas son muy buenas para las nalgas y las partes bajas del vientre y de la matriz, bañándolas o poniéndola en ellas.

Marguerite Maury escribe: “como un afrodisíaco muy conocido, la farmacopea india la emplea reforzada con sándalo. La propia experiencia nos ha enseñado que la rosa ejerce una influencia considerable en los órganos sexuales femeninos, no a fuerza de estímulos sino muy al contrario limpiando y regulando sus funciones”.
Debido a su estupenda fragancia se puede considerar también antidepresiva, y al estar bajo la égida de Venus es de gran utilidad para la regulación de la función menstrual en un emenagogo suave y limpia de impurezas la matriz. Se puede emplear en todos lo trastornos del sistema genitourinario.


9. Investigación

Se diseña un proyecto didáctico de innovación en forma de clases de Danza del Vientre de 1 hora de duración o de un Taller vivencial de 5 horas de duración.

“Clases de Danza del Vientre para despertar el mito de Afrodita en la mujer. Creatividad y Sensualidad.”

               AFRODITA – LA CREADORA DE BELLEZA DESDE EL GOZO
Afrodita, este vez desde la Alquimia femenina, nos enseña a unir nuestro UTERO GOZOSO a todas nuestras creaciones, de esta forma nuestra realidad cambia y pasa ser más bella y placentera.
La Sabia se une a la sexualidad gozosa y surge una nueva forma de CREAR.

Es la llamada para reconocer la belleza en nuestro interior y a partir de ahí crear la Belleza en el exterior, y "Hacer el mundo a nuestra imagen y semejanza".Esa es la Ley de la Alquimia creativa del UTERO GOZOSO. 
Para ello hay  que  conocer y seguir las leyes de la energía interna femenina y prepararnos para mostrar una nueva realidad más acorde con nuestro interior.

La diosa  de la belleza, la diosa alquímica Afrodita nos abre las puertas para ello.
Nosotras como responsables creadoras, aceptamos su ayuda y desarrollamos con nuestra práctica las mejores cualidades.

Afrodita puede ser libre, amante y madre que lo transformaba todo en amor y belleza, lo tiene todo ya que integra los cuatro elementos, es la diosa alquímica que crea una realidad más gozosa. Para transformarnos en creatividad, gozo y belleza tenemos que seguir nuestras propias leyes internas, para que nuestra magia sea de dentro afuera y no nos quite el poder. Para ello necesitamos saber cómo funcionamos las mujeres a nivel energético interno y alquímico. La mujer es fuego dentro (fuerza interior) y agua fuera (flexible, vulnerable, suave, sensible, amorosa) y el hombre es lo contrario. El camino de la mujer es conseguir el equilibrio entre agua y fuego. Sin fuego el agua tiende al hielo y las mujeres se vuelven frías, rígidas e insensibles. Los quistes, miomas son una falta de fuego, el agua no se mueve bien y no hay alquimia. “La educación nos ha sacado de nuestra feminidad al poner el fuego en la mente, en los valores masculinos del patriarcado” afirma la terapeuta Guadalupe Cuevas.


Para encender nuestro fuego interno hay que:

  • buscar el silencio, la quietud. El hombre lo busca en la acción, haciendo muchas cosas, la mujer en el movimiento en quietud.
  • Unificando nuestro elixir blanco con el rojo. La fuerza para la alquimia nace en los pechos, abriendo la línea de la leche, donde están las emociones no asimiladas, para ello se hacen masajes en los pechos en tandas de nueve, bajando por la línea de la leche hacia el ombligo.



1. Material necesario
Esencias rosa y  jazmín; actúan sobre el útero, sede de la creatividad.
Pañuelo para la cadera de color naranja.
Velo de color.
Ropa cómoda para bailar.
Algún objeto que represente la belleza o la sensualidad.

2. Estructura de la Clase o Taller

*  Ritual
  • Encendemos una vela naranja.
*     Relajación y conexión con una misma: tumbada boca arriba respiramos profundamente e imaginamos que estamos inhalando el color naranja hasta nuestro vientre y visualizamos que la música aporta color a las partes de nuestro vientre que más la necesitan.- 10 min.
*  Estiramientos y calentamiento de cabeza, cuello, mandíbula, hombros, cadera, rodilla, muñecas, dedos, tobillos y pies - 10 min.
* Movimientos de Danza del Vientre – 20 min.
* Baile libre: Nos movemos dejando que la música nos inspire, y permitiendo que sean nuestras caderas y no nuestra mente la que inspire nuestra danza. Fluimos con la música, relajando los movimientos y bailando de forma despreocupada, utilizando todo el espacio, bajando al suelo etc.- 10 min.
*  Masaje con el aceite esencial y relajación. Con  las manos sobre el útero intentamos sentir su latido o palpitación a la vez que respiramos. Con el aceite de rosa o de jazmín nos damos un suave masaje alrededor del ombligo (segundo chacra) mediante un movimiento contrario a las agujas del reloj para liberar las energías negativas. A continuación cambiamos el movimiento en el sentido de las agujas del reloj para que recuperen su equilibrio. – 5 min.  
*  Invocación a la Diosa Afrodita: “Afrodita, ayúdame a amar y a ser amada y a disfrutar de mi cuerpo. Abreme las puertas hacia el nacimiento de una nueva vida, de un despertar de la sensualidad.” 5 min.

10. Resultados.

Exposición y análisis de los datos obtenidos.

 Los datos aportados en los apartados anteriores reflejan la necesidad que existe en la actualidad de que las mujeres vuelvan a conectar con su verdadera esencia femenina, que conlleva unas serie de cualidades, entre ellas la sensualidad y la creatividad. Desde un punto de vista psicológico, y fundamentado en la teoría de Yung de los arquetipos, ampliada más adelante por la analista jungiana Jean Shinoda Bolen,  al distinguir siete arquetipos diferentes en la psique profunda de las mujeres, la mujer actual se ha alejado de su verdadera naturaleza psíquica adoptando una serie de roles que la permitan responder a las demandas que recaen sobre ella en las sociedades patriarcales de hoy en día, en las que priman valores más propios de la naturaleza masculina, como el logro, la competitividad y la lucha. Estos valores han llevado a la progresiva deshumanización de la sociedad y a la masculinización de las mujeres, que, al apartarse de sí mismas no han logrado, en muchos casos, tener una existencia plena, al basar su vida en un estereotipo, el de la esposa y madre, o el de mujer de éxito, desconectada de su parte más instintiva.  Por otro lado, las religiones patriarcales – la judeo-cristiana y la musulmana – han suprimido una serie de aspectos de la naturaleza femenina, con el fin de despojarla de su verdadero poder, relegándola a las facetas de madre (e hija) o prostituta. Esta polarización de la naturaleza interna de la mujer, basada en un juicio moralista del bien y el mal, ha llevado a la supresión de uno de los arquetipos femeninos, el de Afrodita, que representa a nivel arquetípico la sensualidad, la creatividad y la sexualidad de la mujer.

 La autora Jean Shinoda Bolen, en su descripción de los distintos aspectos de la psique femenina, invita a las mujeres a explorar y a reconectar con su lado femenino, como vía de evolución personal para llegar a sentirse seres humanos completos en sí mismos a lo largo de las distintas etapas de la vida, y en la que se desarrollan diferentes arquetipos o aspectos de la psique. Concretamente en el caso del arquetipo de Afrodita, ella sugiere la conveniencia de practicar la danza del vientre como una forma de conectar una misma y de sentir el cuerpo, clave para vivir en el presente y para experimentar y, sobre todo, disfrutar de la sexualidad.

 La danza del vientre, como hemos visto en sus orígenes, era practicada en la antigüedad en el marco de rituales dedicados a la fertilidad de la mujer, para rendir culto a la sexualidad y la capacidad creadora de vida de la parte femenina de la existencia, al ser consideradas éstas sagradas. Este origen divino de la sexualidad estaba simbolizado por las antiguas hetairas griegas o prostitutas sagradas, a través de las cuales el ser humano reconectaba con su origen sagrado.
Como sucedió en el ámbito psicológico y social de la mujer, también en el caso de la danza la llegada del patriarcado la despojó de su parte divina, desvirtuándola y relegándola a un espectáculo comercial, tal y como sucede en la actualidad en todo el mundo.

Sus movimientos mayoritariamente pélvicos, de cadera y abdominales conectan a la mujer con esa parte de su cuerpo, tan importante en las funciones creativas (embarazo y parto) como sexuales. A través de estos movimientos la mujer aprende a soltar, sentir y a mover adecuadamente sus órganos reproductivos y sexuales, haciéndola más consciente de su capacidad de creación de vida y de gozo y placer, como parte esencial de su psicología femenina (mito de Afrodita).

 En el plano energético, según las filosofías orientales, en la zona pélvica está alojado el segundo chacra, o centro de energía, encargado de regular el flujo de energía telúrica o sexual en su ascenso hacia el encuentro con la energía cósmica. Cuando este centro se encuentra plenamente desarrollado produce la radiación necesaria para establecer un vínculo de amor con otra alma. Al ocuparse de la asimilación, de la expresión sexual y del alimento de las ideas y de la creatividad, así como de la autoexpresión y de la alegría, regula nuestras relaciones.

Al no ser conscientes de las energías de nuestro segundo chacra, inconscientemente alimentaremos una sensación de control rígido, sobreprotección, celos, ira, y una clara incapacidad de recibir amor.  Este chacra se relaciona con las adicciones de todo tipo y con la necesidad desesperada de aprobación. Por el contrario, cuando somos plenamente conscientes de la energía positiva, creamos las condiciones adecuadas para que nuestras capacidades sutiles y físicas se unan a otra persona.
La plenitud en el segundo chacra tiene que ver con la capacidad de dar y recibir amor, con saber que somos amados o susceptibles de serlo. Estas emociones humanas básicas establecen una identidad positiva en los más profundo de nuestro ser. Cuando sabemos que podemos dar y recibir amor de forma incondicional, aprendemos a dar sustento emocional a los demás..
Por otro lado, cada persona encuentra su propia manera de plasmar la creatividad. Cada vez que se ejerce alguna acción creativa se percibe un efecto positivo en el cuerpo de energía sutil y el cuerpo físico.
Una maravillosa forma de equilibrar los chacras consiste en recurrir a la música o la danza. Otra herramienta muy útil para equilibrar este chacra es, como hemos visto, la aromaterapia, con su técnica a base de esencias florales. Trabaja con la energía sutil y aporta buena salud a nuestro cuerpo. Muy utilizada en la antigüedad para el tratamiento de los síntomas físicos y los trastornos emocionales, ha demostrado tener un marcado efecto terapéutico al estimular la zona tratada con ella. En el caso de las esencias de rosa y de jazmín, ambas ejercen una influencia considerable en los órganos sexuales femeninos, principalmente el útero, sede fisiológica de la creatividad, no a fuerza de estímulos sino, muy al contrario, limpiando y regulando sus funciones.

11. Contraste de hipótesis y discusión.

Por lo que se desprende del análisis de los resultados, la danza del vientre, en sus orígenes, era practicada por las mujeres para honrar un aspecto de la energía femenina de la creación, que es la capacidad de crear y de dar la vida, a través de la sexualidad, y que se expresaba en los rituales sagrados  dedicados a celebrar  la fertilidad de la tierra. Este aspecto de la feminidad se corresponde con el arquetipo de Afrodita en la psicología jungiana, que representa la sensualidad, la creatividad y la sexualidad de la mujer. Por lo tanto, la práctica de esta danza sí que puede conectar a la mujer con esta parte de su psique o con este arquetipo.

Por otro lado, la danza del vientre, con sus movimientos pélvicos y de conexión a tierra, con sus golpes, vibraciones y movimientos ondulantes, activa la energía de los dos primeros centros energéticos o chacras, situados en la pelvis y en el vientre, donde se encuentra el útero, sede de la creatividad, cualidad, también ésta, de la Diosa Afrodita.

Y por último, los aceites esenciales de rosa y jazmín, tal y como se ha descrito, aplicados en forma de masaje o baño, activan el útero, ejerciendo también una influencia positiva sobre el desarrollo psicológico de la creatividad.

La combinación de estas dos técnicas, la danza y la aromaterapia, junto con la toma de conciencia del cuerpo y de sus sensaciones llevan a la mujer a tomar conciencia de su condición de mujer, en su más pura esencia, más allá de los condicionamientos sociales, religiosos o culturales y de la  propia imagen que tiene de sí misma, lo que algunas autoras definen como una nueva Feminidad Consciente.


12. Conclusiones.

A la vista de todo lo expuesto anteriormente, se puede concluir que la danza del vientre, con su sensualidad inherente a la música árabe y a sus movimientos corporales redondos, suaves y sinuosos, que simbolizan la naturaleza  (la luna, las dunas, los camellos, la serpiente) y que inciden en la zona del aparato reproductor femenino, estimulando la energía telúrica o sexual, constituye una herramienta muy útil para despertar la propia sensualidad de la mujer de una forma lúdica, divertida y en un clima de complicidad entre mujeres, muy característica de las mujeres orientales, haciéndola más consciente de su cuerpo, de sus sensaciones y de lo que siente, potenciando su autoestima y la confianza en su instinto sexual, lo que le permitirá, desde una feminidad más consiente, hacer elecciones más conscientes en su vida profesional y personal, lo que para mi, en esencia, es la creatividad en un sentido más pleno de la existencia.

Especialmente interesante me resulta el empleo de esta danza en las niñas y/o adolescentes, ya que como se ha visto anteriormente entre los 8 y los 14 años madura el segundo centro energético, sede de la sensualidad y la creatividad, luego una correcta guía acerca de la naturaleza del cuerpo femenino y de su energía, desde lo vivencial, desde el cuerpo, podría constituir un complemento excelente a la enseñanza sexual académica con el fin de potenciarles su autoestima.


13. Recomendaciones y futuras investigaciones.


Creo que sería interesante realizar un estudio que analizara estas cuestiones de la sensualidad y la creatividad, y su conexión con el arquetipo masculino equivalente a Afrodita, Dionisios, y cómo es vivido por el hombre actual.

En este sentido, me gustaría aportar la visión de Jordi Piagem, Doctor en Filosofía por la universidad de Barcelona, sobre la necesidad de vivir conforme a valores más “femeninos”, según se desprende de una entrevista publicada en la revista Psychologies, en la que afirma lo siguiente:” Esta crisis es también una oportunidad para reconciliarnos con la naturaleza y crear una sociedad más sabia, capaz de reconocer que la felicidad personal no se logra con la acumulación material. Una crisis es una oportunidad de curación. Hoy tenemos una crisis no sólo sistémica, sino económica, cultural y de valores, que nos lleva a destruir el planeta y a no sentirnos felices por más que consumamos. Vivimos entre una visión del mundo obsoleta y otra que quiere nacer y que estamos llamados a crear entre todos. “

“Tenemos menos tiempo para gozar de la propia creatividad” y  “Todo lo que nos hace plenamente humanos es ilimitado: nuestra capacidad de aprender, de crear, de organizarnos y de amar no tiene límites”.

“Si nos creemos aislados de la naturaleza y del mundo, nos sentiremos en un entorno hostil y pondremos el énfasis en la seguridad y en el control. En cambio, si nos sentimos parte del mundo, si sentimos que nuestra energía es parte de la energía que mueve toda la vida, podremos pasar de una actitud de control a una de fluidez, y darnos cuenta de que somos co-creadores de un universo de relaciones”

“El hecho de que la ciencia reconozca cada vez más el valor de la empatía y de los sentimientos puede ayudarnos en el cambio de actitud y de valores hoy tan necesario, porque hemos visto que la codicia y la competición no funcionan.”

  Y por último: “El camino de la autorrealización pasa por sentir que estamos conectados, por redescubrir la fascinación por lo que hacemos, de sentir la gratitud por la existencia y de cultivar la plenitud en el aquí y ahora.”


14. Bibliografía.

-       BEATRIZ MERINO (2003), El Despertar de la Diosa Mandala Ediciones
-       CARL GUSTAV JUNG (2002), Los Arquetipos y lo Inconsciente colectivo, Editorial Trotta
-       GUADALUPE CUEVAS (2010), El Camino de la Diosa Ediciones Mandala S.A.
-       JEAN SHINODA BOLEN (2001), Las Diosas de la Mujer Madura Editorial .Kairós
-       JEAN SHINODA BOLEN (1984), Las Diosas de cada Mujer Editorial Kairós
-       LAURA COOPER (2005), La Danza del Vientre Paso a Paso Editorial EDAF S.A.
-       MARION WOODMAN (1990), Los frutos de la Virginidad Ediciones Luciérnaga
-       PATRICIA MERCIER (2007), La Biblia de los chakras Editorial Gaia
-       ROBERT TISSERAND (1997), El arte de la aromaterapia Editorial Paidós
-       SHOKRY MOHAMED (1994), La Danza Mágica del Vientre Editorial Ediciones Mandala S.A.
-       VARIAS AUTORAS (1994), Ser Mujer Editorial Kairós


15. Anexos

Libera a tu Diosa Interior, artículo extraído de la revista Psicología Práctica.
Danza del Vientre, artículo extraído de la revista Cuerpo Mente.


















                                            

1 comentario:

  1. Realmente la lectura me atrapo. Fue sublime y al terminar no pude mas que ponerme a danzar como nunca lo habia hecho. Mi marido quedo fascinado mirandome. Fue indescriptible.
    Aun asi debo diacrepar como profesa de la fe islamica que en realidad nunca se nos ha enseñado la sexualidad como algo prohibido o que debe ser reprimido. Todo lo contrario. Se nos incita a disfrutar sin limites de nuestra sexualidad en el marco de nuestro matrimonio. Se nos presenta el placer sexual como algo deseable y natural. Desconozco las fuentes de lo mencionado en el texto pero esta muy lejos de lo que se nos enseña a las musulmanas. Si es real que los regimenes politicos y tiranias pseudoreligiosasque pretenden justificarse con el nombre de Dios han oprimido y prohibido a la mujer derechos que el Islam nos ha reconocido y entre ellos, la vilificacion de lo sexual pero son cosas que escapan al control de la filosofia islamica.
    Dicho esto, atesorare esta lectura y espero algun dia compartirla con mi hija. Gracias por tan sabias palabras.

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